Seis de doce gendarmes que eran investigados por el ataque hace un año y medio a la murga Los Auténticos Reyes del Ritmo, en el Barrio Rivadavia, compuesta con una multitud de chicos de entre 5 y 10 años, y mujeres, fueron procesados por lesiones leves (balearon a mansalva a los murgueros, una decena al menos resultó herida) agravadas por tratarse de miembros de una fuerza de seguridad. La representación de las víctimas apelará la medida ya que considera que sufrieron “vejaciones agravadas por el empleo de arma de fuego, en concurso ideal con el delito de lesiones gravísimas agravadas por mediar abuso de las funciones de miembros integrantes de las fuerzas de seguridad, en grado de tentativa, en concurso ideal con lesiones leves consumadas, calificadas del mismo modo”. Otros seis fueron absueltos por falta de pruebas.
El juez de Instrucción 46, Jorge De Santo, dictó el procesamiento sin prisión preventiva de seis gendarmes: Guido Eliel Cativa, Esteban Rafael Smolares, Saúl Humberto Juárez, Yanina Soledad Maldonado, Darío Fernando Soler Páez y Elvio Exequiel Cardozo. Y les dictó un embargo de 25 mil pesos a cada uno. La acusación fue presentada por el Ministerio Público Fiscal y los abogados Pablo Rovatti, Defensor Público Coadyuvante a cargo del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación (DGN), y Luciano Hazan, Secretario Letrado a cargo del Programa contra la Violencia Institucional de la DGN, querellantes en representación de uno de los niños que integró el grupo de víctimas de la agresión armada.
El ataque de los gendarmes tuvo lugar el 29 de enero de 2016, en el Barrio Rivadavia, durante el ensayo de la murga Los Auténticos Reyes del Ritmo.
Según la resolución del Juzgado, en la fecha señalada, alrededor de las 21, una grúa de la Policía Federal escoltada por dos patrulleros de Gendarmería Nacional, que intentaba ingresar al barrio en busca de dos vehículos abandonados, no pudo avanzar debido a la presencia de la murga. Otro grupo de gendarmes llevaba varias horas custodiando los dos autos, a los que se podía llegar a través de transversales, rodeando la calle ocupada por la murga. Y el grupo que avanzaba como escolta de la grúa policial ya estaba enterado de que se podía acceder por otra calle para no generar problemas con la murga. De hecho, en el expediente figuran las comunicaciones entre ambos grupos, en las que se puede observar el alerta que enviaba el primer grupo, junto a los autos.
Sin embargo, la escolta de la grúa decidió avanzar por la calle donde practicaba la murga. Como mover a la multitud de chicos y mujeres llevaba tiempo, los gendarmes “comenzaron a disparar con armas de fuego reglamentarias contra la gente presente en el lugar”, provocando lesiones por el impacto de postas de goma a un niño de ocho años, un adolescente de catorce y tres adultos.
Pese a que los gendarmes negaron estar en conocimiento de la dificultad advertida y comunicada por sus colegas, y además aseguraron que fueron atacados a pedradas, lo que los obligó a responder a los tiros, durante la investigación quedó acreditado que decidieron no tomar la vía alternativa sin lograr demostrar que hubiera existido una agresión de parte de los murgueros.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, del mismo modo que ahora, se encolumnó en defensa de los gendarmes y difundió fotos en las que posaba junto a un par de uniformados heridos durante un tiroteo a unas cuadras del lugar, como si hubieran sido heridos por los Auténticos.