Charo López y Adrián Lakerman trabajaron juntos en Un mundo maravilloso, un podcast para Spotify con episodios diarios de “humor 90% improvisado” que a una semana de su estreno en 2021 se convirtió en el más escuchado de Argentina. López y Lakerman compartían aquel proyecto con Martín Garabal y Alexis Moyano; ahora la dupla se embarca en una nueva aventura que no es estrictamente una obra de teatro, un stand up ni una charla TED pero quizás retoma elementos de esos formatos esquivando cualquier solemnidad. Un barco llamado Loperman podrá verse los jueves 16 y 23 de noviembre a las 22.30 en el Teatro Metropolitan (Av. Corrientes 1343).

Charo es una de las principales referentes de la improvisación; Adrián tiene una larga trayectoria como guionista. Él asegura que hay confianza y que se entienden muy bien a la hora de trabajar porque se bancan mutuamente. “Hay muchas cosas en común, cosas que nos gustan y nos divierten: desde Landriscina y Corona hasta cosas más raras de otros países”. “También nos divierte lo que no nos gusta. Eso nos une bastante. La mirada sobre el humor es muy parecida”, agrega López, y recuerda que se unieron primero “en pensamiento e ideología”. Ella no lo conocía personalmente pero celebró su osadía después de leer algunos sketches escritos para el podcast.

-Antes los chistes salían en publicaciones gráficas; hoy se viralizan memes en Internet. En el show repasan algo de esa historia. ¿Cómo se reconfiguró el humor en esa evolución de medios y formatos?

Charo López: -Hay algo que me gusta mucho de este momento: cualquiera puede hacer un chiste y ni siquiera importa quién lo hizo. Hay tantas cuentas de Instagram o TikTok que no tenés idea de quién está detrás; puede ser un avatar de alguien que trabaja en un banco, una persona mayor o un niño de 12 años. Ese anonimato es un campo ganado, hoy nadie necesita un diploma de humorista o comediante para hacer un meme que la rompa y me parece re valioso. El que crea un meme le hace un regalo al universo porque no va a ganar plata, prestigio, fama ni aplausos. Es la pura falopa de hacer el chiste y que alguien se ría del otro lado.

Adrián Lakerman: -Para mí los mejores humoristas de Internet no trabajan de humoristas. Encuentro una similitud con los que inventaron los chistes porque nadie sabe quién fue, son anónimos. Con el meme pasa lo mismo: no hay origen y lo toma cualquiera. Hay una gran nobleza en el anonimato, es como una botella arrojada al mar.

-Al igual que el terror, el humor tiene un lugar menor en términos de legitimidad y reconocimiento. ¿Cómo piensan esto?

A.L.: -Sí, el humor y el terror son primos por mostrar los dientes y por el efecto inmediato del susto o la risa, mientras que el drama está más ligado a la contemplación. Pero la comedia y el terror cortan muchos más tickets y suele decirse que los actores cómicos son los que mejor cobran, entonces esa relación con el dinero se percibe como algo negativo. Para mí el drama utiliza el prestigio como una forma de marketing. El Oscar es el marketing del tedio.

C.L.: -Muy rara vez hay premios para las comedias y los teatros más grandes no le abren la puerta casi nunca a no ser que se trate de un clásico, pero después de pensar mucho este tema me doy cuenta de que las películas que más se ven son las comedias y las obras que más gente llevan por lo general son humorísticas, entonces tienen un valor social importantísimo. Me parece que los comediantes tenemos que buscar ahí el prestigio más que en el reconocimiento institucional o la crítica.

La comedia, el terror o el porno (muy vinculados al cuerpo a partir de la risa, el miedo o la excitación) suelen ubicarse como "géneros bastardos". La dupla menciona ejemplos como el de Jim Carrey siendo festejado por filmar una película con Michel Gondry y reparan en lo anómalo del caso inverso. "Es raro ver a un actor como Alfredo Alcón haciendo chistes", dice Lakerman, y la actriz explica que “hay cierta falta de respeto porque creen que es un género más accesible. En algunos trabajos te dicen ‘meté algo de comedia’ como si se tratara de ponerle un poco más de aceite a la comida”, 

-¿Cómo ves el humor actual en relación al feminismo?

C.L.: -Como mujer comediante siento que siempre debo rendir más que el resto, justificar que soy muy graciosa o tocar temas de agenda. Esa presión nos termina solemnizando y en lugar de divertirnos terminamos luchando a los codazos para tener un espacio y poder hacer el chiste. Yo estoy cansada pero tampoco puedo escapar de eso. Me gusta la consigna de unas feministas brasileñas que dice: “Dejala en paz”. Es sublime: estar en paz para poder hacer lo que nos gusta.

-¿Cómo fue para vos pasar al rol de actor?

A.L.: -No me siento actor pero me gusta estar ahí. De a poco fui haciendo cosas muy chiquitas para pisar firme, no es que fui de cero a cien. Observar a mis compañeros en Un mundo maravilloso me ayudó mucho, también me quedó algo de todas las entrevistas que hice [en el podcast Comedia], escuchar cosas que no hay que hacer o prestar atención a los procesos. Si tengo una virtud es poder adaptarme en cada espacio y entender el rol: a veces tengo que estar más al frente y otras veces debo acompañar. Somos parte de un engranaje y está bueno correr el ego.

Ambos son ejemplo de que se puede trabajar en el under o en el mainstream sin perder identidad. Los martes de 21 a 23 López conduce Qué olor junto a Noelia Custodio por El destape; los miércoles de 19 a 21 Lakerman hace Edición Especial con Garabal y Moyano por LuzuTV. "La pasamos re bien en Luzu. Es cierto que no nos parecemos tanto al canal, pero la gente nos ve porque sabe que estamos ahí", comenta el guionista. En la charla aparecen referencias muy diversas –Urdapilleta, Tortonese, Corona, Olmedo, Landriscina, Seinfeld o Sarah Silverman– y aseguran que en el show se dan el gusto de compartir todas sus "nerdeadas", exponen el archivo personal para dar su visión sobre un fenómeno cultural y desmontar los engranajes del humor. La dupla bromea con la idea de "un espectáculo increíblemente estúpido”. “Yo estoy muy contenta. En lo personal creo que es la primera vez que me dejo llevar a la idiotez a tal extremo, hay una impunidad anárquica. No siento que tenga que ser inteligente, flaca ni nada de eso. Poder mostrarse idiota y que esté todo bien es una posición interesante”, concluye López.

* Un barco llamado Loperman puede verse los jueves 9, 16 y 23 de noviembre a las 22.30 y las localidades se adquieren por Plateanet o en boletería.