El escritor, historiador y médico especializado en psiquiatría y psicoanálisis Pacho O'Donnell acaba de publicar un libro en el que reflexiona sobre la vejez y el "viejismo" y busca transmitir la "intención de convertir esta etapa tardía y cada vez más prolongada en la mejor de nuestras vidas", tal como reza parte de la sinopsis de La nueva vejez, ¿La mejor edad de nuestras vidas? (Editorial Sudamericana).

En diálogo con AM750O'Donnell señaló que el libro lo escribió "para sí mismo". "No pretende ser de vida buena. No pretendo ser un gurú que transmite sabiduría. Es una invitación a vivir la mejor vejez que uno pueda", planteó.

"Cuando comprendí que era viejo, decidí tener la mejor vejez posible, lo cual no es fácil porque las personas mayores somos el sector más numeroso y discriminado en Argentina", agregó.

E instó a "entender que la vejez puede ser una etapa activa, dinámica, creativa, erótica, siempre y cuando tengamos en cuenta que una gran mayoría de personas mayores está en situación de vulnerabilidad".

"La vejez actualmente es una etapa más larga que la infancia, la juventud o la adultez. Esto hay que tenerlo en cuenta porque es una etapa en la que uno puede saldar deudas con uno mismo", afirmó.

Además, en un tono autorreferencial, el autor de El tigrecito de Mompracén (1980) y El Che (2003), entre otros títulos de ficción y no ficción, enfatizó: "Yo descubrí el cuerpo a mis 63 años,  cuando se me diagnosticó una grave insuficiencia cardíaca. Me dijo mi médico que hiciera una actividad física para recuperar la parte del corazón que había sobrevivido. Empecé a hacer gimnasia y descubrí que el cuerpo estaba ahí, que las personas abandonamos el cuerpo a los 40, a los 50 años", reflexionó.

"Sentimos que, a medida que cumplimos años, el cuerpo deja de ser nuestro y la sexualidad también. Mi experiencia más grande fue descubrir que el cuerpo está, que no nos abandona. Está esperando que le demos la importancia que requiere y merece", agregó al respecto.

Además, advirtió que "la política pública no tiene ningún proyecto para las personas después de su jubilación".

"La jubilación es un momento muy dramático porque cuando uno le pregunta a una persona qué es, responde que es abogado, empleado, etc. Es como su identidad. Cuando se jubila, deja de ser. Y cuando se retira pierde esa red social de tantos años, sus compañeros de trabajo. Por eso, si no se ha preparado para la jubilación, es un momento muy dramático y muy propenso a la depresión", expresó.