Después de cinco meses de campaña non stop, de kilómetros y kilómetros recorridos a lo largo de todo el territorio nacional, de actos, entrevistas, streamings, alianzas y nuevos acuerdos políticos, Sergio Massa y Javier Milei se enfrentarán en un último debate presidencial. Será un mano a mano distinto a los anteriores: micrófono abierto, vía libre para los cruces e interrupciones, nada de machetes o apuntes y la posibilidad de moverse alrededor del atril. El lejano oeste en comparación al formato encorsetado de los debates anteriores. Será, a su vez, el último gran acontecimiento de la campaña antes del ballotage, y los dos comandos de campaña vienen trabajando como así lo fuera. Hace 48 horas que los dos candidatos están encerrados - Massa en sus oficinas del Frente Renovador, Milei en el Hotel Libertador - preparándose con sus equipos técnicos, ensayando estrategias, haciendo role playing y anticipándose a los aguijonazos del contrincante.
Los objetivos para este domingo a las 21 en la Facultad de Derecho ya fueron trazados. Massa apostará a mostrarse como el único candidato presidenciable frente a la inestabilidad de Milei y la peligrosidad de sus propuestas de gobierno. El candidato libertario, en cambio, se apropió de la consigna PRO de "continuidad versus cambio" y buscará aprovechar su insumo principal: la realidad económica. Ambos candidatos esbozarán así la campaña del miedo con la que pretenden pavimentar los días que faltan para el 19 de noviembre. Porque los argumentos que se esbocen en el debate serán, a su vez, los que definirán la recta final a las elecciones.
Gobierno de unidad nacional y mercado de órganos: la estrategia de Massa
Tranquilo, pragmático, dialoguista y presidenciable: así buscará presentarse Sergio Massa en el debate del domingo. Hace 48 horas que el ministro candidato de Unión por la Patria le puso un alto a la agenda (de gestión y de campaña) y se dedica, en sus oficinas de la calle Libertador, a estudiar y pelotear ideas con su equipo: el responsable de Comunicación (y vocero histórico de Massa), Santiago García Vázquez; el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos; y el consultor catalán, Antoni Gutiérrez Rubí. Colaboran, a su vez, los asesores brasileños que envió el presidente Lula Da Silva y, de manera indirecta, los equipos técnicos del Gabinete que lo nutren de papers e informes para preparase para las arremetidas de Milei.
La estrategia de Massa girará en torno a dos ejes. Primero, mostrarse como un candidato propositivo y dialoguista que pretende construir un gobierno de orden y unidad nacional. Segundo, y más importante, plebiscitar la figura de Javier Milei y hacer foco en su personalidad y "desequilibrio" emocional.
En el primer caso, Massa aprovechará los seis minutos por eje temático para desplegar algunas de sus propuestas y las iniciativas implementadas desde el Ministerio en las últimas semanas de campaña. Eliminación de la cuarta categoría de Ganancias, Devolución del IVA, eliminación de las retenciones a las economías regionales, beneficios a les trabajadores de apps de delivery y un modelo de Seguridad basado en su experiencia como intendente de Tigre: estos son algunos de los puntos que el ministro candidato buscará reforzar a lo largo del debate. Al igual que sus últimas intervenciones públicas, Massa también retomará el concepto de gobierno de unidad nacional para apelar a los votos que quedaron huérfanos después de las generales (el voto radical, de izquierda y schiaretista).
El verdadero y principal objetivo, sin embargo, será exponer a Milei en términos de su inestabilidad personal y de la violencia y caos que podrían generar algunas de sus propuestas en el caso de ser implementadas. Mercado de órganos, dolarización de la moneda, identificación del matrimonio igualitario con la pediculosis, la privatización de las ballenas, compra venta de niños, venta libre de armas: Massa tiene de sobra para elegir y no perderá la oportunidad. Así lo viene haciendo desde hace tiempo en la campaña." Cuando dicen que van a cortar 15 puntos del gasto están mirando a los jubilados", viene advirtiendo, sistemáticamente, en cada acto que encabezó en la última semana.
Si bien se especula con que Massa podría hacer un anuncio de alto voltaje durante el debate - como anunciar a su futuro ministro de Economía, por ejemplo -, en el comando de campaña de UxP analizan que lo importante es redireccionar lo que queda de la campaña en un plebiscito de la figura de Milei. Es decir, repetir la lógica que prevaleció durante la semana previa a las elecciones generales y que sirvió para quedar primero con el 36 por ciento de los votos. "La lógica de la 'continuidad en el cambio' la tenemos perdida. El único voto que podemos atraer ahora es el del tipo que considera que Milei es un loco. La única campaña posible estos días es poner en contradicción todo lo que Milei diga", se sinceró uno de los dirigentes nacionales que encabezan la mesa de campaña de UxP.
La continuidad versus el cambio: la estrategia de Milei
El cambio del formato del debate fue un revés para Javier Milei. Hasta último momento, su hermana (y jefa de campaña), Karina Milei, intentó resistirse a que le quitaran los apuntes del atril, pero no hubo manera: la Cámara Nacional Electoral (CNE) terminó definiendo - a pedido de Massa - que ninguno de los candidatos podía tener a mano machetes que sirvieran de ayuda memoria durante el debate. Era un cambio drástico respecto a los debates anteriores - en los cuales Milei llegó, en ocasiones, a leer textualmente de sus papeles - y es por ello que se viene preparando maquinalmente desde hace más de 56 horas en su búnker del Hotel Libertador. El viernes, incluso, llegó a suspender un acto que tenía en Parque Lezama de modo de poder disponer de más tiempo para ensayar con su equipo.
"Javier se adecua al contexto. Da charlas hace 10 años. Puede debatir en una universidad en formato académico o en Intratables contra 15", buscaron quitarle dramatismo desde su entorno. El viernes, sin embargo, los apoderados de La Libertad Avanza (LLA) le enviaron a la CNE un pedido de aclaración sobre el formato de las interrupciones, ya que - al igual que en el debate de vicepresidentes - los candidatos podrán intervenir durante las exposiciones de su contrincante. En el oficialismo saltaron las alarmas y Juan Manuel Olmos presentó una nota a la CNE recordándole que las reglas del debate ya habían sido "consentidas y aceptadas". Cabe destacar que en el intercambio de los apoderados libertarios y la CNE nunca se mencionó ni los apuntes ni un pedido de cambio de reglas, pero la nota de Olmos generó varios rumores sobre la posibilidad de que Milei se bajara del debate. "Fue una avivada de ellos", se quejaron desde LLA.
Uno de los principales desafíos de Milei - que viene trabajando junto a Karina, su colaborador cercano, Santiago Caputo (quien es también sobrino del "amigo del alma" de Macri), y el coordinador de sus equipos técnicos, Nicolás Posse - será hacerle frente a lo que llama "las fake news" de Massa. Esta categoría incluye todas las propuestas polémicas y delirantes que él mismo (o su entorno) promovió durante la campaña -como la venta de órganos o el aumento del boleto del colectivo - hasta los rumores de que habla con sus perros muertos. En sus redes sociales, incluso, llegó a publicar un falso comunicado de Argentina Presidencia que "desmentía" todas estas afirmaciones.
Uno de los puntos clave que buscará "desmentir" es el que refiere a la privatización de la Salud y la Educación. Es uno de los temas más sensibles y Milei se prepara para dejar en claro que, de ser electo presidente, ambos servicios continuarán siendo públicos. Para cada eje temático, el candidato libertario está trabajando con referentes específicos y, en el caso de Salud y Educación, estos son Eduardo Filgueira Lima y Martín Krause. Este último es el mismo que banalizó el Holocausto diciendo que "si la Gestapo hubiera sido argentina habría sido mejor" porque "en vez de matar 6 millones de judíos, hubieran sido menos".
La verdadera fortaleza de Milei, sin embargo, será cuando llegue el bloque de Economía. Hacia allí disparará toda su artillería: Massa como representante de un "modelo decadente" que es responsable de los índices de inflación, pobreza e indigencia y que, por este mismo motivo, no puede ofrecer un mejor futuro para la Argentina.
El candidato libertario buscará mostrarse como el "cambio verdadero" frente a la "continuidad de la casta" de los políticos, empresarios y sindicalistas. Este es, a su vez, el eje discursivo que buscarán sostener de cara al 19 de noviembre. Es su punto fuerte y así lo reconocen sus propios aliados del PRO. Solo hay un problema y es el temor a la propia inestabilidad del candidato: "Los apuntes de Milei no eran para que pudiera acordarse de cifras y números, tiene buena memoria, eran para que pudiera controlarse y no se sacara. Massa va a jugar a sacarlo y la preocupación es que lo logre", admitió un dirigente macrista.