La actividad económica se ha mostrado resiliente a la crisis de Argentina. Descontando el impacto de la sequía sobre el sector agrícola, la consultora Ecolatina estima que la economía creció 1,1 por ciento en el acumulado hasta agosto. Entre las múltiples causas que la consultora encuentra para esta suba, como el aumento del financiamiento con el sector privado y el resto del mundo para sostener el nivel de importaciones que mantengan el nivel de actividad, se encuentra la dinámica de aumento de los salarios formales siguiendo de cerca a la inflación.
"Es difícil pensar que una economía como la argentina – con exportaciones estancadas, un gasto de capital lejos de representar un boom e inversión en maquinaria y equipo que es apenas 8 por ciento de la oferta global (PIB e importaciones)- exhiba un crecimiento si no fuera por salarios siguiendo de cerca a la inflación", asegura el último informe de Ecolatina.
La consultora asegura que el Gobierno permitió que la dinámica salarial, al menos en el sector formal vía paritarias, siga de cerca los sucesivos shocks nominales que atravesaba la economía. Se evidenció una reducción de las vigencias de las negociaciones paritarias -generalización de acuerdos trimestrales y relativa flexibilidad para reforzar reaperturas si fuera necesario- que evitaron que los salarios formales queden rezagados ante la escalada de los precios.
"En este sentido, una mirada de mediano plazo muestra que, si bien la nominalidad de la economía aumentó en la última década, la frecuencia de los ajustes salariales se mantuvo relativamente estable hasta 2020. Desde entonces, la aceleración de la inflación sí tuvo un correlato más claro con aumentos salariales cada vez más frecuentes", aseguran desde Ecolatina.
Esta dinámica contribuyó, según la consultora, a que "se sostenga una parte significativa del consumo de las familias en la salida de la pandemia y en particular en el último año". Esto fue potenciado por una elevada propensión al consumo en un contexto de escasas opciones de ahorro (los préstamos hipotecarios y prendarios caen 26 por ciento i.a. hacia octubre en términos reales) de mediano y largo plazo y complementado por diversas medidas de estímulo como los bonos a trabajadores informales, perceptores de asignaciones y jubilaciones, la parte de la sociedad más afectada por la aceleración de la inflación.
"Prevemos que el salario formal real en promedio este año se mantendrá prácticamente estable, sosteniendo la capacidad de consumo de esta porción de la masa salarial, que es la que justamente efectúa un mayor gasto", aseguran. Sin embargo, esta situación es menos benévola para quienes están fuera del circuito formal, ya que si bien tienen algunos beneficios no salariales, la evolución de sus ingresos está bastante por debajo de la inflación e incrementan su dependencia de la asistencia del gobierno.