“En nuestros barrios, muchas familias tienen mujeres al frente. Son figuras fuertes, voces con peso", cuenta el sacerdote Roberto Ferrari, de Opción por los Pobres, en diálogo con Página/12 cuando se le pregunta sobre el fenómeno de Javier Milei. "Esas mujeres tienen una conciencia casi instintiva de riesgo, si no del que corre la democracia, al menos del de su existencia y su familia tal como la conocen. Las mujeres lo perciben más claramente”, cuenta.
“Las mujeres jóvenes también registran el nivel de maltrato del personaje y de los que lo rodean, hacia las mujeres y en general y eso opera como un límite. En el caso de los varones, el personaje todavía ejerce alguna fascinación, aunque ya prácticamente nadie cree que va a ganar en dólares, que era su mayor atractivo”.
“La gente evita hablar de política, el tema no surge espontáneamente”, cuenta Ferrari. Esa especie de tabú, sostiene, “genera una situación de mayor indefensión, por desconocimiento y por aislamiento”, situación sobre la que intentan intervenir, respetando los límites que la comunidad impone, proponiendo el diálogo como receta.
El padre Ferrari nació en Córdoba, pero salvo un interregno en Santiago del Estero, casi toda su vida pastoral transcurrió en el Gran Buenos Aires. Desde 2014, en la zona limítrofe entre los partidos de San Isidro, San Martín y Tigre, llamada “Soleil” por la cercanía con el hipermercado y shopping homónimo y, estos últimos años, en la zona de El Talar, partido de Tigre. Su diócesis abarca los partidos de Vicente López, San Isidro, Tigre y San Fernando.
Además de vivir y misionar en barrios populares, Ferrari es docente secundario: enseña física y materias técnicas, habilitado por su título de técnico mecánico. Esa doble función le permite una observación más completa de cómo se dan los procesos sociopolíticos en su entorno y es la que lo lleva a firmar el documento difundido recientemente por los curas en Opción por los Pobres, grupo que integra.
Para Ferrari, el pico del fenómeno Milei ya pasó, pero hay mucho para seguir discutiendo. “A veces los pibes vienen y comentan lo que se discutió en la casa, mi papá me dijo que si gana Milei vamos a perder tal cosa. Lo de los boletos de transporte público fue muy claro y contundente, esa es la línea”, sostiene. Es decir que hay una experiencia acumulada y una capacidad de discernimiento, pero que no necesariamente se traslada o comparte con las más jóvenes, excepto cuando la situación se vuelve drmática.
Opción por los Pobres (OPP) es una de las líneas herederas de la tradición del Mocimiento de Sacerdotes Tercermundistas, que en las décadas de 1960 y 1970 encarnó en nuestro país entre otros el padre Carlos Mugica. La integran, junto a Ferrari, el padre Eduardo De La Serna y el padre Paco Olveira, entre otros referentes. Ferrari es también homónimo del obispo de Tucumán, confusión a la que está acostumbrado y por eso lo aclara de entrada.
El documento, que se reproduce íntegro al final de esta nota, es un llamado a tomar partido y un severo cuestionamiento al voto en blanco y las otras opciones similares, como no asistir o anular el voto. No casualmente, el encabezado del documento es la famosa cita del Apocalipsis, popularmente resumida como “a los tibios los vomita dios”. El texto también fue adaptado a una serie de placas breves, para su distribución en redes y plataformas de mensajeería, disponibles en su página de Facebook, https://www.facebook.com/GrupodeCuraseOPP/
Romper el tabú
“Nosotros armamos dos encuentros para discutir el tema, en el centro comunitario que tenemos, donde entre otras cosas hacemos tratamiento de adicciones, no para bajar línea, sino para que los jóvenes puedan al menos discutir el tema entre ellos y con nosotros”, dice Ferrari.
Otra cosa que impactó mucho en los barrios, explica, fueron los insultos del candidato libertario al Papa Francisco. “El Papa tiene espalda suficiente para defenderse por sí mismo, no es que necesite de nuestra defensa, pero lo que vimos nos dejó a todos en shock. Si este señor habla en esos términos del papa, ¿qué queda para nosotros? ¿Cómo va a responder cuando salgamos a reclamar porque sus políticas nos dejan fuera del sistema? Para muchos fue un baño de realidad.”
“Yo recuerdo que en 2014, 2015, no veías pibes en las esquinas porque todos tenían actividad, laburo o changa, lo que fuera. En 2016, primer año de Macri, los empezaste a ver de nuevo y en 2017 ya estaban todos allí, al pedo, sin nada que hacer. Es tristísimo. Los que lo vivieron, algunos tienen conciencia de que se puede reeditar esa misma situación, pero los más jóvenes no”.
Para Ferrari ése es uno de los riesgos: la falta de oportunidades, la falta de destino para lo que Francisco denomina "los descartados" por el sistema y su correlato de marginalidad y violencia.
(A continuación, el documento completo del grupo Opción por los Pobres)
La opción por la vida
«Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca» (Apocalipsis 3:15-16).
Se aproxima un nuevo y definitivo momento electoral. Nos toca, a los argentinos, la ocasión de elegir entre dos candidatos. Hay quienes, disconformes con ambos candidatos, proponen una tercera alternativa, que es o bien el voto en blanco, o impugnarlo o definitivamente no ir a votar.
Es evidente que desde una perspectiva “legal”, votar “en blanco” (o las otras opciones) es, electoralmente, una opción válida. Un voto nulo parece decir que ninguno de los candidatos nos conforma, pero es importante recordar que, precisamente para eso existe el “balotaje”: para elegir a quién queremos que nos gobierne, o al menos quién no queremos que lo haga; se trata de que la ciudadanía pueda decir a quién prefiere de los dos, o cual le resulta el “menos malo” porque de gobernar el país se trata.
Es notable ver la cantidad de grupos que invitan, al menos veladamente, al voto “en blanco” en ambientes del periodismo (o los que trabajan de tales), del empresariado, de la política y hasta del episcopado. Pero resulta que ante la pregunta «Estamos de acuerdo con “A”, ¿sí o no?» no cabe la abstención, evidentemente. Veamos algunas cosas sencillamente:
•¿Estamos o no de acuerdo con que “el que quiera andar armado que ande armado”?
•¿Estamos o no de acuerdo con que la salud debe ser paga y quien no puede pagarla, pues “lo lamento”?
•¿Estamos de acuerdo con que la educación debe ser paga y quien no puede pagarla, pues “lo lamento”?
•¿Estamos de acuerdo con que la política económica argentina la manejen los Estados Unidos, dolarización mediante?
•¿Estamos de acuerdo con suspender las relaciones con el Vaticano porque el Papa es el representante del Maligno en la tierra?
•¿Estamos de acuerdo que existe el cambio climático, que debe ser enfrentado – como reitera el Papa Francisco, entre otros – o crees que este es un invento “del comunismo”?
•¿Estamos de acuerdo con que todo debe ser privado, incluso los mares, y por tanto sólo puede acceder a ello quienes tienen dinero?
•¿Estamos de acuerdo con que en las políticas internacionales solo debemos tener relaciones diplomáticas y comerciales con quienes piensen como nosotros y si hubiera un cambio estas se han de suspender temporalmente?
•¿Estamos de acuerdo con eliminar los ministerios de salud, de educación, de trabajo y demás, aunque ocurriera, por ejemplo, una nueva pandemia?
•¿Estamos de acuerdo con que las obras públicas solo debe financiarlas el capital privado, aunque eso implique que todas las regiones empobrecidas se queden sin rutas, escuelas, hospitales, electricidad y demás “derechos”?
•¿Estamos de acuerdo con que lo moral o no lo decida el mercado y, por lo tanto, se pueden vender órganos, niños, drogas, armas y cualquier cosa que pueda comprarse?
•¿Estamos de acuerdo con la violación sistemática de los derechos humanos, la picana eléctrica, la desaparición forzada de personas, la entrega de bebés con la consecuente negación de su identidad, arrojar personas vivas al mar, la tortura, violaciones, secuestros y asesinatos?
¿Estamos de acuerdo con esto o no? Porque el “voto en blanco” pareciera decir que no interesan (sea quien fuere el que las propone). O, también:
•¿Estamos de acuerdo sencillamente con la “democracia” a pesar de todas sus deficiencias o no?
•¿Estamos de acuerdo con el federalismo – coparticipación incluida – o no?
•¿Estamos de acuerdo con la unión con los países latinoamericanos o no?
•¿Estamos de acuerdo con que haya un Estado presente para acompañar y proteger a los más vulnerados de la sociedad?
•¿Estamos de acuerdo con que el estado persiga a los que aumentan los dólares o desabastecen de combustibles para favorecer a sus propios candidatos, aunque la sociedad se vea perjudicada?
Es evidente, ante estos ejemplos, que podríamos seguir ampliándolos. Y, entonces, más allá de tal o cual candidato, ¿parece sensato afirmar que “no nos interesa”?
Como curas sabemos dónde queremos y tenemos que estar: junto a los pobres, en favor de sus vidas y sus causas. Y sabemos que, aunque siempre imperfectas, hay opciones que no son opcionales, y hay otras que son definitivamente contrarias a todo lo que creemos. Invitamos a quienes quieran escucharnos a pensar con el corazón, con un corazón sensible a los dolores de las víctimas, a tomar nuestra próxima decisión electoral con una mirada puesta en el futuro y la esperanza. A no olvidar que nuestro compromiso cristiano nos impide desentendernos de los pobres; todos sabemos lo que ocurre con un zorro (o un león) suelto en un gallinero. Todos sabemos que el individualismo nos conduce a la “ley de la selva”, la misma donde un león suelto hace estragos en un rebaño. Estamos convencidos que es un imperativo moral hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que Milei sea presidente de la Nación; ¡la Patria y los pobres no se lo merecen!
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