El periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, hizo este miércoles por AM750 un duro editorial donde analizó las operaciones políticas que están fogoneando desde la oposición y los medios concentrados de comunicación a dos semanas de las elecciones y se lamentó del poco respeto hacia la democracia.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Yo creo que a veces el amor nos puede. Nos toma como una ola y nos revuelca en la arena. Pero son tantas las victorias de la maldad... los falaces, los remeros del infierno.

Al fin de cuentas, vale la pena algún recordatorio como ese de Néstor Kirchner cuando perdió en 2009. Comparándolo con la impudicia Milei, por llamarle de alguna manera nueva, porque ya no sabemos qué decir del personaje. Del mamarracho que es. Y, sin embargo, del candidato a presidente que también es.

Kirchner había perdido la elección por algo así como un punto y medio, derrotado por Francisco de Narváez, que era como perder con el Pepeganga, el equipo de Venezuela que es un supermercado que una vez jugó la Copa Libertadores. Alica-alicate, campeón de la liga. Y Kirchner, allí, más bien manso, aceptándolo. Como debe ser. En democracia no tenés otro remedio. Por menos que te gusten aquellos que te derrotaron.

Y como ahora Milei, y Clarín a través de Milei, y La Nación +, y Guillermo Francos y Elisa Carrió mencionaron el fraude a cada rato, vale le pena mencionar aquello. Cuando el hombre había perdido por nada y daba la cara para hablarle a su gente de la lucha futura. Igual que Kicillof en 2015. Vamos por más democracia, decían.

Hoy el fraude pasó a segundo plano. Porque la mafia de Magnetto, de Clarín, se entretiene en ese mundo de espías que no nombran si atañe al espionaje de Macri. Lo pasaron por alto. Pero los escandaliza si aparece un carpetero de cuarta y les pasa un WhatsApp a sus rivales políticos. Los WhatsApp de Robles y D'Alessandro no importan nada. Pero ese Zanchetta y el señor Conu y de paso Taillhade se convierten en un escándalo.

Los que se preguntan qué harán las últimas semanas, ya tienen la primera respuesta. Se acuerdan que nos preguntábamos qué inventarán. Con qué van a salir. Bueno, ahí están. Dan un toque de Insuarralde, le ponen una pizca de Rigau, revuelven con la cuchara de Conu y espolvorean con Tailhade. Lo ponen a la mañana en los diarios y dicen 'tomen, giles, esto sí que es un desayuno'.