Simon Reynolds reconoce que ya no tiene aquella “respuesta abierta y sin preconceptos” con la que se enfrentó por primera vez a T. Rex en la pantalla del televisor. “Sería muy difícil conservarla con todo el conocimiento que he acumulado y mi historia de pensar seriamente en la música durante casi cuarenta años”, explica. Sin embargo, el crítico y periodista asegura que la música todavía le provoca algo de aquella excitación, especialmente cuando llega como un estímulo inesperado. “Mudarme a Los Angeles, donde uno inevitablemente se encuentra a menudo arriba de un auto, ha vuelto a despertar mi amor por la radio”, confiesa. “Y la radio, como dice Greil Marcus, es una fantástica ‘máquina rara’ para tirarte sorpresas. Así que en los últimos siete años viviendo aquí escuché un montón de canciones pop del Top 40 muy divertidas que me provocaron algo parecido a aquel entusiasmo ‘puro’ de niño. Canciones como ‘TikTok’ y “We R Who We Are’ de Ke$ha, o ‘In the Dark’ de Dev... También me provoca una agitación similar la radio de rap, beats de DJ Mustard y Metro Boomin’, tracks de Future, Travi$ Scott, Schoolboy Q, Kendrick Lamar, Big Sean y muchos otros”.

“Pero además –-continúa Reynolds–, aquí hay un montón de estaciones de clásicos, tanto de rock como de los ‘80, y ahí aparece un entusiasmo distinto con un matiz nostálgico, cuando escucho algo que había olvidado completamente, o vuelvo a escuchar cosas a las que nunca les había prestado atención y pienso ‘Ah, en realidad esto es muy bueno’. Cosas de A Flock of Seagulls o Men Without Hats. Incluso he descubierto que eso me pasa con rock alternativo de los ‘90 que había ignorado en ese momento; grupos como Offspring, Weezer y Sublime. Así que éste es un entusiasmo diferente, de redescubrimiento o reevaluación. Pero con la mente que tengo, por lo general salgo rápidamente con ideas acerca de estas nuevas canciones pop o viejas canciones de rock, y a veces escribo sobre ellas en blogs”.