Al presidir su primera conmemoración del aniversario del 11-S, el presidente Donald Trump dijo ayer que “el alma de Estados Unidos llora de pena” por cada uno de los casi 3.000 muertos que dejaron los atentados de hace 16 años, al tiempo que prometió derrotar a quien se atreva a amenazar al país. Dirigiéndose a una audiencia en el Pentágono, uno de los tres sitios atacados el 11 de septiembre de 2001, Trump aprovechó el aniversario del atentado de la red Al Qaida para advertir a los fundamentalistas islámicos que “Estados Unidos no puede ser intimidado”.”Aquellos que lo intenten se unirán a una larga lista de enemigos derrotados que se atrevieron a poner a prueba nuestro temple”, dijo con tono desafiante el mandatario republicano. Y enfatizó que las tropas norteamericanas están “persiguiendo y destruyendo sin descanso” a los “salvajes asesinos” que atentan contra “gente civilizada”. Más temprano, Trump encabezó otro acto en la Casa Blanca en homenaje a las víctimas mortales de los ataques, que fueron cometidos con aviones de pasajeros secuestrados que se estrellaron contra el Pentágono, las Torres Gemelas de Nueva York y en un descampado en Pensilvania.