Botas texanas, sombreros de vaquera, boas y pelucas de colores, stickers con strass que forman dibujos en las caras y hombros de los y las fans. Los comerciantes de la zona, desde el kiosquero al zapatero, aprovechan para improvisar una mesa con remeras, pases VIP de fantasía, tatuajes de henna, posters, sandwiches de milanesas veganas y jugos estilo “Naranjú”. La previa del primer recital de Taylor Swift en Argentina parece una coda de la marcha del orgullo del sábado pasado en lo que respecta al despliegue de outfits y merchandising, pero también en relación al clima de alegría y deseos de sentar posiciones políticas.
Por todos lados se ven desde la mañana micros que vienen de distintos puntos del país. En la capital cordobesa, por ejemplo, fueron furor los paquetes turísticos para venir al recital, con transporte hasta la entrada de la cancha de River incluida. La mayoría de los chicos y, sobre todo, chicas tienen “pulseras de la amistad”. Las hacen ellas mismas con mostacillas con letras --con versos y títulos de las canciones, contraseñas y guiños entre fans--, y en los recitales se suelen intercambiar como gesto de compañerismo y comunidad.
“Swiftie no vota Milei”
Un grupo de swifties prepararon su propia versión proselitista de las pulseras: con cuentas celestes y blancas. En vez de letras de canciones, tienen las siglas del partido que lleva como candidato a Sergio Massa para el balotaje del 19 de noviembre: “UxP2023”. Dicen también “Just stop Milei”.
Las pulseras son parte de una acción coordinada de un grupo de fans que, se sabe, por estos días se expresaron categóricamente en contra el candidato libertario y vienen recorriendo las inmediaciones del Monumental, para decorar el barrio de Nuñez con pegatinas que no dejan lugar a dudas: “Swiftie no vota milei”, "Milei es invotable" y "We are never ever getting back to Menem (Nunca nunca vamos a volver a Menem)".
Es que a tan sólo diez días del balotaje casi no va quedando lugar para la neutralidad. Cada vez más figuras públicas cuentan a quién van a votar. De Beatriz Sarlo hasta lo que queda de los rollingas, de Rodrigo de la Serna hasta Baby Etchecopar. En plan de estar a la altura del momento histórico, hace rato que las swifties argentinas se metieron en la campaña, dando cuenta de su postura con un comunicado en el que citan frases de Taylor como “No puedo votar por alguien que no esté dispuesto a luchar por la dignidad de todos, sin importar su color de piel, pelo o a quién amen". En la misma línea se posicionaron contra La Libertad Avanza fans de BTS, la banda surcoreana, luego de que la candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel hiciera públicas sus consideraciones racistas sobre el grupo. Es decir: en las dos últimas semanas dos grupos de fans argentinos de pop mainstream, que tal vez se cuenten entre los más populares del mundo, se metieron a jugar directamente en el tablero electoral.
Las primeras de la fila
Las coberturas sobre "las chicas que vienen acampando esperando la llegada de Taylor Swift" hicieron foco en las manifestaciones de devoción, y también en que "abandonaron sus responsabilidades" para acampar. A pocas horas de que empiece el primer recital, ellas contestan que “¡qué prejuiciosos! Qué infelices tienen que ser para tirar hate contra lo que nosotras hacemos en nuestro tiempo libre sin molestar a nadie”. Las que hablan son Giuliana y Agustina, de 20 años. La primera vive en Caseros y la otra, en Tigre. Ambas trabajan como empleadas en comercios y estudian diseño. Viven con sus padres y están acampando desde el 30 de mayo, es decir, unos días antes de que se anunciara la visita de Switf.
Están esperando que se abran las puertas del estadio, llenas de brillos y colores, sobre un colchón de dos plazas que sobrevivió a las lluvias de estos meses. Junto a la carpa, enhebran mostacillas para hacer las pulseras que van a intercambiar con otras fans.
En estos meses fueron circulando por la carpa 30 chicas, todas amigas y amigas de amigas. Haber pasado acá este tiempo para guardar los lugares en la fila no es, según cuentan, tanto sacrificio como parece, ni “dejaron sus vidas” para hacerlo: “Mucha gente dice que cada vez tiene menos tiempo para estar entre amigos, les cuesta juntarse incluso una vez al mes. Yo termino de trabajar, me baño y vengo acá a pasar tiempo con mis amigas. Pero no es que estamos ‘de vacaciones’, todas estudiamos y/o trabajamos, pero encontramos la manera de organizarnos”. Cuenta que la convivencia estos meses fue armónica, sin conflictos, más allá de algún entredicho por temas de limpieza.
La idea es asegurar que siempre haya alguien en la carpa y distribuirse de modo de nunca dormir solas. Estos meses de acampe les aseguran estar pegadas al escenario, son la primera carpa en la fila para el campo.
Facundo Indarte permaneció en la fila desde las 10 de la mañana. Tiene entradas para todos los recitales, por lo cual lo esperan tres días más de acampes rotativos. Tiene cinco tatuajes de Taylor Swift: la fecha de nacimiento de la cantante, dos fragmentos de canciones, una luciérnaga (relacionada con una canción), un “22” por un tema de igual nombre, que además es su edad. Lo que más le gusta de Swift es el modo en el que a través de sus letras le ha logrado transmitir “las experiencias que viven comúnmente las mujeres jóvenes de mi generación. Como varón me ayuda a entender una experiencia que obviamente yo mismo no puedo vivir, entender cómo son educadas las mujeres”.
Facundo vuelve sobre algo que casi todo el mundo repite como su característica preferida de Swift: “Te sentís muy identificado con sus letras, su música, sus vivencias, sus declaraciones, su biografía. Habla de sus experiencias. Son canciones que tocan temas sociales aunque quizás no tan directamente. Habla de sus experiencias de su vida, pero de un modo en el que podés sentir que son nuestras experiencias también. Temas de acoso por ejemplo, de inseguridades con tu propia persona y con tu cuerpo que tienen que ver con imposiciones desde afuera, sobre todo sobre el cuerpo de las mujeres”.
Galletitas contra Trump y swifties politizadas
En las elecciones legislativas de Estados Unidos de 2018, Swift se posicionó fuertemente en relación a Marsha Blackburn, candidata republicana al Senado que estaba en contra del matrimonio igualitario, de la lucha contra la brecha salarial y a favor de la portación libre de armas, temas que hoy en Argentina son parte del discurso y la plataforma de gobierno de La Libertad Avanza.
En el documental sobre su vida y carrera, Miss Americana de 2019, se ve un momento donde Swift discute con su padre, quien le recomienda que no se exprese políticamente. De ahí viene esa frase que se repitió mucho por estos días sobre su necesidad de estar "estar del lado correcto de la historia”. Fue a partir de ese año que Swift entró de lleno a jugar en la campaña contra Trump de cara a las presidenciales del 2020. Convocó a registrarse para votar, se refirió muchas veces a la importancia de defender los derechos adquiridos y llamó expresamente a votar por Joe Biden. Incluso tuvo un cruce de tuits con Trump en el que le dijo "te vamos a sacar en noviembre" y posteó una foto con galletitas recién sacadas del horno que decían "Biden 2020".
“Lo que convocó a Taylor en EEUU a plantarse contra Trump fue lo que éste proponía desde un sector de extrema derecha y todo lo que significaba la xenofobia, la homofobia, la quita de derechos. Es un poco lo mismo que nos convoca a todos quienes pensamos que Milei es un límite para el país. Es una reacción a lo que LLA representa para el consenso democrático de la Argentina”, cuenta Francisca Mattoni (28), swiftie cordobesa y estudiante de Historia en la UNC.
Sobre el posicionamiento político de una porción de las swifties argentinas dice, desde la fila para el campo, Agustina Comandi, de 19 años: “Me parece muy bien que una artista tan famosa levante su voz en torno a temas políticas. Intentaron convencerla de que no se manifestara pero decidió hacer explícito su apoyo a las mujeres y a sus concepciones. Acá en Argentina se hizo un paralelismo entre Milei y Trump. No es que todos los fans de Taylor vamos a votar a Massa. Y la verdad es que cada fan tiene obviamente la libertad de pensar y votar como quiera. Pero sí es cierto que los valores de Taylor son conocidos. Y podemos imaginar que en un balotaje no votaría nunca a Milei, un candidato que habla de su odio a las mujeres y a todos los sectores marginados de la sociedad”.