A casi un año de su despedida de los escenarios, el cantautor español Joan Manuel Serrat hizo este miércoles un recorrido por su vida y obra en una conversación con estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard, donde contó que cantar, para él, fue tanto un oficio como un vicio. 

La charla de la que participó Serrat, invitado por el Instituto Cervantes, fue organizada por el Departamento de Lengua y Literatura románica de la universidad en el teatro Farkas Hall.

El músico habló ante un público con mayoría de mexicanos, argentinos y españoles, a quienes revelo que "nunca quiso ser otro" porque jamás se sintió esclavo de su personaje, según informó Marta Mateo, directora del Centro Cervantes de Harvard,

En la conversación, Serrat reconoció que para él cantar fue "un vicio maravilloso, pero también un oficio" que le permitió durante sus más de 50 años de carrera conocer e intercambiar con otros cantantes "muchas experiencias maravillosas".

El cantautor no rehuyó las preguntas políticas y dijo que recién en su adultez, tras haber tenido "una infancia feliz", se hizo consciente de las injusticias que le rodeaban y adquirió un compromiso innegociable con los valores democráticos y la justicia.

Respecto a su identidad, reivindicó ser "charnego" al proclamar que el mestizaje le parece "estupendo y enriquecedor", y quiso quitar importancia a la idea de la patria haciendo suyas las palabras de su propia madre, quien decía: "Yo soy de donde comen mis hijos".

Al finalizar el conversatorio, se abrió un espacio de preguntas a estudiantes, que tenían una sorpresa preparada para el cantante catalán: cuatro alumnos interpretaron en modo jazzístico tres de los temas más míticos de Serrat, "Mediterráneo", "Aquellas pequeñas cosas" y "Penélope". 

Para no defraudar a nadie, Serrat se unió al cuarteto y cantó con ellos los compases finales de "Penélope", antes de ser despedido con una ovación.