La propuesta de Javier Milei de convertir a los clubes en sociedades anónimas desató una verdadera ola: cientos de clubes como Boca y River, y muchos de ellos de la provincia de Buenos Aires, de Temperley a Racing y de Independiente a J.J. Urquiza, salieron públicamente a oponerse y a reivindicarse como asociaciones civiles.
A través de las redes sociales, los clubes del fútbol argentino expresaron su repudio a las políticas que pregona el candidato a presidente de La Libertad Avanza. Días atrás, Milei dijo que le gusta "el modelo inglés". Añadió que "no les va mal" y que "tienen un espectáculo terrible". A raíz de ello, el mundo de la pelota abandonó su habitual neutralidad y, en alguno casos, los clubes llamaron incluso a votar al candidato de Unión por la Patria Sergio Massa.
El primero fue Guillermo Brown de Puerto Madryn. "El cruzado", al cierre de su comunicado, firmó: "Apoyamos a Sergio Massa. Argentina Sí, #MileiNo". Luego, el repudio a las sociedad anónimas fue secundado por clubes de la provincia de Buenos Aires como J.J Urquiza, Tristán Suárez, Almagro, Brown de Adrogué, Almirante Brown, Quilmes, Estudiantes de Caseros, Comunicaciones, Morón, Defensores Unidos de Zárate, Villa San Carlos, Acassuso, Laferrere, Flandria, Argentino de Quilmes, entre otros.
Los clubes de la Provincia se suman a nada menos que a los pronunciamientos de instituciones importantes como Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro.
Según pudo averiguar BuenosAires/12, en la cocina de la Asociación del Fútbol Argentino "no existió ninguna indicación ni bajada de línea" que motivase semejante oleada de repudio.
Directivos consultados por este diario indicaron que "fue un efecto contagio entre los clubes", que al ver la masividad de las exposiciones de sus pares, "optaron por tomar partido".
Uno de los casos más particulares fue el de Independiente de Avellaneda. El "rojo", conducido por dirigentes del PRO bullrichista como Néstor Grindetti y Cristian Ritondo, emitió un comunicado en el que indicó que "la comisión directiva (...) está convencida de que nuestro club tiene que seguir siendo una asociación civil sin fines de lucro", y que, tal como lo indica el estatuto, "nunca resignaremos a esa figura". Lo sentenciaron con el hashtag "#NoALasSAD". No a las sociedades anónimas deportivas.
Las instituciones reaccionaron de esta forma para oponerse a la privatización y al modelo que siempre quiso imponer Mauricio Macri. Y además los clubes hicieron hincapié en defender su rol de contención social y de construcción de las identidades, los valores y los emblemas.
Como tienen estatuto propio, nadie puede obligar a un club a ser vendido, pero la reducción del Estado que plantea LLA complica directamente a los equipos, sobre todo, del fútbol de ascenso. Existen legislaciones que indican que los clubes están exentos de pagar las cargas sociales de los trabajadores. En caso de ser derogada esa norma, ese monto representaría la mitad del presupuesto actual de cualquier institución