Los obispos católicos que estuvieron reunidos desde el lunes pasado en Pilar participando de su asamblea plenaria cerraron sus deliberaciones el viernes sin ningún pronunciamiento colectivo en relación con la segunda vuelta electoral que se celebrará el 19 de noviembre. Los miembros de la jerarquía eclesiástica se trasladaron el jueves hasta el Santuario de Nuestra Señora de Lujan para –según dijeron– “llevar a la Virgen la oración profunda por la Patria y el pueblo argentino”. En la oportunidad, el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, recientemente creado cardenal por el papa Francisco, dijo que "Luján es casa materna, y por lo tanto es punto de referencia seguro donde siempre se vuelve, o cuando hay cosas lindas que celebrar, o agradecer, o como en estos tiempos ciertamente críticos, en que nos sentimos cansados y agobiados a buscar cobijo y consuelo, a buscar alivio y fortaleza en los brazos de la Madre”. Los obispos también agradecieron al Papa por el anuncio de la beatificación del cardenal argentino Eduardo Pironio (1920-1998).
Desde Luján, el obispo Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal, invitó a que cada diócesis de la Argentina realice el viernes 17 “un día de oración por la Patria”, dejando libertad para que en cada lugar se haga de la manera que disponga el obispo.
Esa fue la única manifestación colectiva de la jerarquía católica respecto de la crucial elección que se celebrará en pocos días en todo el país. Los obispos optaron por evitar todo pronunciamiento desatendiendo de esta manera el pedido explícito que durante la semana hicieron laicas y laicos católicos para que “no permanezcan en silencio ni se mantengan prescindentes” ante el balotaje, porque “lo que se decide es la continuidad de la democracia y con ella la posibilidad de la convivencia social y el progreso”.
Se sabe que varios obispos recibieron la solicitud de los laicos en forma directa mientras participaban de la asamblea y mediante mensajes enviados por las organizaciones y las personas firmantes de la solicitud que demandó un pronunciamiento por parte de las autoridades eclesiásticas.
La visita del Papa
Mientras tanto, los curas del Equipo de Sacerdotes de Villas y Barrios Populares renovaron su pedido a Francisco para que visite la Argentina y reivindicaron "el valor de la justicia social", durante una misa celebrada en La Matanza de la que participaron el obispo Eduardo García (San Justo) y el cura José “Pepe” De Paola. "El papa Francisco es uno de los nuestros, por eso queremos que venga a la Argentina", dijo en la homilía de la misa el sacerdote Pablo Viola, de la arquidiócesis de Córdoba. Del encuentro litúrgico participaron también el diputado Eduardo Valdés y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz.
"Nuestro pueblo argentino tiene sueños, esperanzas, anhelos, de paz y fraternidad, unidad, justicia social y es Francisco -uno de los nuestros- quien los interpreta claramente, por eso es nuestro pastor que nos guía e ilumina y por eso también queremos que venga, para hacernos sentir su presencia. Él es de nuestra casa, nos entiende y así es que lo reconocemos como pastor, más allá de que sea el Papa", dijo Viola.
El lunes pasado al hablar en la apertura de la asamblea plenaria del Episcopado, el presidente de la Conferencia Episcopal, Oscar Ojea, había manifestado el "profundo deseo" de la Iglesia argentina de que el Papa visite su país natal y señaló que ese encuentro "ayudará a sanar heridas, a crecer en el aprendizaje del diálogo" y a renovar el "espíritu misionero".