El escritor y ensayista Martín Kohan analizó este domingo, en pleno balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei, cómo se llegó justamente este 2023, a 40 años de la recuperación de la democracia, a una elección tan trascendental y bisagra como ésta.

Por AM750, Kohan comenzó explicando que tiene mucha “expectativa y tensión” sobre esta jornada. Y dijo que esto se debe a que no están en juego solamente dos ideas políticas contrapuestas.

“Me parece que todas las elecciones son muy importantes, pero en esta se juega además de los proyectos políticos, por cómo se dieron las cosas, qué idea de la democracia tenemos y qué democracia queremos”, expresó con cuidado para no romper la veda electoral.

En este sentido, explicó que esto no fue así durante las elecciones del 2015, cuando Mauricio Macri asumió la presidencia, pero donde “no estaban sujetas a revisión esos fundamentos” democráticos.

Intentando explicar qué puede estar detrás de los votos a los libertarios, Kohan consideró que entiende que hay algo de atractivo para los más jóvenes en el perfil “rockero” del economista políticamente incorrecto.

Hay una importa destructiva en el proyecto, en la gestualidad, en la violencia. Y todo indica que ese gesto no genera nada. No hace posible otra cosa. Hace posible una descarga”, planteó en esta hipótesis.

Y añadió en clave de comprensión: “Para quienes no se plantean fuertemente un futuro… ¿qué viene después del gesto de descarga? Lo podemos pensar, quizás, en cierta zona del imaginario juvenilista”.

“Ahí donde las condiciones son del día a día, donde no se permite ver el futuro, después se vuelve difícil recuperar una mirada de futuro cuando se les ha quitado. Si vivís al día, ¿cómo decís de mirar más allá? Para mucha gente esta posibilidad está amenazada”, sostuvo.

Para Kohan, este gesto destructivo se da, además, con un fuerte gesto de intolerancia. En este sentido, comentó sobre cómo se fueron corriendo los límites, y aseguró que 40 años atrás un gesto violento, como fue el cajón de Herminio Iglesias, le valió la elección al peronismo y consideró hoy ese límite aparece difuso.

“El grado de violencia, de intolerancia, es derivación y resultado de una naturalización de la agresividad y el maltrato que se venía produciendo. Y es lo que explica que gestos de violencia que hace no tantos años habrían sido determinantes”, dijo.

Y, sobre la actualidad, añadió: “En el sentido que se quemó Iglesias quemando el cajón. Eso no sería un límite hoy. Quizás no lo esté. Un gesto análogo, quizás incluso suma. Y creo que tiene que ver con el modo en el que se incorporó el grado de violencia”.