PáginaI12 En Brasil
Desde Brasilia
El magnate de la carne Joesley Batista, que grabó a Michel Temer mientras pactaban el pago de aparentes sobornos, fue preso por orden del Supremo Tribunal Federal en el marco de un escándalo que salpicó a la Procuraduría General de la República, afectando la credibilidad de la causa Lava Jato.
De anteojos oscuros, rostro tenso y remera blanca Batista se entregó ayer a las dos de la tarde en la superitendencia de la Policía Federal de San Pablo donde un grupo de manifestantes soltó petardos para conmemorar la prisión. Junto al dueño del frigorífico JBS, mayor exportador mundial de carne vacuna, se encontraba uno de los principales ejecutivos de la firma, Eduardo Saud, que también quedó detenido en la sede policial paulista desde donde estaba previsto el traslado de ambos hacia Brasilia.
El juez Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal, trabajó el fin de semana para concluir la redacción de la orden de arresto de los imputados por considerar que actuaron de “mala fe” al esconder informaciones a la Justicia.
Batista y Saud son reos confesos beneficiados con la ley de la “Delación Premiada” tras haber brindado datos y pruebas sobre una red de corrupción política que envolvió a Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y unos 1.800 políticos de todo el espectro político.
En marzo Batista grabó a Temer durante un encuentro a solas en la residencia oficial, el Palacio de Jaburú. La cinta, que presentó algunos defectos de sonido, captó cuando se conversó sobre el pago de dinero al ex jefe de Diputados, el ahora preso Eduardo Cunha, también del PMDB, y de otro monto que sería destinado al propio Temer.
Dos semanas después de aquella conversación celebrada un domingo por la noche, uno de los asesores de confianza del mandatario, Rodrigo Rocha Loures, fue filmado cargando una valija con 165 mil dólares recibidos de manos de un empleado de JBS. Esa plata era parte de una coima destinada a Temer por haber facilitado negocios de JBS, sostuvo la Procuraduría cuando acusó al gobernante de “corrupción pasiva” y pidió su separación del cargo.
El asesor y valijero presidencial Rocha Loures reconoció haber sido la persona filmada cuando llevaba la plata sucia, la que días más tarde entregó a la policía. Tras confesar, el ayudante de Temer fue preso y procesado.
Luego de entregar las pruebas el arrepentido Joesley Batista fue eximido de prisión y su causa quedó sin efecto como lo establece la ley de la “Delación Premiada” promulgada en 2013,cuya interpretación ha dado lugar a debates entre juristas.
A raíz del impacto de las evidencias en su contra, Temer sufrió un desgaste político considerable y debió pronunciar más de un discurso para garantizar que no iba a renunciar al cargo que asumió luego del golpe perpetrado hace un año contra Dilma Rousseff.
Sin legitimidad, rechazado por cerca del 90 % de los brasileños y con evidencias sobre sus pactos mafiosos, Temer se aferró a la presidencia sin dejar de atacar a su antiguo aliado Batista, al que calificó como un “delincuente y marginal”. Temer “es el ladrón general de la República” devolvió el empresario, seguro de que jamás iría preso.
Pero la situación dio un vuelco brusco hace diez días cuando se descubrió que el rey de la carne ocultó informaciones valiosas incumpliendo el pacto con la Justicia, por eso ayer el juez Fachin determinó que se suspendan provisoriamente los beneficios de la “Delación Premiada”.
Con este cambio de situación el gobierno se fortaleció y miembros de la bancada oficialista en Diputados evaluaron que esta victoria permitirá que el ocupante del Palacio del Planalto continúe en el cargo hasta el fin del mandato en diciembre de 2018. Incluso los abogados del presidente anunciaron que demandarán la anulación de las pruebas presentada por el empresario preso on lo cual sería enterrado todo el proceso.
De momento algunos miembros del Supremo dejaron trascender que la prisión de Batista significa automáticamente que la grabación y el video pierdan validez.
Cuestionan el Lava Jato
Desde su inicio, la causa Lava Jato utilizó a las confesiones como herramientas centrales en las investigaciones sobre el entramado de corrupción en perjuicio de la petrolera estatal Petrobras.
La caída de Batista se debió a que escamoteó datos y a un supuesto acuerdo con uno de los hombres importantes de la Procuraduría, Marcelo Miller, otro de los procesados.
Miller habría colaborado con los reos mientras trabajó en la Procuraduría a la que renunció en marzo, tras lo cual fue contratado para trabajar en el buffet que defendió a Batista.
La proximidad “sospechosa” entre el empresario y el ex fiscal confirma las aberraciones “permanentes” a las que se presta la “Delación Premiada” afirmó el diputado Wadih Damous, del Partido de los Trabajadores, y ex titular de la Orden de Abogados de Brasil, de Río de Janeiro.
Damous dijo que toda la causa Lava Jato está “en la mira” porque otras irregularidades “similares” fueron detectadas en el juzgado federal de Curitiba, a cargo del juez Sergio Moro, que condenó a Lula a nueve años y medio de prisión basándose “solamente en delaciones”.
La montaña de sospechas sobre los fiscales tuvo su pico en la noche del sábado cuando el jefe de la Procuraduría General de la República, Rodrigo Janot, fue fotografiado mientras charlaba con un abogado de Batista en una cervecería.