Aunque en principio parezca anacrónico, en un contexto como el actual, en el que todo parece migrar hacia otras plataformas y otras formas de consumo más ligadas a la micro segmentación y el uso de múltiples pantallas, se creó un “Observatorio sobre grillas de programación televisivas”. ¿Cuál es la relevancia de un Observatorio sobre la televisión? Acaso, ¿no se desperdician recursos de investigación como afirman algunas posturas políticas? Hagamos un repaso cronológico.
El pasado primero de noviembre se presentaron públicamente los resultados del primer informe del “Observatorio de grillas de programación televisiva” en el marco de la VI Semana de la Investigación de la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (UMET). Este Observatorio condensa años de trabajo en el que se ha venido indagando sobre las características de la programación televisiva del Área Metropolitana de Buenos Aires en el marco de diferentes proyectos de investigación. Finalmente, en 2023, y tras año de investigación, se crea con el Núcleo de Comunicación y Discurso del CITRA el Observatorio sobre programación televisiva, que tiene por objetivo generar conocimiento sistemático en torno a la programación de televisión de las emisoras América TV, El trece, Telefe, Net TV, Canal 9 y Televisión Pública. En este primer informe se condensan datos sobre el porcentaje de tiempo de pantalla por tipo de discurso ficcional, referencial y de hibridación, por género televisivo, por país de origen de los productos y se detiene específicamente en el horario del prime time.
En tiempos de atomización de contenido ¿por qué crear un Observatorio sobre la televisión? ¿cuál es su relevancia? En primer lugar, podemos matizar ciertas afirmaciones sobre el lugar de la televisión en la actualidad; eso no implica desconocer ni negar los acelerados cambios que se están produciendo tanto en producción como en recepción. Sin embargo, la televisión sigue siendo el medio más consumido por el 91% de la población argentina según datos arrojados por la última Encuesta Nacional de Consumos Culturales (2023).
En contextos extraordinarios -pandemia por COVID-19, debates presidenciales, mundiales de fútbol- la televisión ha ocupado un lugar central en las rutinas de las personas. Pero sin ir a hechos extraordinarios, que modifican nuestra vida cotidiana, la televisión siguen siendo compañía, ruido, entretenimiento y tema de conversación en grupos generacionales no tan jóvenes. Pensar el rol de la televisión en un país tan grande, desigual y porteño céntrico como Argentina implica, además, corrernos de lo que acontece más allá de la General Paz y reconocer las diferencias y matices que complejizan afirmaciones muchas veces realizada a partir pensar en una población de clase media urbana con estudios universitarios. La televisión no solo es central en muchos lugares del país, la radio también lo es.
Entonces la institucionalización de un Observatorio que construye datos sistemáticos sobre las grillas de programación televisiva en primer lugar tiene la relevancia de construir un dato. Ese dato es una información que no estaba previamente disponible y ahora nos permite tener más variables para problematizar el sistema televisivo actual. Además, procuramos que el Observatorio, a medida que vaya avanzando en sus informes bianuales, pueda ampliar las variables a observar, así como también realizar estudios diacrónicos que permitan caracterizar y comparar, cambios, tendencias y mutaciones en la industria televisiva.
Esperamos que los informes que el Observatorio –que según cierto sentido común serían recursos despilfarrados- sean un insumo para los canales, las productoras, para los y las trabajadores/as de la propia industria televisa, para otros observatorios que se ocupan de temáticas cercanas, así como para periodistas e investigadores que estén interesados en el análisis, discusión y problematización de la televisión contemporánea.
* Investigadora CONICET, profesora UBA e integrante del Observatorio junto a Mariano Dagatti, Paula Gago, Agustina Ahibe y Agustina Gallo.