¿Te considerás famosa?
--No sé, ¿creés que soy famosa?
La que habla es Carolina Álvarez, conocida como Carito en las redes sociales, donde en su perfil se define, ante todo, como actriz y sagrada. Durante la hora y media que duró esta entrevista, la saludaron aproximadamente quince personas: desde niños que salían de la escuela al grito eufórico de “¡es Carito, la de TikTok!” hasta un vendedor de medias que quiso fotografiarse con ella.
Y, aunque considera que todavía no es famosa-famosa (pero sí admite que la reconocen: las pruebas están a la vista), en la cultura de internet se está transformando en esas celebridades que no necesitan de un apellido para saber quiénes son. Como Mirta, Susana y Moria, quienes habitan las plataformas saben que Carito es un nombre propio.
“Me encanta la idea de que se conozca otra parte de mí”, le dijo a Gastón Pauls en “Seres libres”, donde relató por primera vez su experiencia como sobreviviente abuso sexual en la infancia, “soy mucho más que "la gorda que hace videos". Yo soy una disrupción, un corte para este sistema. No entro acá, ni quiero pertenecer, ni voy a entrar en la hegemonía”.
Actriz proletaria formada en el método Stanislavsky, canaliza la energía sensual de la Coca Sarli y el histrionismo magnético de una diosa coronada de la revista porteña. Interpela y dialoga con su público siendo modelo, actriz y protagonizando contenido humorístico. También mostrándose en bata poniéndose un balón gástrico para bajar kilos, y exponiendo a cara lavada el miedo que le da “perder su personalidad hermosa” si adelgaza, y que la dejen de querer si se vuelve flaca.
MaMiMo -Moria Casán, para el vulgo-- la definió como “feliniana”. Gay Icon de las fiestas del under porteño, da Jennifer Coolidge –la dama tortuosa de la serie White Lotus. Punk, incómoda, devota de internet, gorda erótica del pueblo, cordobesa devenida conurbana bonaerense, rompe las redes en cada una de sus apariciones, donde acumula millones y millones de reproducciones. Como toda actriz laburante tiene sus kioscos: va a castings, modela, actúa y ahora hace seis meses que se paga la luz, el gas y el agua con OnlyFans, donde lo que más le garpa son las fotos recién levantada agarrándose las tetas.
Repelente de haters
¿Qué es lo que siempre te preguntan y qué es lo que te gustaría que te pregunten?
--Cuánto peso, si estoy pensando en bajar de peso, si lo del balón lo hice por mi imagen, si me gustaría ser flaca, si creo que voy a tener el mismo impacto en la gente si bajo de peso. ¿Y qué me gustaría que me pregunten? Si me considero un referente para la comunidad gorda en Argentina, ¿quién creés que son referentes para vos? ¿Cómo te gustaría que te conozca la gente? ¿A qué plataforma te gustaría llegar? En teatro, ¿qué te gustaría hacer?
Entre su fan base de clientes, seguidores y admiradores, pulula alrededor de ella una nube gris de haters; intrascendentales mediocres fantasmas anónimos, casi todos machos heridos que no pueden tolerar que una gorda desafíe al patriarcado sabiéndose hermosa y negándose a ponerse en el rol de “gauchita”, que agradece cualquier tipo de migajas de atención.
“Puedo elegir. Puede no gustarme. ¿Por qué me tengo que conformar con lo que me manda el universo, si no es así? Las flacas no se conforman nunca, ¿por qué yo sí? Si yo quiero me puedo comer al bombón también, ¿por qué no?”, le respondió en DDM a Franco Torcchia, que le señaló que en sus videos ella habla de varones a los que rechaza. “¿El humor ayuda?”, le preguntó, en ese mismo ciclo, Mariana Fabbiani. Carito: “Si, pero tampoco se le puede caer bien a todo el mundo. Si no te gusta lo que hago, un besito en la cola”.
¿Estás blindada contra los haters?
--A ver, el otro día un amigo me dijo una frase que me encantó y que planeo robársela por siempre y es: los haters son fans confundidos. Pero, por otro lado, soy humana. ¿En algún punto me duele lo que me dicen? Sí, pero es imposible que me esté doliendo todo el tiempo, porque no es gente que quiero ni gente que conozco.
¿Cómo gestionás ese dolor?
--Me junto con la gente que quiero, hablo con mis amigues, llamo a mi tía, -yo llamo a mi tía todas las noches. Ella me dice: "no les des bola, son unos tarados". Me mimo a mí misma, me miro al espejo, veo lo que soy, lo que valgo. Lo gestiono con mi gente, con mi comunidad, subo un posteo, me contestan. Si estoy muy mal pongo que estoy mal y me hablan, me dicen cosas hermosas, yo los amo.
Se te ve rodeada de afecto, ¿cómo armaste esa red de amigues?
--No es fácil hacerse amigos, pero yo tengo una diferencia. Quienes eran mi familia, mi vínculo de familia, era mi mamá y mis abuelos y todos fueron falleciendo. Entonces, me auto obligué a buscar una familia, y ellos fueron mis afectos, mis amigos. Mis amigos, verdaderamente mis amigos, son mis hermanos, son mi familia. Pero no, no es fácil.
¿Qué ves cuando te ves?
--Veo a una persona hermosa a la que le pasaron muchas cosas, y que yo creo que cuando te pasan tantas cosas, el dolor pasa a un segundo plano y no queda otra que activar el amor. Pienso en el amor de los que ya no están. Esto va a sonar egocéntrico: pienso en lo linda que soy. Me gusta mi piel, me gusta mi cuerpo, me gusta mi cara, me gusta lo que hago para vivir, me gusta el arte, la actuación.
¿En qué tipo de actuación quisieras desarrollarte?
--En el teatro. Yo soy una actriz que sueña con actuar en el Cervantes. No sé si se entiende. Soy una actriz con todos los sueños de actriz.
¿En qué estás trabajando ahora?
--Ahora un poco de todo, soy artista. Tengo kiosquitos. OnlyFans, modelo, hago contenido para marcas, pero no tengo un trabajo horrible que digo “ay no quiero ir, sufro”.
Del call center al viral sensual
El puesto con el que sufría se refiere a su laburo en un call center, donde trabajaba con su mejor amiga, Damaris, hasta que las echaron. Ese fue su puntapié para cerrar esa etapa de full explotación y sumergirse de lleno en la actuación y el mundo de los castings. “A la semana me llamaron”, recuerda de esos primeros momentos, donde arrancó con videos de humor que, desde el comienzo, explotaron con millones de vistas y la llevaron a generar una rueda infinita de más trabajo y más contratos. Y que gira cada vez más rápido.
¿Cómo es tu faceta en OnlyFans?
--No es fácil de entender, me tuvieron que enseñar a usarlo. La gente me pedía un montón que me haga uno.
¿Lo hubieses hecho en otras circunstancias, si no tuvieses tantos seguidores que te lo hayan pedido?
--Sí, vendí contenido un montón de veces en mi vida. El trabajo sexual es trabajo. Vos me preguntás: ¿qué me da de comer? Es eso.
Carito asegura que es algo que le lleva muy poco tiempo producir. A veces sube contenido sensual, donde se le ve la cara, y también explícito, donde no se le ve el rostro. Sin embargo, reconoce que la gente sabe quién es y lo compran “por el morbo” de conocerla.
Tu imagen se viraliza al segundo, ¿cómo te llevás con la idea de que esas imágenes eróticas podrían filtrarse?
--Tengo dos cosas con ese tema. Por un lado, la gente que me hubiese dolido que las vea está muerta. Por el otro, creo que somos la próxima generación que va a empezar a ver a las trabajadoras sexuales como actrices, como madres, como mujeres. No hay tanto problema con eso. Y mi imagen no se puede viralizar porque no se me ve la cara. Podría ser cualquier otra gorda. Y si soy yo, ¿cuál hay? Tengo los ovarios suficientes para que venga cualquiera y decirle: ¿y?
¿A qué otras plataformas aspirás llegar?
--Me encantaría llegar a todas las plataformas digitales, porque internet me cambió la vida. Creo que tendríamos que estar todas las gordas en medios hegemónicos; como actriz me encantaría, gorda o no gorda. Me gustaría actuar en otros países. Lo que menos me gusta es la televisión, pero creo que hay que darle de comer.
Inconformista de vocación
Durante agosto y septiembre, Carito se puso un desafío en mente: entrar a Bailando por un Sueño. Aunque ahora asegura que esa ilusión dejó de interesarle, lo cierto es que sí fue invitada a la gala donde los participantes se sacaron las fotos inaugurales. Ella reconoce que ese programa, históricamente, fue hostil con los cuerpos gordos, usándolos de blanco fácil de mofas vulgares. Sin embargo, Carito tiene la voluntad de meterse en la boca del lobo para hackearlo desde adentro. Su fin último era que Tinelli suba al escenario a una gorda espléndida: la gorda a la que ella le hubiese gustado ver, cuando era una niña, brillando en la pantalla.
“Tu música es increíble, a mí me encanta”, le dijo en ese evento a Flor Vigna, “lo único que te falta es una gorda divina como yo en los videos”. “No te digas así”, le respondió la cantante. Carito: “¡Pero si yo soy una gorda hermosa! No tiene nada de malo”.
“La palabra ‘gorda’ es tan odiada y repudiada desde que tengo uso de razón. Es una palabra que creemos que genera violencia, porque todo lo que está asociado con ser gordo tiene que ver con algo malo. ¿Por qué? A veces pienso en esa Carolina chiquita y lo diferente que hubiera sido mi despertar en la militancia gorda y en mi autoestima si me hubieran enseñado desde un principio que gordo no era una mala palabra, que es el cuerpo que tengo en este momento y que puedo cambiarlo, si quiero o no, que simplemente es una característica fisica”, escribió sobre esta conversación en un posteo en su Instagram.
“Lo del body positive es una mentira”, aseguró en un podcast, donde fue entrevistada por un varón de corte machista que, esta cronista y ella, decidieron no nombrar.” Hay publicidades donde ponen “chicas pasadas de peso y lo glorifican”, le responde el entrevistador. “Y no me parece que sea un buen mensaje decir ‘bueno chicas, mátense comiendo en McDonalds”. “Eso es un pensamiento tuyo, ahí estás prejuzgando. ¿Por qué esta gorda se ‘mata’? Hay un montón de cosas que hacen que una persona sea gorda. Vos podés ser flaco y tener un montón de enfermedades, pero que yo ponga modelos gordas en mi pasarela no quiere decir que promueva la obesidad, quiere decir que muestre corporalidades diferentes”, le respondió en un video que cosechó más de 30 mil likes y 4 mil comentarios.
¿Pensás que el Body Positive es el ‘consuelo de las gordas?
--Totalmente. Es el ‘quedate acá estancada, no importa si no te gustás, sos hermosa igual. ¡¡MENTIRA!! ¿Por qué te tenés que conformar? ¿Porque sos gorda?
¿Cómo llegó el movimiento de ‘amate a pesar de todo’ a vos?
--Me ayudó en el momento que dije: “¿Qué me pasa a mí con mi cuerpo? ¿Cómo puedo controlarlo?”. Llegó porque no quedaba otra. Yo era artista. Yo tenía que afrontar este cuerpo y llevarlo a otro extremo. Yo tenía que enfrentar las críticas. Yo soy actriz. Yo iba a castings, iba a hacer fotos en lencería, me postulaba como modelo, no me importaba. Yo quería ser artista y aceptaba lo que venía con ello. Y las críticas venían con ello. Entonces dije: “bueno, no”. Hay un punto en el que está bien, aguante el body positive. Pero hasta acá. No me voy a acostumbrar a esto, porque no me gusta.
¿Cómo describirías el Body Positive?
--¿Una ayuda? Una… herramienta para poder aceptarnos tal cual somos. Pero siempre tiene que tener un límite. Una cosa es aceptarte a vos misma y otra es jugar con tu salud.
¿En qué sentido?
--Yo soy gorda y soy hermosa y ya lo sé. Pero mi salud no estaba bien. Yo necesitaba sí o sí bajar de peso, yo estaba hecha mierda del azúcar. No me quedó otra. El límite del body positive lo ves cuando nos estancamos en lo que no nos gusta, haciéndonos creer que sí nos gusta. El hecho de conformarme. ¿Por qué tengo qué conformarme con algo que no soy, que no quiero? La vida no me hizo para conformarme.
Y en un punto, también este movimiento insiste todo el tiempo con que “somos suficientes”. Y después salís a la calle y la vida te demuestra que no sos “suficiente”. Termina siendo una nueva imposición: si no llegás a amarte lo suficiente, es tu culpa.
--Debo amarme a mí misma. Debo quererme. Debo ser hermosa. Debo, debo, debo. ¿Cuánto más le vamos a deber a este sistema de mierda machista y patriarcal, que siempre nos hace lo mismo? Yo soy una gorda de pueblo. Lo que pasa con mi cuerpo es un tema político. Hace falta coraje...
¿Qué implica ser una ‘gorda de pueblo’?
--Significa ser una persona que empatiza con las personas que no tuvieron los mismos privilegios que yo. Es una gorda que no tiene miedo ni vergüenza de salir y comerse un choripán en la esquina, o un panchito en Plaza Constitución. Es poder empatizar y ayudar todo lo que se pueda con lo popular, el no caretaje, el no conchetaje, soy lo opuesto a la Mili Pili.
¿A quién admirás dentro del mundo del activismo gordo? ¿Quién sería tu referente?
--No soy muy “filósofa”, yo no voy a mentir… pero a Laura Contrera.
¿Que te gusta de ella?
--Es del pueblo, me encanta cómo explica. Yo soy una piba que no me creo muy inteligente, pero siento que lo que explica yo lo entiendo. Me gusta que explique para todo el mundo.
Una de las cosas que ella más dice es que “para un gordo no hay nada mejor que otro gordo”. ¿Pensás que es así?
--Sí, para un gordo no hay nada mejor que otro gordo, pero también no hay nada peor que otro gordo, porque te va a culpar de todo lo que te estás culpando.
¿Sentís que vos también sos referente del activismo gordo, o quisieras serlo?
--Me gustaría serlo. Como hago videos, no creo que se me tenga el mismo respeto, por lo menos entre mis pares. Sí creo que la gente me toma como referente, pero creo que mis pares me subestiman bastante.
¿Cómo estás viviendo la coyuntura electoral?
--Estoy asustada, no quiero que gane Milei, me da mucho miedo. Quiero que gane Massa, no quiero que Argentina se deje derrotar, así que tengo fe de que vamos a salir adelante, y que en estas elecciones va a ganar Massa y nos vamos a olvidar de Milei dentro de un tiempo.
¿Cómo te sentís hablando de política con tus fans?
--Siempre digo lo que pienso, al que le gusta bien y al que no, que aprenda que hay personas que piensan diferente. Hay personas que tienen diferentes clases de vida, diferentes historias. Pero tampoco es que entro a debatir con todo el mundo. No entro a pelear, no me interesa la pelea. Siempre voy a estar del lado del pueblo, y mis seguidores saben eso y por eso me elijen.