La fiscal federal Virginia Miguel Carmona, solicitó el viernes pasado al Tribunal Oral Federal de La Rioja, la imposición de la pena de prisión perpetua para el ex gendarme Eduardo Abelardo Britos en el marco del juicio oral en el que se abordan tres causas que por delitos de lesa humanidad.

La información oficial recuerda que el ex integrante del Escuadrón 24 “Chilecito” de esa fuerza federal y ex jefe de seguridad del Instituto de Rehabilitación Social riojano, donde funcionó un centro clandestino de detención, llegó a juicio por el homicidio de Wenceslao Pedernera, el secuestro y los tormentos a Juan Carlos Paschetta y Graciela María Bosfelli y los secuestros y tormentos a otras 42 víctimas que, respectivamente, integran los objetos procesales de esas tres causas.

Durante el debate, la fiscalía amplió la acusación por hechos de privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y abuso deshonesto agravado -por haber sido cometido por un encargado de su guarda por el accionar de un subordinado en perjuicio de otras 15 víctimas.

En su alegato, la representante del Ministerio Público Fiscal calificó los crímenes como delitos de lesa humanidad y solicitó al tribunal que declare la nulidad absoluta de las causas tramitadas por la ley 20.840 (conocida como “ley de seguridad nacional”, que permitió judicializar la persecución por motivos políticos) en la jurisdicción de La Rioja en las que las víctimas estuvieron imputadas. Además, solicitó que se ordene el efectivo e inmediato cumplimiento de la pena en una unidad penitenciaria federal y que se requiriese al Ministerio de Seguridad de la Nación la destitución de Britos de la Gendarmería. El alegato de la fiscal Miguel Carmona se extendió a lo largo de dos jornadas.

Conforme la acusación fiscal, Britos debe ser condenado como:

  • Autor mediato de imposición de tormentos agravados en perjuicio de 28 víctimas;
  • Coautor directo de imposición de tormentos agravados en perjuicio de 11 víctimas;
  • Autor directo de imposición de tormentos agravados en perjuicio de 9 víctimas;
  • Coautor directo de allanamiento ilegal en perjuicio de 2 víctimas;
  • Coautor directo de privación ilegítima de la libertad agravada en perjuicio de dos víctimas;
  • Autor directo de privación ilegítima de la libertad agravada en perjuicio de una víctima;
  • Autor mediato de privación ilegítima de la libertad agravada en perjuicio de seis víctimas;
  • Coautor directo de violación calificada por el concurso de dos o más personas en grado de tentativa en perjuicio de una víctima;
  • Autor mediato de abuso deshonesto agravado por haber sido cometido por un encargado de su guarda en perjuicio de dos víctimas;
  • Autor mediato de homicidio calificado por alevosía y por el número de partícipes en un caso; y · Miembro de una asociación ilícita.

El primero de los casos por los que se juzga a Britos es el homicidio agravado de Wenceslao Pedernera. Tal como consta en la causa, en la madrugada del 25 de julio de 1976, el dirigente del Movimiento Rural Cristiano -que seguía los ideales del obispo Enrique Angelelli- se encontraba junto a su pareja y sus tres hijas en su domicilio del barrio La Quinta, en la localidad de Sañogasta, en el departamento  Chilecito, cuando llegó una comisión de personas en un Peugeot 504 y en un Ford Falcon y golpeó la puerta de la vivienda. De acuerdo con la acusación, cuando Pedernera atendió, uno de los hombres, sin mediar palabra, disparó sobre él. Luego habría ocurrido un forcejeo que culminó con más detonaciones, que hirieron al hombre, tras lo cual sus agresores se dieron a la fuga.

Según describió la fiscalía, la víctima fue asistida por su esposa y un vecino, quienes lo trasladaron al Hospital Eleazar Herrera Motta, de la ciudad de Chilecito, donde falleció varias horas después producto de las heridas recibidas. Luego de hacer la denuncia por el hecho, la pareja de Pedernera fue interrogada, mientras estaba en el centro médico, por personal de la Gendarmería respecto al sacerdote de Sañogasta -a quien esperaban para cenar el día del ataque- y por otro cura. La mujer también señaló que, en días y horas previas al ataque, visualizaron distintos vehículos que rondaban su domicilio