“Si una facultad de medicina tiene que salir a buscar financiamiento de un privado y lo obtiene de un laboratorio, ¿cómo será el programa de estudio de los médicos?” La incógnita combinada con un llamado a la reflexión es expresada por Iván Aguirre, secretario general de la Juventud Universitaria Peronista de La Plata. Durante este jueves, en conjunto con otras organizaciones, se movilizaron al Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en "defensa de la educación pública gratuita y de calidad", y en contra del sistema de voucher y el arancelamiento universitario que propone Javier Milei.

Más de mil personas se congregaron en el playón de la casa de estudios platense sobre la Avenida 7 en rechazo a “una política que impide el crecimiento de la universidad pública”. En conversación con Buenos Aires/12, Aguirre advierte que de implementarse un sistema que incita a la competencia entre las instituciones educativas “muchas podrían cerrar o verse en la necesidad de buscar otro tipo de financiamiento”.

A partir de su tránsito cotidiano por los pasillos de la UNLP, Aguirre retruca la idea generalizada de que la juventud tuvo un vuelco “hacia la derecha”. Reconoce que hay un sector de los jóvenes “muy permeable” a las propuestas de La Libertad Avanza, pero asegura que la “gran mayoría de los chicos y chicas con los que hablamos no están de acuerdo con el arancelamiento de la educación”.

“Siento que muchos pibes no tienen la relación con la política como la tuvo mi generación, donde a mis veinte años el Estado era sinónimo de respuestas y mejor calidad de vida”, analiza el representante de la JUP. Y agrega: “Ahora el pibe de veinte viene de ocho años de detrimento en su vida entonces el enojo es genuino, y ahí es donde lo interpela Milei”.

Su experiencia le indica que la juventud abona el diálogo, que es posible conversar con todas y todos los estudiantes, y hay señales como que no haya centro de estudiantes de LLA en ninguna facultad platense que evidencia, según su lectura, un escenario positivo del presente de cara al futuro. “Todas las agrupaciones universitarias de todos los colores políticos están en contra del arancelamiento”, indica y remarca que si “entran otros intereses ajenos a los del Estado, será el mercado quien articule las condiciones de estudio”.

Como metodología de su espacio para captar adhesiones, remarca que “los militantes tenemos que tener humildad, hablar de igual a igual, sabiendo que no somos representantes de los problemas del otro, y bajar los niveles de soberbia”. En un mea culpa que lo lleva a reflexionar sobre los últimos años del peronismo y que lo llevaron al actual balotaje, Aguirre advierte la importancia de “escuchar, reconocer errores, pensar conjuntamente los problemas con quienes piensan distinto, desmenuzando cada caso que se acerca a charlar”.

“Es central que la formación de los estudiantes, de los próximos técnicos, científicos, y posibles presidentes del país, esté ligada a un proyecto de sociedad conducido por el Estado y no a partir de lo que el mercado decida”, remarca Aguirre. Su preocupación radica en el origen de esos fondos cuando las instituciones no deseen cerrar sus puertas. “Lo que decimos es que si una facultad como la de Ciencias Médicas obtiene financiamiento de uno de los grandes laboratorios del mercado, sus intereses van a intervenir en los planes de estudio y entonces no tendremos médicos pensando en su pueblo, su comunidad, o en mejorar nuestro sistema de salud, si no que estarán a disposición de lo que desee el laboratorio”.

Otro ejemplo de la UNLP, cuenta Aguirre, es la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas cuya matrícula es de las más bajas dentro del promedio de la universidad, “pero son carreras que a largo plazo producen resultados trascendentales en materia científica”. El referente afirma que, si esta facultad busca financiamiento privado, seguramente provenga de empresas que privilegian el avance científico nacional. “Serían del exterior, firmas a las que no les importaría que Argentina fabrique satélites, por ejemplo”, remarca.

La discusión remite a la propuesta de Milei de otorgar un presupuesto determinado a cada estudiante, quitando la asignación de recursos directa a las universidades o escuelas. De esta manera, según el libertario, cada joven decidirá a que institución asistir, siendo obligación de la casa de estudios volverse competitiva o atractiva para atraer más estudiantes. Si no lo hace, le ingresarán menos recursos, abriendo la puerta a su cierre o a la necesidad de buscar otra fuente de financiamiento que no sea el Estado. 

“No al voucher ni al arancel”

Según detalla el dirigente estudiantil, la UNLP tiene una matrícula que asciende a 130 mil estudiantes. “Si tuvieran que costearse sus estudios, hay un cálculo de distintas universidades que indica que, siendo generosos, un alumno necesitaría 125 mil pesos por mes”, relata. A este monto se le debe sumar la posible necesidad de alquilar y viajar, por ejemplo. “Si la universidad deja de ser gratuita generaría que solamente los sectores de los pudientes puedan acceder, perpetuando la desigualdad de base”, resalta.

La propuesta de Milei es, para Aguirre, profundamente ideológica. “Él piensa que la sociedad se ordena por el mercado, entonces pretende romper las instituciones, apuntando a un modelo donde al que le va bien joya, y al que no se queda afuera”, condena. “Todo el peso recae en la responsabilidad individual, cuando la realidad es que el mercado ser el ordenador porque todos partimos de condiciones diferentes”, agrega.

La JUP está compuesta por cuatro organizaciones: La Corriente Néstor Kirchner, la Sumak Kawsay, La Sean Eternos y Conapla. Además, participaron de la actividad militantes de MILES, La Cámpora, Liberación, Megafón, y La Mella, entre otros. También se sumaron Andrea Varela, vicepresidenta de la UNLP, Patricio Lorente, secretario general de la universidad y Aníbal Viguera, secretario académico, la Asociación de docentes de la Universidad Nacional de La Plata (ADULP) y la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de La Plata (ATULP).