Un grupo de organizaciones de laicas y laicos católicos, y un número muy importante de personas a título personal, y aludiendo a su condición “miembros de pleno derecho de la Iglesia Católica” les dirigieron una carta a los obispos argentinos -reunidos en estos días en asamblea plenaria en Pilar- para demandarles un pronunciamiento “urgidos y angustiados, tanto como gran parte del pueblo argentino en general y gran parte también de los fieles católicos en particular, ante la inédita gravedad de la disyuntiva que se nos plantea en las elecciones del próximo 19 de noviembre”.

Los firmantes sostienen que en estas elecciones “lo que está en juego no es ni un determinado proyecto político ni el nombre del próximo presidente sino que lo que se decide es la continuidad de la democracia y con ella la posibilidad de la convivencia social y el progreso en el camino de la justicia social, un concepto central para la Doctrina Social de la Iglesia que sin embargo es considerado ‘aberrante’ por uno de los candidatos”.

Argumentan que “la magnitud de lo que está en juego, las amenazas que se ciernen sobre el pueblo de la Nación, y especialmente sobre los sectores más humildes – es decir aquellos que el Señor nos encomienda especialmente – son tan vastas y tan destructivas del tejido social y de la convivencia, que como fieles católicos nos vemos compelidos a pedirles que individualmente y como cuerpo representativo de la Iglesia Argentina no permanezcan en silencio ni se mantengan prescindentes”.

La iniciativa fue impulsada inicialmente por Cristianos para el Tercer Milenio (CTM) y al difundirse sumó rápidamente la adhesión de católicos laicos a título personal, también de algunos sacerdotes y religiosas, y de organizaciones tales como el Colectivo Kevin O´Neill por Memoria, Verdad y Justicia para los Mártires Palotinos, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Generación Francisco, Espacio Interreligioso Patrick Rice y Fraternidad Laica Carlos de Foucauld, entre otros.

En el texto dirigido a los obispos se recuerda que “tal y como lo dice la Comisión de Justicia y Paz del mismo Episcopado nacional, la existencia misma de la Nación como el ámbito fértil para el desarrollo de una vida en comunidad, que afiance los valores de la paz, de la igualdad, del trabajo, de la inclusión, de la justicia y de la equidad territorial para realizar juntos un proyecto en común, parece hoy amenazada’ ”.

Se insiste en consecuencia en que “en esta oportunidad no se trata de renunciar a orientar la elección entre un candidato u otro o entre un proyecto u otro, lo que sería razonable” porque se está “ante una situación cualitativamente distinta”. Para los fieles católicos “de lo que se trata hoy y aquí es de la necesidad ineludible de hacer todo lo posible para evitar el salto al abismo. Un abismo anunciado, un abismo en el que el amor, la solidaridad, el afecto social y la justicia social, es decir los valores básicos de nuestros Evangelios, serán reemplazados por el individualismo, el egoísmo, el cálculo, los intereses personales y la lucha despiadada por hacerlos primar sobre los de hermanos, los que ya no serán considerados hermanos sino simple y fríamente competidores, cuando no enemigos”.

Por tal motivo, dicen casi a modo de súplica, “hermanos obispos, permítannos pedirles, desde nuestro largo camino como hombres de fe y de Iglesia, que impulsen al pueblo de Dios a defender la vida con su voto”. Porque, finaliza diciendo la carta que continúa sumando adhesiones, “la prescindencia, que pudo ser el camino correcto en otro tiempo y en otro contexto, no es virtud, y ni siquiera es posible, ante la grave y peligrosa coyuntura que atraviesa el pueblo de Dios que peregrina en la argentina de hoy”.

Evangélicos

La Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), que reúne a las más importantes iglesias protestantes históricas del país, emitió una carta pastoral ante la proximidad de la segunda vuelta electoral en la que solicita que “en las próximas elecciones prime el amor por sobre el odio, la razonabilidad por sobre los enojos, el interés común por sobre el egoísmo”. En el documento, que lleva la firma del pastor presidente Leonardo Schindler, se invita a buscar “información veraz; leamos las plataformas políticas que han presentado ambos candidatos” y “votemos sin dejar de lado los consensos democráticos que supimos alcanzar a lo largo de la historia”.

Antes de solicitar que “a la hora de emitir nuestro voto tengamos presente las enseñanzas de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” la FAIE reafirma su “solidaridad con quienes nacen en pesebres olvidados, padecen las injusticias y cargan sobre sus cuerpos el pecado del mundo. Es por ello que expresamos la necesidad de prácticas y políticas honestas que promuevan la justicia e inclusión social, redistribución de la riqueza, el valor de los salarios, acceso público a salud, vivienda y educación; trabajo en condiciones dignas, seguridad”. Y en relación a este último aspecto, “rechazamos cualquier proyecto que promueva la libre portación de armas” porque “más armas es más violencia” dicen los dirigentes evangélicos.

Entre otras consideraciones la FAIE sostiene también su convencimiento de que “el diálogo es la forma de superar los disensos” porque “en democracia hay adversarios políticos no enemigos” y “cualquier intento por eliminar a quienes piensan diferente nos deshumaniza como sociedad”.

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