Un chico de 11 años mató de un balazo en la cabeza a su padre mientras dormía en la habitación de su casa, luego de ver cómo golpeaba a su madre. "Este no te golpea más", le dijo el niño a su mamá instantes antes de disparar con el arma calibre .22 que la familia guardaba en un placard de la casa ubicada en la localidad bonaerense de Morón. Él y su hermano de 13 años vivían en un contexto de violencia de género signado por los permanentes maltratos y golpes de los que era víctima su mamá.
El padre, un hombre de 65 años que trabajaba para el Municipio de Morón y cuya identidad se reserva para preservar a su hijo menor de edad, no murió en el acto, sino que llegó con vida al Hospital Güemes de Haedo, donde falleció este jueves por la mañana.
Una vecina de la familia, quien se identificó como Bonifacia, contó que cuando llegó a la casa la ambulancia y los médicos dijeron que el hombre aún respiraba, el niño dijo: "Uh, ahora me tengo que matar yo".
El hecho ocurrió la tarde del miércoles, cuando el empleado municipal golpeó a su esposa delante de sus hijos luego de recriminarle que no había hecho las compras, tras lo cual fue a recostarse a su habitación. En ese momento, el hijo menor de la pareja se acercó a su madre para consolarla y le dijo: "Este no te golpea más", para luego tomar el revólver Pehuen calibre .22 del placard, dirigirse a la habitación de su padre y dispararle en la parte lateral del cráneo. El hombre fue socorrido por su mujer, quien llamó a la policía y a una ambulancia.
“No es cierto que la portación de armas garantice más seguridad, no es que si todos accedemos a las armas vamos a estar más seguros, como algunas expresiones políticas han planteado en estos últimos meses, es al revés”, dijo Roberto Cipriano, abogado y secretario del Comité Provincial por la Memoria (CPM), en diálogo con Página 12.
Cipriano reflexionó sobre la las consecuencias de la libre portación de armas y la importancia de un Estado regulador. “Si hay mucha circulación de armas justamente lo que se incrementan son las posibilidades de hechos de violencia que terminen con la vida de las personas. Está demostrado que sociedades más armadas son más violentas porque la gente al tener el acceso y la disponibilidad, las usas”, advirtió.
El incremento de los casos dolosos por posesión de armas puede observarse en los registros sobre femicidios. Según datos de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema, el 24% de los femicidios entre 2017 y 2020 ocurrieron con uso de armas de fuego. Asimismo, el Archivo Anual de la Correpi alertó que “el 95% de los femicidios protagonizados por agentes de las fuerzas de seguridad ocurren con el uso de las armas reglamentarias fuera de servicio”.
“Acá se discute mucho el tema de la inseguridad, si somos un país seguro o no --dijo el abogado secretario del CPM--. Muchas veces estos discursos se construyen sobre argumentos que son falaces, asociados a la idea del asesinato por delito callejero. Pero cuando se ve los índices de homicidios dolosos de Argentina, son muy bajos en comparación a otros países y eso tiene que ver, en parte, por las políticas de restricción y prohibición de las armas del fuego del país”.
Cipriano explicó que hoy los índices muestran que es más riesgoso “salir a la calle, tener un accidente de tránsito y que te maten, que salir a la calle, que te asalten y que te maten”. Pero esto no se percibe socialmente porque “la televisión lo que muestra es el delito callejero, entonces parece que el peligro es que te maten en un asalto”.
Los estudios realizados en la materia no hacen más que mostrar que la mayor portación de armas de fuego en los civiles incrementa el riesgo de homicidios, suicidios y accidentes. “Me parece que es un tema que hay que poder entender en su complejidad --dijo Ciprano--, para poder analizarlo en todas sus variables y no simplificar y decir que se resuelve con todo el mundo armado, porque eso no soluciona nada”.