Mientras el microcentro porteño seguía a su ritmo urgido, de a poco en Plaza de Mayo se gestó una música ligera que advertía del encuentro. A las 16 horas tambores, panderetas y birimbaos comenzaron a recibir a los recién llegados. Arengando a los apurados y distraídos, la banda de capoeira se llevaba las miradas curiosas de los transeúntes.
Telas livianas de colores nítidos y vibrantes vestían a los participantes de la primera marcha de las Comunidades Afroargentinas, Afrodescendientes, Africanas, Afrodiaspóricas y Panafricanistas unidas. Entre acrobacias y movimientos ágiles, las rondas se hicieron cada vez más grandes para ver a los bailarines mover sus pies y rulos. El ritual del disfrute atrajo también a un par de habitantes de la plaza que se sumaron a bailar.
“Ya nuestro movimiento social afrodescendiente, afroargentino, ha salido a las calles históricamente por distintas reivindicaciones, ya hemos puesto nuestro cuerpo en resistencia, pero esta es la primera que convocamos y nos organizamos desde distintas organizaciones”, contó Carlos Álvarez Nazareno, sociólogo y educador popular, activista por los derechos humanos de las personas afrodescendientes y fundador de la agrupación Xango.
“Vamos, arriba, alegría, placer”, les deseaba a sus compañeras una chica de rastas largas y aros grandes recién llegada. Un grupo se sacaba fotos con los puños en alto. “Nuestras identidades son resistencia ancestral”, rezaba el cartel entre sus manos. A las 17 la plaza estaba cubierta de colores y los colectivos del candombe, del samba reggae y del capoeira hacían sonar su música.
A un costado del rostro en grande de María Remedios del Valle, en el cartel central de la columna, se leía: “8 de noviembre. Dia nacional de lxs afroargentinxs y la cultura afro. Afrodescendientes, afroargentinxs y africanos contra el racismo, la discriminación y la xenofobia”. Adelante y al frente estaba Sangra Chagas, negra candombera, afrodiaspórica, panafricanista y una de las organizadoras de la marcha. “Hoy celebramos los 10 años de la ley 26.852, que estableció este día como nuestro”, dijo Chagas.
Preparados para avanzar, se levantaron los carteles. “Respeto a religiones de matriz afro”, “Argentina también es negra”, “Somos la historia no contada”, eran algunos de los textos que se leían en la columna. El primer paso lo dieron los referentes de las organizaciones, ubicados al frente y al centro con los puños en alto. Atrás los seguían los religiosos de matriz afro, los colectivos del candombe, del samba reggae y del capoeira y una columna de afrodescendencia organizada que ocupaba por primera vez las calles de Buenos Aires.
“Se ha logrado que más de sesenta organizaciones puedan venir a concentrarse y consensuar. En general este sistema lo que logra es dividirnos, igual que a los pueblos indígenas. Cuando nos dividimos el movimiento se debilita y nos apartamos de nuestra espiritualidad. Por eso este momento de encuentro es muy importante para fortalecernos y continuar con la lucha, porque todavía queda mucho por caminar”, dijo Irma Caupan, parte de la agrupación Afro Indigena Matamba y del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, entre el rugir de los tambores.
“Hoy marchamos en un contexto de crecimiento de discursos de extrema derecha y negacionistas, donde se define qué tipo de Argentina queremos y ahora es cuando la comunidad afro sale a la calle a decir 'derechos sí, derecha no, no al racismo, a la discriminación y a la xenofobia'”, expresó Álvarez Nazareno.
A las 15, de la mano de la diputada nacional Mónica Macha, presentaron en el Congreso el proyecto de ley para el cupo laboral de personas afroargentinas, afrodescendientes y africana, uno de los reclamos levantados por las organizaciones. Al final de la marcha volvieron al Congreso, donde leyeron el documento consensuado con los reclamos unificados de las organizaciones: Ley Antirracista; la preservación de los Territorios Ancestrales y del Patrimonio Cultural; respeto a las religiones de matriz afro; la creación del Instituto Nacional de Asuntos Afroargentinos, Afrodescendientes y Africanos (Inafro); la declaración del 8 de noviembre como Feriado Nacional; entre otros.
“Hay que dejar esa idea lamentable de que Argentina está poblada solamente por gente blanca. La Argentina profunda es negra e indígena, esto es parte de la identidad de ser argentino. Los libros de historia se encargaron muy bien de borrar las huellas de la negritud, pero la afrodiáspora existe, estamos acá hace más de cien años y lo que buscamos es volver a poner en valor y visibilizar esto que se pretende negar de nuestra historicidad”, reflexionó Chagas.
Informe: Lucía Bernstein Alfonsín