En una nueva muestra de desconocimiento o nula experiencia en materia de gestión, el candidato a presidente de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, ratificó que, de llegar al gobierno, rompería las relaciones diplomáticas entre Argentina y Brasil y no mantendría diálogo alguno con Luis Inacio "Lula" Da Silva, por considerarlo "comunista" y "corrupto". Además, aseguró que para comercializar con otros países no hace falta que intervenga el Estado.
En un mano a mano con el periodista Jaime Bayly, el ultraderechista aseguró que no se reuniría con Lula, y al ser consultado sobre si es un corrupto, afirmó que "obvio, por eso estuvo preso".
Luego, Milei intentó explicar cómo en un futuro gobierno netamente liberal los ciudadanos podrían elegir con quien comercializar, sin la intervención del Estado. "Van a poder hacer transacciones comerciales con quien se les dé la gana", afirmó. "Desde mi posición como Jefe de estado mis aliados son Estados Unidos, Israel y el mundo libre", sumó.
Lo que escapa de la mirada de libertario, ya sea por terquedad o desconocimiento, no solo es que Brasil y China son los principales socios comerciales de Argentina, sino que en el mundo no existe un mercado completamente liberal. Es decir, todos los países, incluso los más libres, no permiten ingresos de mercaderías o servicios que no estén debidamente respaldados por los Estados del sitio donde se producen. Por lo que comercializar con un país con el que no se tienen relaciones diplomáticas, puede tornarse algo complejo para el empresariado argentino.
Asimismo, en otro pasaje de la entrevista, Milei volvió a exponer su total desatención o interés sobre la industria nacional y ratificó su idea de "competencia libre" y aseguró que "quien no esté a la altura irá a la quiebra".
"Conmigo van a tener que competir. Van a tener que ganarse el pan con el sudor de la frente. Van a tener que servir al prójimo con bienes de mejor calidad al mejor precio, o irán a la quiebra. Eso es capitalismo. De eso se trata", afirmó el libertario.
Finalmente, se atrevió a imaginar su futuro como presidente e incluso fue más allá al hablar de su retiro. "Supongamos que gano y la presidencia es tan exitosa que soy reelecto. Pasado esos 8 años, me retiro totalmente de la política. Me dedicaría a dar clases, a leer, a escribir, a dar conferencias, a tener una vida familiar, y sobre todo estudiar la torá", señaló.