El juez Carlos Leiva dictó prisión preventiva por 60 días para los 18 policías imputados en la persecución fatal que terminó con la vida de los jóvenes Emanuel Medina y David Campos, el 23 de junio pasado, en Arijón y Callao. De ese total, cinco mujeres cumplirán el plazo en prisión domiciliaria, por ser madres de menores de 5 años. Uno de los policías detenidos la noche del martes fue imputado por homicidio; mientras que otros dos están bajo la lupa y por el momento fueron acusados solo de encubrimiento, al igual que el resto. Es que el fiscal Adrián Spelta espera una pericia sobre la bala que terminó con la vida de Campos, una de las víctimas, porque no está claro aún de qué arma partió: la duda está entre dos efectivos que claramente dispararon sus armas. En la audiencia, el fiscal mostró un video impactante que filmó un vecino, un minuto y medio después de que el auto de las víctimas terminara contra un árbol y se oyeran los primeros disparos: "Lo quemaron, boludo", gritó una voz masculina, y en ese momento retumbaron cuatro detonaciones más. Para Spelta fue un "fusilamiento", seguido de falsedades. "Estoy en presencia de funcionarios que deben dedicarse a lo contrario de lo que sucedió. No esperaba esto: llegué al lugar del hecho y les creí desde la primera palabra; y como les creo yo, les creen todos los fiscales y toda la ciudadanía. Incriminaron a dos inocentes. Ni aunque les hubiesen disparado se merecían que los maten como los mataron. Espero otra cosa de la gente que trabaja para el Estado", dijo el fiscal. Más tarde habló de un abuso desde la persecución, porque "si las víctimas hubieran tenido algo que ocultar, se hubiese encontrado".
La exposición del fiscal dio cuenta de la brutalidad del hecho y de lo alevoso de la falsedad y adulteración de pruebas. Es que no solo los persiguieron durante 28 minutos, a los tiros, sino que al llegar al lugar del hecho, al menos tres personas dispararon y provocaron la muerte de David Campos y Emanuel Medina. Sumado a ello, adulteraron la escena del hecho y todo lleva a entender que plantaron armas en cercanías de cada una de las víctimas que quedaron en sus asientos del auto, sin siquiera haberse quitado el cinturón de seguridad.
El fiscal le imputó a Alejandro Bustos "haber descendido del móvil Pick Up en el que era acompañante cuando el vehículo VW Up gris, que iba en dirección contraria, impactó contra un árbol ubicado en mitad de cuadra por Callao al 5700. Sin recibir disparo previo, abrió fuego con su arma reglamentaria calibre 9 milímetros hacia los ocupantes", dijo; incluso, el arma de Bustos era la única con caño poligonal y no hay dudas de que sus proyectiles impactaron en el cuerpo de los jóvenes. También lo acusó de "haber insertado en el acta conjunta (firmada por los agentes de la Policía de Acción Táctica y del Comando Radioeléctrico) datos falsos contestes con la adulteración de la escena del hecho y la mecánica, con intención de perjudicar la investigación". Por todo ello, lo acusó del delito de "homicidio calificado por abuso de función agravado y falsedad agravada".
Otros 17 efectivos, Leonel Mendoza, Marcelo Escalante, Walter Ocampo, Hugo Baroni, Roxana Ramírez, Aldo Benítez, Fernando Varela, Paola Cano, Daniela Abraham, Germán Mareco, Alexis Tunneur, Jesica Lescano, Alejandro Bolaño, Ricardo Almada, Leandro Cardozo, Claudio Canclini y María Ramírez, fueron acusados por lo que sucedió posteriormente al crimen. "Tras el delito de Bustos, ustedes alteraron, hicieron desaparecer rastros y pruebas o no impidieron que otros lo hagan, ni denunciaron el accionar. Ello, con intención de ayudar al autor, extrayendo de la escena vainas y proyectiles, adulteraron la evidencia balística para hacerla coincidir con el relato respecto de que los policías respondieron" a supuestos disparos. También los acusó de "haber insertado datos falsos en el acta, para perjudicar la investigación" y les imputó "encubrimiento doblemente agravado por la gravedad del delito y por tratarse de funcionarios públicos", cuya escala penal va de 1 a 12 años de prisión.
En tanto, sobre Escalante y Mendoza radican las dudas con respecto al autor del disparo que provocó la muerte de Campos, que ingresó en un pómulo y se alojó cerca de la nuca. Para ello, Spelta pidió nuevas pericias y hasta una reconstrucción del hecho, ya que cada uno de los sospechosos se encontraban a la derecha y a la izquierda de la víctima, con armas de caño convencional. "Hay dudas en este momento para saber si esta bala es de Escalante o Mendoza, por eso no se los imputa ahora por homicidio", dijo el fiscal que espera nuevas pericias. Todo indica que uno de los dos será el segundo sindicado por homicidio.
En la audiencia el fiscal mostró la ruta que recorrieron Emanuel y David, durante la persecución. "Los chicos vivían en Lituania y Roma, y (durante la persecución) pasaron por ahí dos veces. Los vieron sus familiares que declararon en ese sentido; y dijeron que la segunda vez ya vieron estallado el vidrio trasero", lo que da cuenta de que ya había disparos. "Pasan por la entrada de calle Mangrullo, por otras calles sin nombre, de tierra, y cuatro motos tratan de hacer barricada cortando el paso. Esa moto (el fiscal la señala) dispara con una antitumulto y la otra, con una nueve milímetros".
Entre las cuestiones que llamaron la atención al fiscal al llegar al lugar del hecho, mencionó: "Deberíamos haber encontrado más proyectiles, pero mágicamente desaparecieron de la escena del hecho. Era dudosa la escena", reveló ayer sobre evidencias perdidas. También le dijo al juez que fueron alteradas las pruebas con respecto a dos armas encontradas adentro del auto de las víctimas, como reveló ayer este diario: en una de las armas, las vainas que quedaron dentro del tambor tenían una marca que no se corresponde con el revólver. Por ello, también se estima que cometieron adulteración para que las manos de Campos dieran positivo en el dermotest. Justamente, desde el primer día los familiares de las víctimas hablaron de "armas plantadas".