El huracán Irma –nada que ver con “Irma la dulce”, ese viejo clásico del cine norteamericano– está llegando a las hoy desoladas costas de Florida, que fueron finalmente evacuadas por más de 700 mil personas, pero la orden de las autoridades involucra a 6,3 millones de personas, un cuarto del total de habitantes de ese estado. Antes, la población tuvo que escuchar el dramático mensaje del gobernador local, Rick Scott: “Tienen que irse, no en esta noche, no en una hora, tiene que irse ahora”.
El diagnóstico de los expertos en meteorología anticipó que el vendaval no golpeará en forma frontal a Miami, sino que centrará su poderío sobre los Cayos de Florida. Aunque dicen que mermó su fuerza, los 209 kilómetros por hora que desarrolla siguen siendo motivo de respeto y temor. Luego de pasar por Cuba (ver aparte), el huracán había descendido de 4 a 3 su calificación de riesgo, pero se presumía que retomaría el punto perdido al llegar a las costas de Florida.
Para colmo de males, Irma no avanza en soledad sobre el Caribe, porque lo acompañan los huracanes José, que sigue fortaleciéndose y podría llegar a la categoría 5, la más importante, y Katia, que desde hace cuatro días castiga las islas del Caribe y el Golfo de México, aunque perdió algo de su fuerza al tocar tierra en el estado mexicano de Veracruz y se convirtió en “ciclón tropical”, según informó el Servicio Meteorológico de ese país.
Al menos 27 personas murieron a causa de los huracanes, 25 en las islas del Caribe –las más afectadas fueron Saint Maarten y San Bartolomeo, con once víctimas fatales– por los efectos de Irma, y las dos restantes por un deslizamiento de tierra que provocó Katia en Xalapa, en el departamento de Veracruz.
Las noticias sobre el descenso en la intensidad de Irma no llevaron tranquilidad a Miami, donde se espera que llegue a primera hora de hoy. Los informes actualizados sobre Irma advirtieron que “se espera que se intensifique nuevamente cuando se aleje de Cuba y continúe como un poderoso huracán a medida que se aproxime a Florida” con vientos que podrían superar los 200 kilómetros por hora. Uno de los mayores problemas que enfrenta la ciudad son las más de 25 grúas de construcción que no pudieron desarmarse. Se teme que se transformen en armas mortales a merced de Irma.
Con José acercándose y con Irma conservando su poder, el gobernador de Florida, Rick Scott, puso énfasis en su llamado a la evacuación inmediata, para evitar “los efectos asesinos” de los huracanes.
Por esas razones, el estado de Florida pidió a 6,3 millones de personas que dejaran sus hogares, ya que además de los fuertes vientos otro de los efectos más peligrosos del huracán son las marejadas. El gobernador estimó que en instantes el nivel del agua podría subir 3,6 metros. Más de 7000 miembros de la Guardia Nacional de Florida fueron desplegados en la zona, mientras que el estado dispuso unos 330 refugios para evacuados.
Los efectos de José también volverán a castigar a las islas de Saint Maarten y San Bartolomeo, por lo que las autoridades reiteraron el pedido a la población de evacuar las zonas más próximas al mar. La Caja Central de Reaseguro (CCR) de Francia calculó que los daños causados por el huracán Irma en sus territorios de ultramar –Saint Maarten y San Bartolomé– podrían superar los 1200 millones de euros. Para el organismo, se trata de “una de las más importantes catástrofes naturales en Francia desde hace 35 años”. Un impacto mucho mayor, en lo económico, se espera en Florida.