Mientras hace una pausa en su actual gira europea, Tom McFarland atiende a esta entrevista para hablar del nuevo disco de Jungle. Sin embargo, antes de adentrarse en Volcano, el cantante, tecladista, compositor y fundador del dúo inglés asegura que el recital que ofrecieron en marzo de 2022 en Buenos Aires, en un Obras Sanitarias empapado de libido, baile y lujuria por doquier, fue de las mejores experiencias que vivió sobre un escenario. “La verdad es que pocas veces nos pasó algo así”, dice desde su estudio en Londres. “Nunca sabés cuándo puede suceder la conexión entre grupo y público. Depende de factores que no controlás. Pero, una vez que pasa, se siente como si estuviéramos juntos todo el tiempo. Simplemente, nos convertimos en un mismo organismo, en lugar de dos elementos separados. Ahora resolvimos un concepto realmente genial para los shows en vivo de Volcano, por lo que tengo muchas ganas de ver la respuesta de los fans en la Argentina”. Y no tendrá que esperar tanto, porque Jungle será parte de la próxima edición local de Lollapalooza.

Lanzado en agosto, este cuarto álbum de estudio redime el funk, el neo soul y el R&B (siempre con un matiz moderno) que atravesó a su obra cumbre, For Ever (2018), para la que concibieron su himno “Casio”. Aunque la secuela, Loving in Stereo (2021), con la que vinieron el año pasado, encendió las alarmas acerca de la ampliación del espectro de su forma de comprender el groove. Y es que pusieron a dialogar su sonido orgánico con un pelaje más electrónico, lo que decantó en un flamante repertorio que roza la experimentación sin restarle identidad estética ni elegancia. “Estoy de acuerdo: es nuestro disco más experimental”, asiente el compañero del guitarrista y también cantante Josh Lloyd-Watson. “Eso se remonta a esa filosofía de Lloyd y mía de intentar hacer arte y música con mucha más libertad. Creo que, naturalmente, la encontrás al darte ese espacio. Eso te hace más creativo y empírico”.

Si bien en sus inicios la banda se tornó en redentora del nothern soul (apropiación británica del soul norteamericano de los años '60), un tema como “Problemz” abre el juego hacia la relectura del llamado “Sonido Filadelfia” (de esa escena proviene el grupo MFSB, autor de la canción “K-Jee”, que Babasónicos sampleó para su hit “Patinador sagrado”). En esa misma búsqueda, apareció “Holding On”: guiño al hiphouse y a la electrónica que se acuñó en los '90 en su país. “Definitivamente, queríamos que este disco se sintiera más electrónico”, reconoce el artista. “Siempre quisimos hacer algo más suelto y libre. Creo que ‘bombear’ es una buena palabra para describirlo. En esta ocasión, pensamos más como productores que como músicos, porque venimos de ahí. Antes de comenzar a hacerlo, tocamos mucho en vivo y en esa circunstancia se siente aún más la exposición a sonidos electrónicos pesados. Eso terminó resultando en una especie de ‘derecho filosófico’”.

La dupla solía sacar material nuevo cada tres o cuatro años, pero entre el disco anterior y Volcano sólo pasaron dos. “Así como sucedía en los viejos tiempos de la industria musical, que al contar con presupuesto para hacer un disco tenías la obligación de terminarlo en un lapso acotado, el proceso de Volcano fue rápido”, compara el músico. “Esa presión fue interesante porque casi no pudimos modificar las canciones. Nuestros mejores temas los compusimos en una hora, mientras que hay otros, sin el mismo impacto, que nos llevaron hasta ocho meses”. Si Loving in Stereo estuvo atravesado por la salida progresiva del confinamiento al que obligó la pandemia (lo que inyectó una impronta festiva al repertorio), el reciente álbum encontró su gatillazo en la mera diversión de hacerlo. “Ese es el mejor momento de un músico porque sos libre de hacer lo que quieras”, revela. “No necesariamente todo debe tener sentido”.

A pesar de que Volcano es un epíteto idóneo para aplicar a la erupción orgásmica que desató Jungle desde que desembarcó en la Argentina por primera vez, en 2015 (año en que su homónimo disco debut los transformó en revelación), el título está dispuesto a varias lecturas. “Todo el mundo sabe lo que es un volcán y lo que sucede cuando entra en acción. Es algo así como genial”, explica el integrante del laboratorio sonoro británico creado en 2013. “Lo mismo pasa con el nombre del grupo: la gente conoce lo que significa ‘jungla’. No es nada especial, pero es una palabra interesante. Volcano suena a lo que nuestra música puede brindarte. Tiene muchas interpretaciones: las explosiones de lava como mensaje de la madre naturaleza, seguidas por el caos y su imprevisibilidad. Creo que eso finalmente nos hizo sentir que era la mejor opción para el sonido del álbum. Nos pareció enérgico y emocionante”.

Conformado por 14 temas, el sucesor de Loving in Stereo se comporta en los primeros tracks como un disco instrumental. Del otro lado del Zoom, McFarland asienta: “La voz sampleada de esos temas a los que hacés referencia es de Lydia Kitto, quien estuvo de gira con nosotros el año pasado. Resultó ser la persona más inspiradora para trabajar, incluso en el estudio. Emocionalmente, te hace vibrar. Escucharla cantar nuestra música tenía tanto sentido que pensamos que lo mejor era no arruinar eso. Antes que hacerlo solos, preferimos sumarla a ella. Nosotros nos encargamos del resto”. Aparte de la corista y multiinstrumentista de esta etapa de la banda, en Volcano prestaron sus voces los raperos Erick the Architect, Channel Tres, Roots Manuva, Jnr. Williams y Bas. Este último también había colaborado en su trabajo anterior, donde Josh y Tom había decidido por primera vez incluir invitados en sus grabaciones.

-¿A qué se debe que los “feat” de este disco sean de raperos?

-Desde siempre escuchamos hip hop. Por más que intentamos aprender de la gente que colabora con nosotros, lo que pasó con estos raperos es que se armó una conexión muy fuerte. Para darte un ejemplo, tras conocerlo en un festival, quedamos tan fascinados con Bas que lo invitamos a cantar en la canción ‘Romeo’, de Loving in Stereo. A partir de esa experiencia, supimos que volveríamos a hacer algo juntos. Y sucedió. Algo parecido pasó con Channel Tres, al que conocimos el año pasado, mientras que Eric llegó a nosotros gracias a Lydia.

-Llama la atención asimismo que hayan incluido no sólo influencias del “Sonido Filadelfia”, sino también del house y de ritmos africanos.

-Eso tiene mucho sentido para mí. Creo que en este caso exploramos una parte diferente de nosotros (el tema “Back on 74” es quizá su clímax retrofuturista). Con esto me refiero a sonidos con los que crecimos. Digerimos todos esos géneros a los que hacés referencia a lo largo de nuestras vidas. Amamos la música y tratamos de escuchar todo cuanto sea posible.

-El piano del single “I’ve Been in Love” pareciera tributar a “Spring Rain”, clásico de la música disco del argentino Bebu Silvetti. ¿Puede ser?

-Te soy sincero: no había oído hablar de esa canción. Ahora que me decís esto, tendré que escucharla. Y más si es un clásico de la música disco compuesto por un argentino.

Jungle es artífice de un concepto estético que apuesta por el minimalismo (lo que bien reflejan las tapas de sus discos), al mismo tiempo que pone la tilde en la multirracialidad y el baile (para muestra están sus videos, donde además cuentan historias que enlazan a sus álbumes). Sólo le bastó una década para consolidarlo. Aunque previamente ya se había transformado en uno de los artistas insignias de la escena musical británica. “Nos sentimos afortunados porque cada álbum es mejor que el anterior, y seguimos evolucionando en la música que hacemos”, reflexiona Tom McFarland. “Creo que lo que hicimos con Volcano fue generar un impacto, pero sin cambiar la idea inicial. Si bien son canciones sin restricciones, no pretendimos ser drásticos. No tiene sentido tocar la pureza original porque es muy fuerte. Estamos convencidos de que el público se conectará con lo nuevo de Jungle de la misma manera que nos pasó a nosotros”.