La prédica de Javier Milei contra el modelo industrial está consolidando en las fábricas la tendencia a favor de Sergio Massa para el balotaje que se había observado en la primera vuelta electoral. "Ahora que es mano a mano se nota que hay más conciencia tanto de los empresarios como de los trabajadores de que se están jugando el futuro de su negocio y el puesto de trabajo", asegura un dirigente pyme de la provincia de Buenos Aires. La alianza del libertario con Mauricio Macri resultó nociva para sus aspiraciones en ámbitos fabriles. "Está fresco el recuerdo de lo que pasó entre 2015 y 2019. La imagen de Macri está asociada a la crisis de la industria y al cierre de empresas. Es sinónimo de destrucción", apunta Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA).
A diferencia de lo que marcan algunas encuestas, fabricantes y delegados transmiten que en su espacio de acción crece la figura de Massa y bajan los votos a Milei. "Muchos que lo votaron en las PASO reconocen que no tenían clara la plataforma de La Libertad Avanza. Tal vez ahora no se pasan a Unión por la Patria, porque sigue habiendo mucho enojo con la inflación y con que la plata no alcanza, pero varios dicen que van a votar en blanco o no van a ir a votar", asegura un dirigente encumbrado de la Unión Industrial Argentina.
El faltazo de Milei a la reunión con la UIA y, sobre todo, su declaración amenazante contra las pymes -"conmigo tendrán que competir o irán a la quiebra"- repercutieron fuerte esta semana. "No hay incógnita. La gran mayoría sabe adónde va su empresa si gana la ultraderecha. Además sienten que les está faltando el respeto como industriales. Milei demuestra que no tiene idea de la enorme inversión que se ha movilizado los últimos años en maquinaria, en tecnología de primer nivel, para ser competitivos a nivel global. Muestra desprecio por la producción y por el esfuerzo que hay que hacer todos los días en Argentina para sacar una fábrica adelante", agrega el representante de la UIA.
Grandes y pymes
"Los industriales argentinos somos expertos en competir. Nuestras empresas han superado tantas desventuras macroeconómicas en las últimas décadas que estamos para jugar Wimbledon con una paleta de ping-pong", se sumó en esa línea José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria.
El funcionario y empresario textil se quejó del "silencio institucional de las máximas autoridades de la UIA" por no haber protestado con vehemencia ante el faltazo de Milei a la reunión con la entidad. Considera que su presidente, Daniel Funes de Rioja, quien es además representante de las industrias alimenticias más grandes del país, junto a directivos de Techint, Arcor y Ledesma, asumen una posición de neutralidad frente a la elección que en realidad esconde su apoyo al libertario.
"Lo que nosotros llamamos oligarquía industrial, que son las grandes empresas con intereses diversificados y una fuerte inserción en el sector agropecuario, votan mayoritariamente a Milei. Son los mismos que en su momento sostuvieron a Cavallo o a Macri, porque expresan la visión recalcitrante de los sectores más concentrados. Los trabajadores de esas empresas también están más cerca de Milei, aunque Massa les haya sacado el impuesto a las Ganancias. Pero en el resto de la industria, de la pequeña y mediana, estamos viendo un corrimiento claro a favor de Unión por la Patria", indica un funcionario del área industrial del gobierno bonaerense.
El factor Axel
Buena parte de las expectativas de consolidación de un triunfo de Massa están depositadas en la provincia de Buenos Aires. "Esperábamos 40 por ciento de votos en la elección de octubre y sacamos casi 46. El electorado valoró la gestión provincial y creemos que eso se notará todavía más en el balotaje. Massa consigue retener casi la totalidad de los votos a Kicillof. El trabajo que estamos haciendo en los municipios de la provincia, las recorridas por las cámaras empresarias, por las fábricas, el apoyo de los intendentes, eso será determinante para sumarle los votos que necesita Massa para ganar", indica el funcionario.
El mensaje que transmiten los representantes del oficialismo en sus encuentros con empresarios es que hay que elegir entre continuar con políticas que han demostrado ser virtuosas o lanzarse al vacío. "Entre las pymes del rubro comercial el voto está más repartido. Mucha gente de negocio dice 'yo lo que quiero es vender, no me importa si es nacional o importado'. A esos les decimos que se acuerden lo que pasó con Macri, que con la apertura importadora y el cierre de fábricas en dos años el consumo se cayó a pique", recuerda.
También mencionan que si ganara Milei y recortara la coparticipación con las provincias, en Buenos Aires sería difícil de sostener un programa de gran impacto como Cuenta DNI, del Banco Provincia. "Son ocho millones de usuarios que reciben grandes descuentos por comprar en comercios de barrio, en carnicerías. Eso es plata que la provincia vuelca al consumo y que favorece a los comerciantes. Lo tienen que tener claro. Además, pusimos en marcha líneas de crédito para el sector comercio que antes no existían. Son herramientas de un Estado presente que Milei quiere destruir", insiste.
De todos modos, el funcionario reconoce que "el comerciante se siente diferente al industrial y cree que alcanza con comercializar cualquier producto. A diferencia del industrial, el voto del comerciante es más ambiguo y está más repartido", completa.
Quejas y esperanzas
"Entre los industriales pymes diría que un 30 por ciento está con Milei. Las trabas para importar están pesando muchísimo en esos sectores. La verdad es que muchos empresarios están enloquecidos porque le aumentan los costos para importar, se endeudan, tienen problemas para producir. Hay mucha bronca", describe Rosato. "El día a día está difícil", reconoce.
También arrecian las críticas al Gobierno por parte de trabajadores industriales jóvenes. "Los más grandes vivieron los '90 con Menem y Cavallo y lo sufrieron a Macri. Entre los jóvenes ese recuerdo no está tan presente y no le tienen miedo a Milei", indica el empresario. Igualmente, sostiene que entre sus trabajadores -Rosato es dueño de una fábrica metalúrgica y una papelera, con más de un centenar de operarios- lo que prima es el voto a Massa, porque al líder libertario "la mayoría lo ve como una persona desequilibrada. No genera confianza. Es poco serio, dice que va a romper relaciones con Brasil que para la industria son fundamentales. Insulta. Se contradice. Todo eso asusta a mucha gente", analiza.
"Es cierto que hay incertidumbre a corto plazo para producir. Pero la mayoría en la industria tiene claro que prefiere putearnos a nosotros y no arriesgarse a que abran las importaciones y barran con todo. Prefieren dar la discusión con nosotros, adentro del sistema", evalúa el funcionario bonaerense. "Con Milei es claro que habrá menos industria, más primarización de las exportaciones, un modelo de valorización financiera y reformas estructurales para quitar derechos, como la laboral o la previsional", remarca.
"Hay confianza en que Massa logrará revertir la situación, que el año que viene habrá más dólares y será más fácil producir. Muchos ven que 2024 puede ser un muy buen año para la industria si sigue este modelo. En cambio, con Milei saben que se juegan el futuro", concluye.