Con diferencia de 24 horas, Patricia Bullrich pasó de defender la calidad del sistema electoral argentino a plantear un posible fraude. La excandidata presidencia de Juntos Por el Cambio habló para un canal de TV de Uruguay el lunes y dijo algo exactamente opuesto a lo que afirmaría 24 horas más tarde.
"En Argentina hay un sistema obsoleto que hay que cambiar. Se roban boletas, y hay muchos ciudadanos que cuando entran a votar no tienen la boleta que quieren, pero no se puede decir que en Argentina hubo fraude, no hubo. Formalmente, nadie hizo una presentación, pudo haber mucho en las redes, pero oficialmente ningún partido lo dijo", apuntó en Teledoce.
Añadió que "en todos los escrutinios definitivos todos los partidos firmaron que en Argentina no hubo fraude. El sistema y la Cámara Nacional Electoral son respetados y por eso ningún partido hizo ninguna presentación. Más allá de lo que pudo pasar con Trump o Bolsonaro, acá en la primera vuelta en Argentina eso no pasó". Hasta ahí, una declaración sensata que no ponía un manto de dudas sobre el sistema.
Apenas un día más tarde, en un acto de campaña, azuzó a la concurrencia de esta manera: "Les queda un recurso que saben utilizar muy bien. Y es el recurso de convertir a la elección en una elección en la que cada dos minutos te roban una boleta".
Acto seguido, pidió que "cada fiscal que trabaje este domingo tiene que ser un fiscal que tenga la convicción total y absoluta de saber que el único recurso que les queda es el recurso de intentar ganar de manera ilegal lo que no pueden ganar de manera legal".
La misma persona que habló para el extranjero dijo lo contrario de lo que afirmó a sus militantes. Convicciones firmes y claras para defender las instituciones.