El comandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, recomendó a los “antipatria” que no pierdan tiempo golpeando las puertas de los cuarteles para intentar alguna maniobra contra el Gobierno y le aseguró al presidente Luis Arce que los militares cumplirán su misión de defender al Ejecutivo legalmente constituido y la integridad del país.

“Quiero decirles a aquellos antipatria, a la quinta columna, a la gente que conspira que siempre ha existido a lo largo de la historia
: no pierdan su tiempo golpeando los cuarteles en busca de kalimanes; ya no hay kalimanes, no pierdan su tiempo”, afirmó Zúñiga.

La referencia directa del jefe de la fuerza fue para el excomandante de las FFAA Williams Kaliman, que en 2019 exigió la renuncia del entonces presidente Evo Morales, quien finalmente dejó el cargo el 10 de noviembre.

Al hablar en el acto por el aniversario de la fuerza, en el que estuvieron Arce y varios ministros, Zúñiga reivindicó “al glorioso Ejército de Bolivia, firme desde el último soldado hasta el último general, firme ante la Constitución Política del Estado, con la misión de defender al Gobierno legalmente constituido”.

“El pueblo le dio al Ejército el mandato de que Arce es el presidente y capitán general de las Fuerzas Armadas. Y el Ejército va a dar fiel cumplimiento al mandato del pueblo, porque la voz del pueblo es la voz de Dios”, remarcó el jefe militar, según la estatal agencia ABI.

Incendios forestales y desestabilización

Zúñiga atribuyó también los incendios forestales en varios departamentos al accionar de quienes “buscan la desestabilización del Gobierno nacional”.

“El antipatria y las elites andan desesperados por incendiar para, de esta manera, desestabilizar nuestra patria, ocasionar gastos económicos, desgastar a sus fuerzas legales. No les interesa el medio ambiente, no les interesan los cientos de animales carbonizados. Pero está el Ejército para defender a nuestros animales, a nuestro medio ambiente”, aseguró.

Según el comandante, se pretende usar los incendios como “pretexto” para que intereses foráneos “tengan un argumento y busquen devolver el poder a capitales extranjeros y organizaciones civiles neocoloniales envueltas en trajes y discursos ecologistas y ambientalistas”.