El principal académico y defensor de la dolarización en Argentina, el prestigioso economista Guillermo Calvo, sostuvo que esta provocará “una fuerte corrida contra el peso” y que en el actual contexto “una hiperinflación no se puede descartar”. Expresó sus palabras en la Conferencia Anual 2023 de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), otro think tank ortodoxo que supo abrazar la idea de dolarizar en los años noventa. Calvo además afirmó que adoptar el dólar para transacciones en Argentina por decisión política sería un “experimento único”, desconocido hasta el momento.
“La liquidez es un concepto fundamental para la economía, como el oxígeno es a la vida”, afirmó Calvo en su introducción. Y luego se refirió a la “liquidez transaccional” para diferenciar a la que actualmente tiene del dólar en Argentina –porque nadie duda que puede hacerse cash o efectivo- pero que es distinta a pensar que puedo ir al supermercado y otorgar dólares a cambio de bienes. Esa diferencia es fundamental para el economista: “definió ‘bimonetarismo’ como la situación en la que el peso y el dólar tienen liquidez transaccional (…) y parece no ser el caso de Argentina todavía”, agregó.
“Si permito usar el dólar para transacciones, entonces todos preferirán el dólar y esa es mi preocupación”, continuó. Y entonces advirtió sobre el riesgo de “que se produzca una fuerte corrida contra el peso” que “provocará más inflación y empeorará la distribución del ingreso”. Además afirmó que en el actual contexto “no puede descartarse un riesgo de hiperinflación”.
El distinguido economista, profesor en Columbia y ex economista jefe del BID, marcó una diferencia entre los países donde el bimonetarismo (como él lo entiende) se generó casi espontáneamente, como fue en Venezuela donde destruyó completamente a la moneda local, y el caso de Argentina que sería “un experimento único”. Y continuó: “Sería el caso en donde alguien dice ‘el dólar no está siendo usado para transacciones, porque yo lo he prohibido, pero ahora lo vamos a hacer factible’… Ese experimento no lo conozco, si alguien lo conoce sería muy interesante verlo”.
Consultado por Página 12, el economista Alejandro Vanoli puso en contexto las palabras de su par liberal: “Guillermo Calvo es un economista ortodoxo que cobró fama porque anticipó el ‘efecto tequila’ en México en 1994 y escribió un paper allá por 2001/2002 diciendo que los países que tenían una crisis grave tenían una oportunidad de salir de la misma dolarizando. Es decir, él apoyó la dolarización en los noventa particularmente pensando en Argentina. Y después durante el gobierno de Macri también dijo que había una oportunidad para dolarizar”. Ante la inminencia de los riesgos actuales, Calvo decidió finalmente abandonar la defensa de la dolarización.
“Me parece que ningún economista, sea ortodoxo o heterodoxo, en su sano juicio, hoy recomendaría una dolarización porque implicaría una mega-devaluación. Cálculos muy conservadores llevarían el tipo de cambio entre 3.000 y 5.000 pesos por dólar, lo cual implicaría una pulverización del salario y una hiperinflación que serían un desastre”, afirmó Vanoli. “Por eso la inmensa mayoría de los países tienen su moneda, para poder administrar la política económica”, concluyó.
Para Emiliano Libman, doctor en Economía por la Universidad de Massachusetts y co-autor del documento Bimonetarismo en Argentina: consecuencias y alternativas a la dolarización, del think tank heterodoxo Fundar, “las afirmaciones de Calvo sobre el bimonetarismo me parecen correctas: creo que no se puede hablar de economía bimonetaria hasta que el dólar sea de curso legal y pueda usarse fácilmente para comprar cualquier producto o servicio; (...) coincido con que esto sería un peligro en el contexto actual de Argentina”.
Experimento único
Guillermo Calvo discutió en sí que haya antecedentes tranquilizadores sobre bimonetarismo y se refirió a las afirmaciones del economista Horacio Liendo sobre el período en el que en Perú, en 1993, el dólar convivió con la moneda local “sin mayores problemas”.
“Liendo, a quien yo respeto mucho, sugiere que en Perú 1993 se pudo volver transaccional al dólar y no pasó nada. Al contrario: fue bueno. Pero el problema es que Perú ya había tenido la hiperinflación en 1990. Y bueno, con la híper, muchas de esas cosas se limpiaron y no hay que preocuparse. En Venezuela también ahora se puede usar el dólar pero antes tuvieron la inflación más alta del mundo, que destruyó la moneda local y, obviamente, lo que quedaba en principio era el dólar y uno llega al bimonetarismo de esa manera, que es muy fea”, agregó.
“Si vamos muy rápido en hacer que el dólar pueda funcionar como como liquidez transaccional, podríamos estar acelerando un problema que no es para nada bueno”, aseguró refiriéndose a la inflación.