No tiene nada de raro arengar a los trabajadores para que apoyen a un candidato a presidente de un frente nacional y popular. Tampoco es extraño reunir al personal de una fábrica y decirle que no se deje engañar por los cantos de sirena de sospechosas dolarizaciones. Lo que no se ve todos los días, francamente, es que el orador sea el empresario. Que sea el patrón. Aquel que, en teoría, está en la vereda de enfrente.

En el mundo del revés, fue Granovsky (74 años) quien le dijo a los asalariados que "la motosierra mileística va contra todos". Les dijo que "la libertad no tiene nada que ver con la frase 'Viva la libertad, carajo'".

Frente a una mayoría de jóvenes, en una plantilla con edades de 20 a 60 años, les dijo que "esa es la libertad para los especuladores, los vaciadores, los formadores de precios", según el video difundido en redes sociales.

Días más tarde de aquel discurso y en vísperas del balotaje, Granovsky está en la fábrica. Es un día primaveral nublado, gris y caluroso. La compañía Inquinat se levanta en un distrito de rica historia fabril. En los alrededores hay barrios de clase media y clase obrera del conurbano norte. Por sus calles arboladas se transita un mundo ajeno al ritmo alocado de la capital.

--¿Qué reacciones hubo a su prédica?

--En general, fueron buenas. Algunos chicos, reconocieron el peligro de un retroceso en los derechos humanos (si triunfa la oposición).

--¿Surgió de ellos?

--Si. Y se habló de la libertad pero desde el punto de vista de las leyes laborales, las leyes sociales. A no perder conquistas. Siempre digo que son como la electricidad: uno no le da bola hasta que se corta la luz y se pudren las cosas en la heladera.

--¿Fue alentadora la experiencia?

--Fue positiva. Había gente desinformada. Pero hay muchos que tomaron conciencia, que se rescataron.


A destinellizar

La empresa produce equipos de potabilización y gestión de aguas, efluentes industriales y urbanos. Produce y vende para petroleras como YPF, centrales eléctricas, citrícolas, mineras, plantas de oleaginosas y procesadoras de litio, entre otras.

--¿Le trajo recuerdos?

--En 1983, yo iba por la calle, a votar, llorando de emoción por el fin de la dictadura.

--¿Notó enojo con la política?

--Muchos han visto la 'tinellización' de la política. Vieron la farandulización.

--Javier Milei surgió de ese mundo bizarro.

--Los jóvenes vienen de sentir un desprestigio grande de la clase política.

--Decepcionados.

--El marido de Pampita Ardohain, Roberto García Moritán, hace la simulación de destruir el edificio de la 9 de Julio, donde están los ministerios de Salud y Desarrollo Social. Lo hace detonar, porque corta la conexión norte-sur. Es una analogía jodida. Patricia Bullrich llamaba a 'terminar' con el kirchnerismo ¿Terminar cómo?

--¿Y la apología del terrorismo de Estado?

--Aparece Victoria Villarruel justificando el genocidio ¿No era que lo teníamos saldado? Hay sólo dos casos en el mundo de juicios a los jerarcas que ordenaron crímenes horrendos: el de Nüremberg a los nazis y el Juicio a las Juntas de 1985. Ni Uruguay ni Chile los pudieron hacer con sus dictaduras.

Esos 15 minutos de fama

Los olores de productos químicos son dominantes en la planta. Se ven voluminosos tanques cilíndricos de más de seis metros de altura. Se manejan tubos y frascos en los laboratorios. Montacargas pasan llevando gruesos equipos embalados. Hay operarios soldadores fusionando piezas con sus máscaras protectoras mientras saltan las chispas.

--¿El debate Massa-Milei se debatió en la empresa?

--Estuve de viaje. Lo que ví es que Javier Milei no estuvo a la altura de lo que debe ser un presidente. Al lado de él, Sergio Massa parece un estadista como Winston Churchill.

--¿Logró que tomen conciencia?

--Saben que están en juego pilares democráticos de la Argentina.

--¿Cómo vivió la viralización del video, la fama?

--¡Más de 300.000 vistas! Y luego se multiplicó por todos lados. Medio me asusté. Pero no me arrepiento.

--¿Lo han hostigado en las redes?

--Usted vio óomo son. Hasta temí represalias.

--¿Empresarios y clientes se lo reprocharon?

--En algunos casos. En el mundo digital hay mucho troll. Pero le pondremos el pecho.

--¿Otros empresarios han arengado?

--Un amigo que tiene una empresa de cosmética. No soy el único. Hay algunos. Pero admito que no abundan.

A bastonazo limpio

Los padres de Granovsky son inmigrantes de Europa del Este. La madre y el padre vinieron de Ucrania. Se conocieron en Argentina. Granovsky y su socio son licenciados en Química. Se graduaron en la UBA.

--¿La suya es una empresa familiar?

--No, es una firma profesional. En 1977 empezamos con un socio. Después tomamos un empleado, luego otro. Somos un producto del ascenso social mediante la educación pública de la escuela y la universidad. Hasta sufrí una mininoche de los Bastones Largos.

--¿Otra noche?

--Empezamos cuando la Facultad estaba en la calle Perú, en la Manzana de las Luces. Después de la Noche de los Bastones Largos, cuando reprimieron a profesores de la Universidad de Buenos Aires por orden del dictador Juan Carlos Onganía, estábamos en asamblea en el aula magna. Llamaron a la caballería y tuvimos que salir rompiendo ventanales. Salimos ensangrentados. La carrera la terminamos en el Pabellón II de Ciencias Exactas de la Ciudad Universitaria.

--¿Dónde busca egresados?

--Vienen de universidades del conurbano. Esas que María Eugenia Vidal decía que no servían porque los pobres no iban a llegar. Aquí llegaron. Acá trabajan licenciados en química, ingenieros ambientales, electrónicos e hidráulicos. Hay soldadores excelentes.

--¿Se imagina el 20 de noviembre?

--Si gana Massa, asumirá de hecho el poder. Si gana Milei, no quiero ni imaginarme lo que va a pasar. Creo que los movimientos sociales saldrán a la calle.

--¿Escondieron la motosierra?

--Me parece que la situación lo superó a Milei. Ni él pensaba que llegaría a esta instancia. Y no está preparado. No tiene absolutamente ninguna idea de lo que es la Argentina.

--¿Cómo decidió hacer aquel discurso?

--Lo hice para que se pueda discutir. Que se charle con amigos, vecinos, con la novia, con el novio.

--¿Lo escucharon?

--Tanto que hasta un empleado que empezaba vacaciones, las postergó. Me dijo, 'che, me quedo para la charla'. Con algo así, estoy hecho.

--¿Sintió que había gente confundida?

--Desinteresada de la política. Lo cual no es ni bueno ni malo. No lo digo despectivamente. No tiene por qué interesarle.

--¿Ya habían decidido el voto?

--Tenés núcleos duros de gente con ideas definidas. Y hay una periferia de esos núcleos. Pero hay otro porcentaje sin definición.

Generación diezmada

Al empresario le interesaba narrar que no hay nada nuevo bajo el sol. Que las políticas pregonadas por Milei ya se aplicaron y dejaron secuelas que hoy todavía se sufren.

--¿Notó desinformación?

--Mi impresión es que antes de emitir el voto tienen que reflexionar a fondo.

--¿Intentó que tomaran un compromiso?

--Uno lo hace siempre con una esperanza de transformar una realidad que es durísima.

--¿Les dijo que luego es difícil dar marcha atrás?

--El hecho de que venga un gobierno, no lo arreglás votando a otro. Porque te deja secuela. Te deja la impronta. De hecho, lo estamos sufriendo.

--¿Buscó neutralizar mentiras en boga?

--Todo el mundo, los pibes, las pibas, reciben información mediante esa parafernalia de la TV, la gráfica, las redes, Tik Tok, Instagram, etc. Era bueno que les hablaran también desde la dirección de una pyme.

--No es lo común.

--No, es verdad. Pero estamos todos involucrados en este destino común. Decirles: 'Mirá que el tema es cómo llegamos a 2027, cuando haya que elegir presidente otra vez".

--¿En qué sentido?

-- En que hay situaciones que ocurrieron hace años y siguen influyendo. En 2018 nos encontramos con una deuda (contraida por Mauricio Macri con el FMI) de 45.000 millones de dólares y todavía estamos pagando. Más toda la deuda anterior.

--Les advirtió las consecuencias.

--Sí, les dije qué nos puede pasar. Si gana una fórmula no podríamos trabajar, ni las pymes exportar, ni importar. Todo eso ya sucedió en el país. Aquellos gobiernos ya se fueron pero los seguimos sufriendo.

--¿Enseñó un poco de historia?

--En la década de 1990 también se cerraron muchas empresas, se perdieron exportaciones. Cantidad de gente se quedó en la calle con las privatizaciones. Hay juicios por deudas. Una de YPF por 16.000 millones de dólares con juicio en EEUU. Pasaron 30 años y estamos pagando deudas hoy.

--¿Y las de José Alfredo Martínez de Hoz de ministro de Economía?

--Les dije que en la dictadura muchos de ellos no habían nacido. No vieron el inicio del endeudamiento. Ni a los desaparecidos. Es un dolor que no se termina jamás ¡Falta alguien y ya es de por vida!

--Usted sí lo vivió.

--Pertenecemos a la generación diezmada "Fíjense lo que vamos a votar", les dije.

--¿Un fuerte llamado de atención?

--Sí, porque se entiende que están de nuevo los que siempre se apropiaron del país, de la nación. Que a veces bajan esa línea de que hay que respetar el republicanismo, ¡que ellos no respetaron! No le pidieron permiso a nadie para hacer lo que hicieron. Les digo: "Muchachos, muchachas, fíjense lo que vamos a hacer, ¡esto es grave!".

Votos ganados

En un sector se produce agua ultra pura, para generar vapor en centrales eléctricas. En otro se ensambla una planta de efluentes para un yacimiento de litio. Debe resistir climas hostiles, a 4.000 metros de altura, con temperaturas muy bajas.

--¿Si gana Milei sentirá a su empresa amenazada?

--Ya estamos amortizados en lo personal. No es cuestión de subsistencia. Esto tiene que ver más con el modelo. Queremos un país con inclusión. Que haya crecimiento con equidad.

--¿Qué otra reacción a la charla observó?

--Hay una que me da un poco de pudor citarla, un poco de vergüenza.

--Dígala, nadie se va a enterar...

--Un empleado me dijo: "Estoy orgulloso de trabajar acá".

--¿Se conmovió?

--El balance fue bueno. Hubo buena repercusión. Creo que se ganaron votos.