Central derrotó por 2-0 a Belgrano, en Formosa, y se clasificó finalista de la Copa Argentina por tercera vez consecutiva. Los goles lo señalaron  Ruben y Montoya en la segunda etapa, cuando Belgrano jugaba con diez por la expulsión de Farré, ocurrida al final del primer tiempo.
Sorprendió el equipo conducido por Madelón en los primeros minutos al salir a presionar alto al conjunto de Coudet. Con esa actitud, el Pirata fue el primero en llegar con peligro, con un remate de Velázquez que se fue alto. Antes había insinuado con una mandada de Lértora, truncada por una infracción de Salazar en la línea del área grande que Baliño no sancionó, y con una acción de Matias Suárez.
Después del minuto 15, gracias a un mayor compromiso de Teo Gutiérrez para tirarse unos metros atrás y ofrecerse como pivot para las descargas de Lo Celso y Montoya o asociándose a ellos en la creación, los rosarinos consiguieron una mejor presencia ofensiva, aunque Olave pasaba una noche tranquila, sólo preocupado por las jugadas de pelota parada –la más clara concluyó con un cabezazo de Teo Gutiérrez de pique al piso que encontró bien parado al uno cordobés– y por algún envío de media distancia.
Sin que ninguno pudiera imponer su planteo, con el correr de los minutos de esa primera etapa el encuentro se tornó muy friccionado, con muchas faltas y permanentes discusiones entre los futbolistas y de éstos con el árbitro. Se peleaba, no se jugaba. Por eso no extrañó que la primera tarjeta roja llegara antes de que se fueran al descanso. La recibió Farré, quien se tiró con las dos piernas para adelante sobre Teo Gutiérrez. Se fueron al descanso once contra diez y en deuda con el fútbol.
En el complemento, con uno menos, el Pirata siguió siendo intenso en la marca, aunque ahora esperaba y presionaba en su propio campo. Cada vez que conseguía la pelota salía disparado hacia el arco de Sosa. Central no conseguía hacer gravitar el hombre de más, aunque un remate de media distancia de Lo Celso se estrelló en el poste derecho de Olave. Animados por esa jugada, los once de Coudet empezaron a frecuentar el área de Olave, aunque sin claridad. Sin embargo, en una jugada aislada, iniciada con un despeje largo de Gissi, Teo llegó al fondo y sacó el centro, que Ruben aprovechó para marcar el 1-0.
Con el poco resto físico que le quedaba, Belgrano se jugó por la igualdad, pero tuvo como únicos recursos la habilidad y rapidez de Matias Suárez y los envíos áereos, siempre bien resueltos por los defensores y el arquero de un Central que jugó los últimos minutos muy cerca de su área, aunque en tiempo de descuento liquidó el partido en un contragolpe magníficamente conducido por Teo, quien lo dejó solo a Montoya para marcar el 2-0.