El oficial retirado de la Policía de Salta Julio Padilla, se constituyó en el principal testigo de la última jornada del juicio a cuatro comandantes y un suboficial de la Gendarmería Nacional que están acusados por estrago culposo por el siniestro vial que el 14 de diciembre de 2015 provocó la muerte de 43 gendarmes, en la ruta nacional 34, cerca de la ciudad de Rosario de la Frontera, en el sur salteño.
En 2015 Padilla era perito de Criminalística de la Policía provincial, con su formación de licenciado en accidentología y seguridad vial y sus años de experiencia, estuvo a cargo del relevamiento de planimetría y de otros datos que pudieran orientar a establecer la mecánica del siniestro y sus causas. Llegó al lugar del siniestro, ocurrido a las 2 de la madrugada, cerca de una hora después.
En esa revisión Padilla y sus ayudantes verificaron “el estallido de un neumático unos 20, 30 metros antes del inicio de la plataforma del puente” sobre el arroyo Balboa. Reventó el neumático delantero derecho, “con lo cual el colectivo, dada la carga dinámica, se precipita hacia la plataforma del puente”; esa estructura se incrusta en el interior del ómnibus, luego el colectivo se monta sobre la plataforma y cae hacia el precipicio, “hacia la parte oeste del cauce”, una altura de entre 10 y 13 metros, “era bastante considerable la altura”, describió el perito, quien añadió que "evidentemente" el chofer, el sargento primero Orlando Díaz, que murió en el siniestro, intentó reencauzar el vehículo hacia la ruta.
Padilla, como el resto de policías que testificaron en la misma jornada, fueron interrogados particularmente sobre el estado de los neumáticos y de la ruta, porque la fiscalía y las querellas responsabilizan a los acusados por una supuesta falta de mantenimiento y la defensa busca encontrar otras causas que pudieron haber provocado el siniestro. Los neumáticos “en general estaban en condiciones regulares de uso”, "no eran neumáticos nuevos”, aseguró el perito, coincidiendo con los otros testigos que recordaron el estado de los neumáticos.
Padilla fue enfático al asegurar que el siniestro fue provocado por el estallido del neumático derecho. “Esa explosión se da de manera previa al despiste”, sostuvo ante la pregunta de una de las defensas. “El siniestro es consecuencia de la explosión del neumático y posterior despiste”, ratificó antes de añadir que en el registro planimétrico quedó señalado el lugar exacto donde se produce el reventón y el posterior despiste.
Sobre el neumático, detalló que tuvo un fenómeno conocido como histéresis, de fatiga. “El estallido del neumático se produce por un debilitamiento de una acción permanente que lo va calentando”. “El neumático estaba siendo sometido a una acción de deformación” continua y se sumó el calor, detalló. Sobre la histéresis, dijo que se puede producir “por diversos motivos”: por problemas de suspensión o de alineado. O un problema de dirección o de suspensión.
En su informe sobre el siniestro el perito ya había descartado que pudo haber sido provocado por otras causas distintas al estallido del neumático. “La investigación se debe encaminar hacia el estado del neumático”, aseguró entonces. El informe fue leído en la audiencia por el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Salta, Domingo Batule.
La defensa metálica que no contuvo
En la testimonial, Padilla también abrió otra línea de responsabilidad que tiene que ver con las obras viales en la ruta 34. Sostuvo que a su entender, la defensa metálica en el puente del arroyo Balboa no con las normas. Explicó que estas estructuras se instalan con el objetivo de reencauzar a un vehículo que se desvíe hacia fuera de la ruta. Pero en este caso la defensa “se incrustó en la parte frontal del colectivo e invadió la posición de muchos de los integrantes que ocupaban ese automotor, por lo cual no solamente no cumplió su tarea de reencauzar el vehículo hacia el centro de la cinta asfáltica sino que invadió". Agregó que incluso la terminación de esa estructura metálica no es la apta. “Apto sería que continúe esa defensa y de forma gradual y progresiva baje y se introduzca en una especie de cimiento donde también le va a aportar un poco de contención”.
Antes, al describir le mecánica del siniestor, había detallado que la defensa metálica que está ligada a la estructura y la base de hormigón del puente, “fue literalmente barrida por acción de la carga dinámica del colectivo y por el efecto que se llama compresión”, el colectivo comprimió la punta de la baranda, y al mismo tiempo esta estructura metálica entró al colectivo y “por lo menos tiene que haber agarrado las primeras filas de los asientos en el interior”.
En el comienzo de su testimonio, Padilla dijo que en general la ruta 34 "se encontraba en estado regular” pero en el tramo donde se produjo el siniestro, en el kilómetro 956 exactamente, a metros del puente sobre el arroyo Balboa, “no había” baches y el estado del asfalto era muy bueno.
Padilla fue el último testigo de la jornada del viernes, en la que también declararon otros cinco integrantes de la Policía de Salta que se desempeñaban en Rosario de la Frontera y participaron del procedimiento tras el siniestro.
El comisario inspector retirado José Luis Banegas, contó que llegó unos 40 minutos después del siniestro y que en el lugar ya estaban los servicios de emergencia, “y había personas tratando de auxiliar a los gendarmes que estaban atrapados en el colectivo”.
“En general se comentaba que el motivo por el cual el colectivo se precipitó hacia el arroyo era que se había reventado neumático delantero derecho”, sostuvo. Describió que el ómnibus estaba totalmente dado vuelta, aplastada la parte donde viajaban sus ocupantes. “Estaba comprimida la parte del techo del colectivo con el piso del colectivo”. “Se observaba que estaba destruida la rueda delantera del vehículo”, al resto de ruedas “se las veía bastante usadas”, relató.
El suboficial mayor Nelson Miguel Coronel, suboficial mayor, solo dijo que Las condiciones de la ruta “no eran muy buenas”, que había pozos.
El sargento ayudante José Luis Albarracín, que colaboró con Padilla, contó que primero se dedicó a auxiliar a las personas heridas. Y coincidió con el perito en que “el estado en sí (de la ruta) era bueno”. Algo similar dijo el sargento retirado Darío Francia, “Siempre la vi normal, la vi en buen estado a la ruta”, sostuvo.
El colectivo siniestrado en 2015 era parte de un convoy de tres unidades del Destacamento Móvil 5 de Santiago del Estero que se dirigían a la provincia de Jujuy, donde debían cumplir tareas de apoyo por un conflicto de orden social por orden del Ministerio de Seguridad de la Nación, entonces.
Los acusados en este proceso son el suboficial mayor Ricardo Ernesto Villasanti, encargado de la División Motorizada y que perdió a un hijo en el siniestro; el comandante Juan Carlos Germán, responsable de Logística; el comandante principal Juan Carlos Bordón, jefe de Personal; el comandante mayor Elio Rafael Méndez, jefe del Destacamento, y el comandante principal Ramón Antonio Maidana, segundo en el mando.