Hoy comienza el rodaje de Memoria de una madre, película de terror que dirige Mauro Iván Ojeda, con producción de Doménica Films (Buenos Aires) y Reina de Pike (Rosario) e Inspiria Cine (Rosario)". En la conferencia de prensa del viernes pasado en Bar El Cairo, el equipo de trabajo anunció un plan de rodaje de cuatro semanas, con localización mayoritaria en la comuna de Alvear y algunas jornadas en Rosario.

Memoria de una madre es el segundo largometraje del director de Buenos Aires luego de La Funeraria (2020), cuyo recorrido internacional -en festivales como Fantasia, Sitges y Frightfest- le labró elogios a la par del protagónico de Luis Machín. Ahora, el director reincide en el drama familiar y la presencia sobrenatural, con un equipo de trabajo que hace pie en Rosario. En diálogo con Rosario/12, Pepe Salvia (Doménica Films), Mauro Iván Ojeda y Pablo Romano (Reina de Pike), dialogaron sobre el proyecto.

“Es un proyecto que Mauro me acercó a través de Nicolás Capola, mi socio; vimos su película anterior y a partir de un par de reuniones, nos pusimos de acuerdo para estar todos conformes con el guion, algo a lo que le ponemos mucho acento en productora, tanto como al montaje. Además, para nosotros era una apuesta interesante volver a hacer género, y a partir de allí, gracias a la alianza estrategia que tenemos con los amigos de Reina de Pike, les acercamos el proyecto y se interesaron. También se dio una cuestión que no es menor, hubo química y entusiasmo. Para mí, que tengo una tonelada de años en esto, eso es fundamental, porque nos va palanqueando en energía y recursos para seguir adelante. Por otro lado, nuestros socios rosarinos insistieron en que viniéramos aquí; así que el casting fue hecho acá y estoy absolutamente contento”, comenta Pepe Salvia, responsable con Doménica Films de títulos como El último verano de la boyita (Julia Solomonoff, 2009) e Hija (Martín Desalvo, 2023).

-Apostar al terror se ha vuelto una decisión felizmente habitual, siendo como es un cine de tradición reciente en nuestro país.

Mauro Iván Ojeda: -El INCAA no lo fomentaba ni incluía, y fue a partir del Blood Window cuando se abrió hacia el cine de género, que hoy cuenta con exponentes muy importantes. En cuanto a Memoria de una madre, el proyecto me moviliza porque es un guion que laburamos mucho. Me gusta hacer hincapié en el trabajo de la escritura, la estructura, los personajes. Y me gusta mucho contar una historia, como en este caso sucede con una familia disfuncional y su dinámica, atravesada por lo sobrenatural y el terror; es algo que me apasiona. A partir de presentar la propuesta en Doménica fueron apareciendo las distintas productoras, el casting fue hecho acá y quedé totalmente satisfecho.

-Que se elija Rosario apuntala a la provincia como industria audiovisual; el horizonte compartido por el sector, ¿no?

Pablo Romano: -Es un horizonte, porque en la medida en que haya una producción sistemática, habrá mejores actores, técnicos, directores, y mejores proveedores también. Muchas veces te encontrás con que los proveedores no entienden bien la dinámica del cine y es comprensible, porque es algo que no está claro; si bien hay bastante producción, no ocurre en forma sistemática. De sostenerse las producciones, habrá más y mejor trabajo. Y eso es algo que permite la práctica, un músculo al que hay que ejercitar.

Pepe Salvia: -Yo vivo en Misiones hace 9 años y vengo con este conocimiento; allí hicimos una industria del cine, así que esto es algo que no me asusta. Luego de este rodaje, tengo otro allá; justamente, ayer hablé con el proveedor de cámara, y me decía que si le confirmaba el trabajo compraba una cámara nueva. Eso es lo que pasa con la continuidad de las producciones, tal como decía Pablo. Y también hay algo que es muy importante y nunca tenemos en cuenta, tiene que ver con la adquisición de conocimientos. A partir de la posibilidad de trabajar, por ejemplo, con uno o dos técnicos consagrados, lo que van a aprender los asistentes o segundos que trabajen con ellos, no hay escuela que lo enseñe. Cuando discutíamos esto en Misiones, yo pedía hablar con cinco ministros: los de Cultura, Industria, Economía, Turismo y Educación, porque ¿cuánto habría que invertir en educación para formar técnicos al nivel que lo hacen una o varias películas?

A manera de ejemplo, Memoria de una madre cuenta con la participación de Marcos Berta (Los que vuelven, Cuando acecha la maldad) como encargado de efectos, y una segunda unidad en Rosario a cargo de Celeste Arrizabalaga: en medio del diálogo, llegaron al celular de Romano imágenes de gatos (mejor dicho: trozos de gato) realizados por la rosarina, que provocaron júbilo en el trío. En cuanto al casting, que fue abierto y motivó la concurrencia de más de 200 asistentes, se eligieron los nombres de Vilma Echeverría, Edgardo Molinelli, Santino Resta, Julieta Palermo, Mateo Berti Tallarico, Lorenzo Crespo, Mayra Sánchez, Virginia Garófalo, Guadalupe Aldaz Gallo, y Miguel Bosco. “Quedé muy contento. Los personajes tienen una bidimensión y composición un tanto rara, y hay que lograr ese registro. Es algo que pude ver en Vilma, en Edgardo y en los chicos, y me encanta. El potencial que hay en Rosario es muy bueno. En los ensayos ya te das cuenta, en todos pude vislumbrar el registro que requieren los personajes”, agrega Ojeda. En este sentido y de acuerdo con la sinopsis, en Memoria de una madre, un niño adoptado sospecha que los miembros de su nueva familia sufren un asedio paranormal.

-¿En cuanto a la atmósfera?, ¿en qué películas similares estás pensando?

Ojeda: -Al elenco y a los chicos les mandaba ciertas referencias para tener en cuenta, como Hereditary, de Ari Aster, por esa dinámica familiar, sobre si hay o no algo en la familia; en cuanto a la herencia y el legado hay una simetría, con bastantes puntos en común. También, en relación al rol de la madre, veo cosas parecidas en The Babadook; y en cuanto a la unión de los hermanos y la dinámica entre los chicos, tuve en cuenta It: Capítulo 1.