El Ayuntamiento de Bolonia (norte de Italia) trabaja con "suma urgencia" para salvar la torre de la Garisenda, una de las históricas "Dos Torres" inclinadas que son el símbolo de la ciudad, después de que hace unas semanas los sensores detectaran en sus cimientos un movimiento "preocupante" que obligó a cerrarla temporalmente al público. El alcalde, Matteo Lepore, se reunirá con el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, y un equipo de técnicos, para analizar su petición de ampliar el actual sitio de la Unesco de los Pórticos de la ciudad del siglo XII para incluir las "Dos Torres", lo que supondría el reconocimiento de la torre inclinada de la Garisenda como patrimonio de la organización de la ONU.
Ese reconocimiento "no servirá para ponerla a salvo, pero sí para valorizar la ciudad de Bolonia" y favorecerá la recaudación de fondos para la restauración del monumento, aseguró Lepore. Y el Ministro Sangiuliano dijo que "ya hemos enviado a nuestros mejores especialistas y la Superintendencia ha estado trabajando durante mucho tiempo". El alcalde explicó este lunes los primeros pasos del plan de restauración de la torre Garisenda y dijo que ya se han definido los recursos de "esta primera puesta a salvo", 4,7 millones de euros de la Administración municipal.
La torre de la Garisenda, que lleva meses en estrecha vigilancia debido a los movimientos causados por la debilidad de sus cimientos, fue construida entre 1109 y 1119 y con sus 48 metros de altura fue en otro tiempo una de las decenas de torres medievales de la ciudad construidas por los aristócratas para presumir de su riqueza. Junto a la de los Asinelli (burros) de 98 metros, forman las llamadas "Dos Torres", que están inclinadas cuatro grados, ligeramente por debajo de los 5 grados de la famosa Torre de Pisa.