Seis fueron los sobrevivientes en el accidente del avión que se estrelló el pasado lunes en Medellín, Colombia, en el que viajaban los jugadores del equipo Chapecoense de Brasil y dejó 71 víctimas fatales. Los dos miembros de la tripulación que aún viven, el técnico aeronáutico Erwin Tumirí y la azafata Ximena Suárez Otterburg, se mantienen estables según aseguraron los médicos, mientras que los otros cuatro sobrevivientes –los jugadores Hélio Hermito Zampier, Alan Luciano Ruschel, Jackson Follmann y el periodista Rafael Henzel–, se encuentran en estado crítico en las unidades de cuidados intensivos de las clínicas San Juan de Dios, Somer y San Vicente Fundación.
“Sobreviví porque seguí los protocolos de seguridad. Ante la situación, muchos se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar. Puse las maletas entre mis piernas para formar la posición fetal que se recomienda en los accidentes”, contó ayer Erwin Tumirí, de 25 años y nacido en la ciudad boliviana de Cochabamba, que formaba parte de la tripulación como técnico aeronáutico. Tumirí fue uno de los últimos sobrevivientes en aparecer entre los escombros del avión y se lo trasladó a la clínica Somer de Rionegro, en donde se encuentra estable y consciente.
En la misma clínica permanece internada la azafata Ximena Suárez Otterburg, de 28 años y también boliviana, pero de Santa Cruz de la Sierra. La azafata contó que tiene algunos recuerdos sobre el momento previo al accidente: “Las luces se apagaron repentinamente y 40 o 50 segundos después se sintió un golpe”, relató. La directora médica de la clínica Somer explicó que tanto Suárez Otterburg como Tumirí están recuperándose de sus heridas y se les podría dar de alta próximamente. “Los pacientes están estables pero aún están en shock y bastante impactados con lo que pasó. En el caso de Ximena ya está con su madre, quien viajó desde Bolivia”, dijo la médica. Los dos miembros de la tripulación viajaban en la parte trasera del avión.
La situación de los otros cuatro sobrevivientes, todos brasileños, es más delicada. El futbolista Alan Luciano Ruschel, de 27 años, se encuentra en cuidados intensivos tras una intervención quirúrgica por lesiones en su columna vertebral que, según el parte médico, no comprometió su movilidad. El arquero del equipo, Jackson Follman, de 24, continúa bajo estricta observación médica en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital San Vicente Fundación de Rionegro, luego de una intervención quirúrgica en la que se le amputó su pierna derecha debido a la gravedad de las lesiones.
Por su parte, el tercer futbolista que se salvó del accidente, Helio Hérmito Zampier, de 31 años y conocido como “Neto”, permanece internado en la Clínica San Juan de Dios de La Ceja y el parte médico de ayer indicó que tiene comprometida la función respiratoria pulmonar. El periodista brasileño Rafael Henzel, de 43 años, se encuentra internado en la misma clínica bajo un diagnóstico similar. Según Luis Fernando Rodríguez Mesa, director médico de la Clínica, ambos presentaron una leve mejoría entre martes y miércoles, aunque siguen en estado crítico pero estable. El director sostuvo que la situación de Neto es más grave, ya que “llegó a las 6.30 de la mañana, estuvo expuesto a temperaturas bajas muchas horas después del accidente, eso genera enfriamiento del organismo. En este momento está en estado más delicado que Rafael pero los médicos son optimistas sobre su recuperación, aunque tarde más tiempo”.
Cuatro están en estado crítico
Los seis que se salvaron
Este artículo fue publicado originalmente el día 1 de diciembre de 2016