El partido de Javier Milei denunció un "fraude colosal" en la primera vuelta electoral sin ninguna prueba, sin embargo el inmenso fraude que se desarrolló en estos meses es político, y quien lo realizó fue el líder libertario. 

No existen dudas acerca de la transparencia y la robustez del sistema de votación y fiscalización. El fraude no se refiere a la denuncia desestabilizadora de La Libertad Avanza acerca del recuento de los votos y la cantidad de boletas en las urnas, sino al de la evaporación de los tres principales proyectos que constituyeron la base política del libertario:

1. El enfrentamiento con la denominada casta política.

2. La eliminación del Banco Central.

3. La dolarización de la economía.

En estas semanas clave antes del balotaje los movimientos especulativos fueron los siguientes:

* La alianza con Mauricio Macri y sectores del PRO de Juntos por el Cambio archivó la promesa de destruir a la casta política.

El presidente del Banco Central de un eventual gobierno de Javier Milei, Emilio Ocampo, clausuró el plan de cerrar la entidad monetaria.

* La supresión del peso por el dólar ha tenido tantas versiones, idas y vueltas, que ha quedado diluida.

No esperó al resultado de la elección

El fraude político de Milei fue durante el último tramo de la campaña electoral. No esperó, en caso de ganar, imitar a Carlos Menem y Mauricio Macri, quienes prometieron algo en campaña y luego de ganar y ser gobierno hicieron otra cosa.

Tan obsceno es el fraude político libertario que el último spot electoral está guionado con el mismo tono de engaño de Macri del balotaje del 2015, desdiciendo cada una de las propuestas controvertidas alentadas durante meses.

Hasta ocultó el símbolo violento de la motosierra.

"Si decía lo que iba a hacer no me iban a votar", reconoció Menem años después. Milei exhibe una evidente incapacidad expositiva, que deja abierto el escenario de una gestión caótica si el resultado de las urnas lo favorece. Hasta puede retomar planes que hoy ha relativizado con marcada dificultad explicativa, la cual no podía ser aliviada por los encargados de las entrevistas-coaching transcurridas en el canal LN+.

Ahora el Banco Central sirve

Sobre el rechazo a la denominada casta política, la bandera que lo hizo crecer en la consideración de una parte del electoral desencantado por la extensa crisis de ingresos, tiene poco espacio para reafirmarla luego de abrazarse con una parte de ella.

La dolarización es un verso, como se precisó hace bastante en estas páginas y, en estas semanas, cuando quedó en evidencia la subordinación a los dictados de Macri, Milei dijo una cosa un día ("habrá competencia entre monedas") y otra cosa otro día ("la dolarización se puede hacer en 9 meses y el problema es el cambio chico para hacer la conversión").

El aspecto notorio no fue estas dos traiciones a la base de la construcción política del candidato de la ultraderecha, sino el reconocimiento público de abandonar la propuesta de cerrar el Banco Central.

Quien sería el presidente de la entidad monetaria en el gobierno de Milei sinceró cuál será el destino de la institución. Emilio Ocampo, economista y profesor de la ortodoxa Universidad del CEMA, afirmó que "lo que hay que cerrar es, definitivamente, la capacidad del poder político de emitir dinero discrecionalmente para financiar su exceso de gasto. Eso es lo que hay que terminar, definitivamente. Hay ciertas funciones del Banco Central que son necesarias. Cuando hablamos de cerrar el Banco Central es terminar con este cáncer que ha sido la inflación”, dijo el economista, en el foro Marval Legal Forecast 2024, organizado por el estudio jurídico Marval O’Farrell Mairal.

Esto es lo mismo que dicen hace décadas los economistas enrolados en la corriente de pensamiento económico ortodoxo monetarista. Esta definición del economista que trabajó entre 1990 y 2005 en Chase Manhattan, Salomon Brothers, Citigroup y Morgan Stanley en Nueva York y Londres es una muestra más de la debilidad teórica y  de la improvisación política de todo lo que rodea a Milei.

Resultan tan increíble las idas y vueltas de Milei y su equipo sobre sus principales ideas económicas que despierta la inquietud de si son chantas, aventureros o místicos que hasta pueden llegar a intentar hacer lo que hoy dicen que no harán.

La obsesión con las Letras de Liquidez (Leliq)

Sin dolarización a la vista y sin dinamitar el Banco Central, el fanatismo del libertario apunta a terminar con las Letras de Liquidez (Leliq) que emite el Banco Central.

Cada ahorrista, individual y de empresas, debe saber que gran parte de las Leliq es contraparte de sus colocaciones en pesos en el sistema bancario. Por lo tanto, quienes proponen eliminar las Leliq, ya sea emitiendo deuda del Tesoro para canjearlas o licuándolas con un shock de hiperinflación, están planteando un esquema de confiscación de depósitos.

Ante el auditorio de unos 300 empresarios del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), en uno de los últimos actos proselitista previo al balotaje, Milei afirmó que el problema más urgente de la economía argentina son las Leliq, y que será el principal tema inmediato de su gobierno.

Dijo que sin solucionarlo no tendría manera de terminar con el cepo cambiario y, por lo tanto, de que la economía pueda crecer.

En su momento, la compañera de fórmula Victoria Villarruel había dicho que la dolarización se concretará con los dólares de la población, y en esta ocasión Milei dice que para liberar el mercado de cambio tiene que atender en forma prioritaria el tema de las Leliq, que implica la consfiscación de los depósitos de los ahorristas.

Se sabe entonces a quiénes está apuntando la fórmula Milei-Villarruel para desplegar el experimento libertario.

Existen otros economistas que están obsesionados con las Leliq porque aseguran que se trata de emisión monetaria futura y, por lo tanto, es una de las principales fuentes de la inflación. Para desprevenidos vale insistir en que casi todo el monto de las Leliq es la contraparte de los depósitos de los ahorristas.

¿Son una bomba las Leliq?

La respuesta a este interrogante es directo: no. Se debe admitir que resulta una afirmación controvertida debido a la abrumadora presencia de la mirada ortodoxa monetarista. Para interpelarla es oportuno el documento elaborado por el director del Banco Central Jorge Carrera para explicar de qué se trata las Leliq.

Señala que es un error conceptual grave insistir con la potencial dinámica explosiva de las Leliq, y que es producto de una confusión entre valores nominales y reales. Lo es porque se asocian las Leliq con las viejas Lebac de Macri, porque no toma en cuenta el total de pasivos en pesos del BCRA y el balance entre activos y pasivos para el resultado cuasifiscal, y porque no se tiene presente el gran cambio tecnológico en las formas de pago, ni el impacto de la inflación en el manejo del dinero transaccional (menos circulante y depósitos a la vista y más plazos fijos).

A diferencia de las Lebac durante la gestión de Federico Sturzenegger en el Banco Central del gobierno de Macri, las Leliq sólo pueden ser compradas por los bancos. Las empresas, Fondos Común de Inversión, fondos extranjeros y personas humanas no pueden comprarla, evitando así la especulación tóxica de las Lebac del período 2016-2019 que derivó en un endeudamiento externo y fuga de capitales impresionantes.

Piso para el rendimiento de los plazos fijos

Carreras reitera que las Leliq son la contrapartida de una parte de los plazos fijos totales. Para explicar que cuando el sector privado o público hace un depósito a plazo fijo (pasivo de un banco comercial) con ese dinero en su activo el banco debe separar los encajes legales (14%) y con el 86% restante puede otorgar un préstamo, comprar bonos públicos o privados, o colocarlo en una Leliq del Banco Central.

"Es probable que, si el banco no encuentra, a paridad de riesgo, una colocación más redituable a los fondos del plazo fijo entonces opte por colocarlos en Leliq", explica.

Las Leliq funcionan de este modo como una herramienta de regulación monetaria y un piso de rendimiento para evitar que el banco rechace colocaciones a plazo de ahorristas o les pague una tasa muy baja.

Carreras concluye que las Leliq no son una bomba. Para luego destacar que "en el marco de una política de estabilización creíble y consistente de la economía donde haya superávit externo, equilibrio fiscal, una apertura gradual del cepo y reducción de la inflación, la economía enfrentará una moderada remonetización transaccional y mayor demanda de crédito que absorberán el stock de Leliq".

En otras palabras, la reducción en el stock de Leliq será el resultado natural de una estabilización consistente.

Nombrar a Keynes desequilibra a Milei

La mera mención de uno de los economistas más importante de la historia de la ciencia económica, John Maynard Keynes, provoca descontrol emocional en Milei. Sucedió en varias oportunidades con registro de imagen y sonido.

La personalidad, con señales de desequilibrio y propuestas económicas frágiles, sería una anécdota, un episodio más de una extensa serie de personajes que han saltado de estudios de televisión hacia la política desde la década del noventa. Pero no lo es porque este domingo será uno de los protagonistas del balotaje para elegir el Presidente de los próximos cuatro años.

Una de las características de Milei es que habla sin completar el concepto que quiere expresar, arroja definiciones sin explicarlas y abusa de referencias de economistas marginales del mundo académico. Además utiliza el insulto como método e imposta erudición aprovechando la ignorancia o complicidad de sus habituales interlocutores.

Con varios meses de agotadora campaña electoral y análisis sobre Milei, y en esta oportunidad acerca del fraude político en el último tramo dominado por Macri, resulta fascinante el hallazgo fortuito de un pequeño párrafo de La Teoría General, la obra más célebre de Keynes, mencionado en el libro Cuando nada vale nada de Raj Patel.

Keynes escribió: "El hombre común cree estar exento de influencia intelectual, pero suele ser esclavo de algún economista ya difunto. Y los locos que dirigen la sociedad, en cambio, escuchan voces y se entusiasman con cualquier escritorzuelo académico de moda".

Del mismo modo como algunas películas advierten en una placa informativa, cualquier similitud de esta reflexión de Keynes con el despliegue de Milei en estos años es pura coincidencia.