Desde un Gran Rex explotado de militancia y dirigencia peronista, Sergio Massa envió un mensaje a la oposición que aún no definió su postura de cara al balotaje. A 10 días de la final contra Javier Milei, expuso sus "10 acuerdos para el futuro de la Argentina" y convocó a todas las fuerzas políticas que "creen en un desarrollo con inclusión" a trabajar unidos para "terminar con la grieta" y "reconstruir el autoestima de los argentinos". Haciendo hincapié en defender la industria nacional, la mejora del ingreso, el superávit fiscal, la coparticipación, la seguridad y la educación pública, Massa presentó su plan de gobierno y reforzó su premisa de construir, a partir del 10 diciembre, un gobierno de unidad nacional. "Todo aquel que sienta que la bandera lo llama, no importa de donde venga, que venga a construir la etapa que viene. El mayor cambio que se puede hacer es construir la unidad nacional y esa es tarea de todos nosotros", convocó, en un discurso que tuvo desde pedidos de disculpas a la sociedad hasta dardos directos contra el "negacionismo a los derechos humanos y el medio ambiente" de la alianza libertaria.
"Preparame la boleta pa' votar a Massa que lo damos vuelta", cantaban dirigentes y militantes apenas Sergio Massa ingresó en el teatro del centro porteño. Estaba repleto y, distribuidos entre las primeras filas, no sólo estaba la primera línea dirigencial del panperonismo, sino también científicos, rectores, deportistas y referentes de derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel.
"En los últimos 20 años no debemos haber coincidido políticamente en nada, pero verte acá es un orgullo", le dijo al Nobel, risueño, el ministro candidato de Unión por la Patria, entre los aplausos y risas de los presentes. Estuvieron los ministros Eduardo "Wado" de Pedro, Gabriel Katopodis, Daniel Filmus, Jaime Perczyk; intendentes como Mayra Mendoza; los referentes sindicales Pablo Moyano, Héctor Daer, Carlos Acuña y Sergio Palazzo; les diputades Ramiro Gutiérrez, Daniel Gollán, Mara Brawer y Eduardo Valdes; senadores como Juliana Di Tullio. Entre muchos otros.
"Esto de hoy pretende ser la semilla que establezca que podemos sentarnos a la misma mesa, que podemos compartir el mismo techo y podemos construir 10 consensos básicos, y enterrar definitivamente el negocio del odio que se convirtió la grieta en la Argentina", arrancó Massa, quien llamó a "enterrar la grieta como método de la destrucción de la convivencia" a partir del 10 de diciembre. El ministro de Economía pidió disculpas por "las expectativas que no supimos cumplir", pero aseguró que tenía el "coraje" para "enfrentar los cambios que la Argentina necesita" a partir del 10 de diciembre.
El primero de los "grandes acuerdos" de Massa para un futuro gobierno hizo eje en el Trabajo y la Producción. Reivindicó la necesidad de defender el trabajo argentino frente "a los ataques sistemáticos de apertura que destruyen esfuerzo de empresarios y el salarios de trabajadores". Defendió la necesidad de mejorar los ingresos y de generar puestos de trabajo registrados, pero, a su vez - que sería el Segundo de los acuerdos - la importancia de "construir superávits gemelos" que le habían dado a la Argentina "los momentos de mayor desarrollo económico y de distribución del ingreso". "Superávit fiscal con sistema tributario progresivo, pero superávit comercial para hacer fuerte nuestra moneda. El mejor remedio para bajar la inflación es exportar mas de lo que importamos", resaltó.
El tercer eje fue el Federalismo, y ahí le envió un mensaje cifrado a los gobernadores de la oposición. "La coparticipación es intocable", resaltó, apuntando directamente contra la amenaza de Javier Milei de eliminarla, y prometió sostener la inversión pública "como motor de la distribución del crecimiento". "Desde el 10 diciembre quiero trabajar con cada uno de los gobernadores sin discriminación, quiero que sepan que no me importa el origen partidario en medida que sean parte de la construcción de un proyecto desarrollo con inclusión", señaló.
El cuarto eje fue el desarrollo de las "industrias del futuro" - defendiendo el régimen industrial de Tierra del Fuego y la construcción del gasoducto Néstor Kirchner - y el quinto fue Medio Ambiente. Fue reivindicando la necesidad de tener una agenda contra el cambio climático que recibió una de las oleadas más intensas de aplausos: "El que destruye humedales, el que contamina ríos, tiene que ir preso. Que no me vengan con negacionismo ni en derechos humanos ni en cambio climático, porque es un dato de la realidad", destacó.
El sexto acuerdo era la defensa de la Educación pública y ahí también cosechó chiflidos, cantos y aplausos de apoyo. "Tenemos que defender un sistema educativo desde los 45 días hasta la universidad, público, gratuito, de calidad, inclusivo y con tecnología. Ni vouchers ni aranceles: público, gratuito, de calidad e inclusivo", exclamó y acusó a la oposición libertaria (y macrista) que "se llena la boca diciendo que la mejor herramienta para combatir la pobreza es la Educación" y después pedía arancelarla.
El tono fue subiendo, con críticas cada vez más duras hacia su contrincante de cara al balotaje -por los vouchers, por la amenaza del recorte en el gasto público-. En un momento, Massa paró para controlarse y bromear al respecto. "Ya voy a volver al modo de los consensos. Esta campaña me ha terminado de construir el carácter, aprendí a tolerar con calma las peores descalificaciones y aprendí a poner la otra mejilla. Aprendí a abrazar a los que nos odian y aprendí que lo más importante es construir una patria para todos", destacó, todavía risueño, mientras todo el teatro se paró de sus butacas y empezó a corear, a los gritos, "Massa presidente".
El séptimo acuerdo nacional refería a la importancia de invertir en ciencia y tecnología. Ahí le habló a los científicos del Conicet: "No los vamos a tachar, los vamos a promover son parte del orgullo argentino", afirmó, entre aplausos de varios científicos presentes. El octavo acuerdo estaba vinculado a un reclamo que su competidor en la interna, Juan Grabois, le había pedido sumar al programa de gobierno: un plan de desarrollo humano. Ahí prometió construir dos millones de lotes con servicios para la construcción de viviendas a partir de los terrenos ociosos del Estado e insistió en la importancia de defender un sistema previsional público: "Cuando dicen que van a cortar 15 puntos del gasto están mirando a los jubilados", advirtió.
Por último, el noveno acuerdo fue tener una "política exterior inteligente" -y aprovechó para apuntar contra la deuda contraída con el FMI y prometió un "Nunca Más en la Argentina de deuda tomada para financiar gasto público y fuga de capitales"- y el décimo, el compromiso a una agenda de Seguridad y Justicia.
Después de una hora de discurso en un clima cargado de un entusiasmo que pretendía hacerle frente a las últimas encuestas --la mayoría de las cuales está dando una leve ventaja a Javier Milei--, Massa cerró el acto convocando a quienes no lo habían votado: "Vayamos a buscar a quien no piensa como nosotros y decirle que venga, que no pedimos carné de entrada, que queremos invitarlos a construir esos consensos básicos".