Desde Nueva York
Con la terraza del Lotte Palace hotel de Nueva York de fondo en el piso 54, Rafael Nadal cumple con el ritual que ya conoce de memoria después de haberlo hecho quince veces antes. Con paciencia y amabilidad, el número uno del mundo se sienta en un sofá y atiende las entrevistas pautadas tras ganar el Abierto de Tenis de Estados Unidos, su décimo sexto título de Grand Slam. Repasa momentos claves, analiza jugadas y recuerda detalles puntuales. Y durante el diálogo desentierra un mito, ese que habla que de las derrotas se aprende más que de las victorias.
–¿Qué lo motiva más para seguir? ¿Una derrota para buscar revancha o un título cómo éste para intentar repetir?
–Siempre alimentan más las victoria. Por más que la gente y la frase hecha diga que de las derrotan se aprende mucho, se aprende mucho más de las victorias, si uno tiene la capacidad de ser autocrítico y de tener la humildad de saber analizar las cosas. Las derrotas generan dudas y desconfianza, y así es más difícil trabajar. Claro que un momento te ayudan, pero con las victorias, con capacidad de autocrítica y trabajo, todo es más fácil.
–¿Cómo hace para recuperarse, tanto para levantar partidos como a lo largo de su carrera?
–Soy una persona que tengo una gran capacidad para mantener la ilusión. La he tenido a lo largo de toda mi carrera. Se puede hablar de estrategia también, pero todo se reduce a la ilusión y a la capacidad de asumir los problemas e intentar superarlos. Si uno mantiene la ilusión y la calma cuando las cosas van mal, uno ya tiene la capacidad de buscar una solución tanto táctica como tenística.
–Usted dijo el domingo que no lo alimenta la lucha por la cantidad de Grand Slams con Roger Federer. ¿Pero esa competencia no lo hizo mejor jugador?
–Que esté Federer, que esté (Novak) Djokovic, que esté (Andy) Murray y que estén jugadores tan buenos enfrente hace que sepas que te tienes que esforzar al máximo para poder competir contra ellos. Y claro que te estimula y te ayuda a trabajar de una manera más intensa y tener el objetivo de ser mejor tenista. Pero también digo que nunca he necesitado una motivación de otra gente. Mi motivación es siempre personal, de querer mejorar y de hacer las cosas que hago bien. Esa ha sido siempre mi ilusión y, desde el trabajo diario, intentar conseguir lo máximo que se pueda.
–El año pasado, usted y Federer pararon unos meses y este año tuvieron un gran impacto. ¿Cree que podrá pasar lo mismo con Djokovic, Murray o Wawrinka?
–Lo veremos dentro de unos meses, yo no soy de predecir el futuro. Lo que está claro es que la calidad y la capacidad la tienen, porque ya lo demostraron. Si están sanos, pelearán por estar en lo más alto.
–Federer parece más focalizado en Grand Slam y torneos importantes. ¿Se puede pensar en un calendario similar para usted?
–El calendario te lo hacen los resultados. Federer ha hecho este calendario porque desde que empezó ganó Australia, después ganó Indian Wells y más tarde ganó Miami. Si Federer no hubiera ganado, habría jugado la mitad de los partidos. Lo importante no son la cantidad de torneos que juegas, sino la cantidad de partidos y los resultados que obtienes. Si Federer no hubiera ganado, habría jugado más torneos, y para mí es lo mismo.
–¿Se lo puede plantear para el futuro?
–Cada uno tiene su carácter, sus objetivos y sus ilusiones. También yo tengo 31 años y él tiene 36, son momentos diferentes. ¿Si me lo planteo? Ahora mismo yo no me planteo un calendario como el de Federer porque lo veo difícil.
–¿Tiene que ver con características de cada uno? Da la sensación de que Federer necesita menos partidos para entrar en ritmo.
–Tampoco es que sea tan así. Yo estuve ocho meses sin competir y en 2013 encadené ocho o nueve finales seguidas. Este año volví de meses sin competir y llegué a las finales de Australia y Acapulco,enseguida. Son momentos en los que las cosas ocurren de una manera o de otra, la suerte incluida.
–¿Cómo imagina su evolución como jugador?
–No lo sé realmente. Todos tenemos una evolución natural. En ese camino he perdido algunas cosas y he ganado muchas otras. En estos años que vienen, que espero sean unos cuantos más, voy a seguir perdiendo algunas cosas y espero añadir otras para seguir compitiendo al máximo nivel.
–¿Piensa que cambiará su estilo?
–Uno tiene su estilo de juego y no puede ir en contra de su estilo. Lo que uno tiene que hacer es estar preparado para que la cabeza, el físico y el estilo de juego estén de acuerdo a sus posibilidades, porque uno no puede ir en contra de su mentalidad. Dentro de eso, sí, se pueden ir ajustando cosas. Que juego más agresivo que hace ocho años, es verdad, pero la base de mi juego sigue siendo la misma.