“Norwegian llega a cuatro o cinco meses (de vida). Se están quedando sin dinero y están buscando fondos a diario”, aseguró esta semana el dueño de la aerolínea irlandesa Ryanair, Michael O’Leary. En declaraciones a la revista londinense Travel Weekly, denunció que la firma de low cost noruega, que pretende operar en la Argentina 74 rutas de cabotaje y 80 internacionales, realizó “enormes órdenes para adquirir aviones y no tiene el dinero con qué pagarlos”. “Tenemos 130 aviones y otros 254 aviones en el pipeline (a entregar por parte del fabricante)”, aseguró el representante argentino de Norwegian, Diego Ferrari, en la audiencia pública que realizó el Gobierno el miércoles. 

Con la promesa de invertir en el país unos 4300 millones de dólares, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, celebró el arribo de Norwegian que, junto a otras ocho, se presentaron a la audiencia para pedir en total 503 rutas de cabotaje e internacionales. “Vamos a replicar con trabajo argentino lo que ya hemos hecho en todo el mundo”, argumentó Ferrari durante su exposición en la audiencia pública.

Lo hecho en el mundo por Norwegian parece estar en crisis. O’  Leary, un excéntrico empresario que gusta fotografiarse con personajes del espectáculo junto a una réplica a escala de sus aviones, insistió en que “tanto Monarch como Norwegian están en problemas”. “Es un secreto a voces entre las aerolíneas que Monarch y Norwegian no pueden sobrevivir durante el invierno. Ellos están quemando dinero en efectivo”, afirmó el jefe de Ryanair a la revista británica. 

Las declaraciones del directivo de Ryanair, que compite en el segmento de bajos precios (low cost) en Europa, coinciden con el lapidario informe del HSBC Global Research que publicó PáginaI12, donde dice que la expansión de Norwegian en Argentina es débil, de regulación incierta y económicamente volátil. “Las deudas de la aerolínea europea con terceros equivalen a 8,3 veces su patrimonio. Si la empresa no cambia su ritmo de crecimiento o consigue capitalización adicional, su modelo de negocio no es sustentable en el largo plazo”, afirmó el informe del HSBC.