La Cámara Civil y Comercial confirmó que la obra social Iapos debe reconocer la cobertura de dos cirugías y un tratamiento a una trans que trabaja para el Estado. El fallo llegó poco después de que Sandy, la demandante, se operara las mamas y comenzara con la depilación definitiva de su rostro, tras el aval del fallo de primera instancia, hace un año. Para los camaristas Gerardo Muñoz, María de los Milagros Lotti y Oscar Puccinelli no se trata de una práctica meramente estética, sino que la consideraron dentro "de la línea argumental de la Ley de Identidad de Género. Claramente (el tratamiento) tiende a modificar caracteres que responden al sexo genético y que sirve para promover que la imagen se adecue al sexo autopercibido". Este mes, la trans se someterá a la última cirugía: una gluteoplastía.

Hace un año, el juez en lo Civil y Comercial Nº 6, Néstor García, fue el primero en resolver a favor de la trans, al considerar que las prácticas están incluidas en el Plan Médico Obligatorio, en el marco de la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012. Por tratarse de un recurso de amparo, Iapos tuvo que reconocer la mamoplastía y la depilación, con efecto devolutivo; mientras tanto, apeló la sentencia con la intención de que la decisión judicial no sentara precedente y precipite una cascada de planteos similares, según detalló la abogada Eliana Squino.

Sin embargo, el tribunal de alzada rechazó el recurso y reafirmó que la obra social debe hacerse cargo del costo de los tratamientos solicitados, superior a los 100 mil pesos.

A inicios de 2016, Rosario/12 contó la historia de Sandy y de su lucha en la vía administrativa para poder operarse. La trans trabaja como no docente en una escuela de Matienzo y Biedma. Siempre sintió que su cuerpo no mostraba su verdadera identidad, aunque hace más de tres años tiene un cuerpo más femenino, gracias a las hormonas que tomaba ocho veces al día. Cuando este diario la entrevistó, Sandy dijo sentirse preparada para el implante mamario, pero ahí comenzó su ajetreo con Iapos. Por aquellos días le respondieron que tales prácticas son gratuitas en los efectores de salud pública; pero ella entendió que al estar afiliada a una obra social ésta debería cubrir las operaciones en el sector privado. "El hecho de que las trans no salgamos de día es porque para ir a la playa tendríamos que ponernos ochenta capas de maquillaje en la cara", se quejó Sandy al inicio de su reclamo, por lo que hace meses inició el tratamiento para quitarse el vello. Siempre dijo que su situación no era un problema estético, sino de salud.

La ley 26.743 "ordena que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el PMO para garantizar una cobertura de las prácticas en el sistema público y privado".