El primer ministro portugués, Antonio Costa, presentó este martes su renuncia salpicado por un escándalo relacionado con negocios de litio e hidrógeno. Costa dimitió después de que la Fiscalía inculpara a uno de sus ministros y a su jefe de gabinete en el marco de una investigación por supuestas irregularidades en la gestión de proyectos energéticos. El político socialista estaba en el poder desde 2015, pero su popularidad se vio debilitada por una serie de escándalos.
"Las funciones de primer ministro no son compatibles con cualquier sospecha relativa a mi integridad. En estas circunstancia presento mi dimisión al presidente de la República" Marcelo Rebelo de Sousa, declaró Costa ante la prensa. Dijo que se vio "sorprendido" con la información de un proceso criminal en su contra y se mostró "totalmente disponible" para colaborar con la justicia, pero negó las acusaciones y subrayó que se marcha "con la conciencia muy tranquila".
Concesiones de litio e hidrógeno en la mira
De Sousa aceptó la renuncia y convocó para el miércoles una reunión de los partidos con representación parlamentaria para organizar elecciones anticipadas. La investigación que salpica a Costa, que era uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno en Europa, está relacionada con sospechas de "malversación, corrupción activa y pasiva de cargos públicos y tráfico de influencia" en la atribución de concesiones para minas de litio y de producción de hidrógeno.
La Fiscalía portuguesa allanó este martes varios ministerios y la residencia del primer ministro. Además imputó a los ministros de Infraestructuras, Joao Galamba, y Medio Ambiente, Duarte Cordeiro. La justicia precisó que Costa habría intervenido "para desbloquear expedientes" y que las acusaciones en su contra serán examinadas en una investigación independiente.
Debido al "riesgo de fuga" y a que persista "la actividad delictiva", la Fiscalía dispuso la detención del jefe de gabinete del primer ministro, el alcalde de Sines y de dos directivos de Start Campus, un centro de procesamiento de datos. El presidente de la Agencia Portuguesa para la Protección del Medio Ambiente también es investigado, dos meses después de que el organismo diera el visto bueno a un segundo proyecto minero para la explotación de litio.
Portugal tiene las mayores reservas de litio de Europa y es además el mayor productor del continente, pero destina este metal a la industria cerámica y del vidrio. El litio puede ser utilizado para la fabricación de baterías eléctricas y es considerado clave en la transición energética. Las ONG ambientalistas y parte de la población local se opone a los proyectos mineros.
Escándalo con aerolínea estatal
Costa, que fue alcalde de Lisboa, llegó al poder en 2015 gracias a una alianza inédita con la izquierda radical y los comunistas. En su gobierno Costa aprovechó la coyuntura favorable para dejar atrás las medidas de ajuste aplicadas por la derecha a cambio de un rescate concedido al país por acreedores internacionales en 2011.
Durante su gestión saneó las cuentas públicas y llevó al país al superávit presupuestario. En enero de 2022 consiguió una apabullante victoria electoral que le permitió gobernar con mayoría absoluta, pero su popularidad se vio afectada tras una serie de escándalos. El más fuerte fue el que afectó a la aerolínea estatal TAP, que llevó a la renuncia de una decena de ministros y subsecretarios.
El caso estalló hace casi un año después de que trascendiera que una directiva de la aerolínea cobró una jugosa indemnización de 500 mil euros. Después la ejecutiva asumió la dirección de la empresa pública encargada del control aéreo y a continuación fue nombrada secretaria de Estado del Tesoro.