Un equipo que no genera situaciones de gol es imposible que gane. Puede empatar, pero no fue el caso de ayer. Porque a pesar del buen partido de Bruno Bianchi en defensa para anular a Abila, en un descuido Huracán llegó a la merecida diferencia ante Newell’s con un cabezazo de Pussetto y los tres puntos quedaron en Parque Patricios. En el complemento el rojinegro solo pudo sacar algunos remates de larga distancia en su afán por igualar. Sin juego ni estilo, los dirigidos por Juan Manuel Llop solo rescataron la habilidad de Joaquín Torres y el esfuerzo de Luis Leal para hacer jugar al mediocampo.
Newell’s salió a jugar con ganas y buenas intenciones. Se paró en campo rival, mantuvo la pelota y se mostró más cómodo que el rival en el partido. Pero como ante Godoy Cruz por Copa Argentina, con eso no alcanza para llegar al gol. Se necesita más, mucho más. Más aún cuando se pierden ocasiones ideales, como la de Leal, quien al minuto de juego apareció por la derecha por asistencia de Sarmiento y definió cruzado, apenas desviado, ante la salida de Marcos Díaz. Y será la única acción de riesgo de toda la noche.
Leal sorprendió con su aparición en la primera pelota que tocó y luego se mostró peligroso en cada ocasión que pisó el área. Pero Newell’s no tiene juego para llegar al gol. Sus avances podían ser profundos solo si lo intentaba Joaquín Torres, el único desequilibrante de los leprosos. Porque Sarmiento tuvo pocas apariciones y Fértoli falló siempre.
Después de los 20 minutos Huracán logró llevar el partido a mitad de cancha. El trámite se hizo aburrido, con muchas infracciones, aunque en el local había rendimientos ascendentes, como los de Pussetto y Abila. El volante se hizo conductor del equipo y el goleador exigía en cada intervención. Aunque al igual que Newell’s, Huracán no era profundo.
Hasta que en los minutos finales, cuando el local consolidó su dominio y los ataques al área leprosa empezaron a mostrar debilidades en el equipo de Llop. Romero Gamarra lo perdió en ideal tiro libre, Pussetto falló en remates de larga distancia y Abila no podía con Bianchi.
Newell’s pasó de jugar en su campo a hacerlo en el área propia y Huracán concretó: Villalba sacó un centro al área chica desde la izquierda y Pussetto atropelló a la carrera, se anticipó a Valenzuela y marcó la diferencia con un cabeza bajo sobre el segundo palo. El local se puso en ventaja merecidamente después de un dominio prolongado del juego. Por entonces Leal ya no tenía la pelota y Sarmiento se dedicaba a defender.
En el complemento las limitaciones de Newell’s quedarán en evidencia. Se fue lesionado Sarmiento e ingresó Opazo, de irrelevante aporte. Luego Llop probó con Tevez y más tarde con Rivero. Pero el único que llegaba hasta al área con chances de generar riesgo era Torres. El juvenil estrelló un derechazo en el travesaño y luego definió a las manos de Díaz.
Como Abila no podía sacarse de encima a Bianchi, Huracán no pudo ampliar la ventaja. La Lepra jugó con la ilusión del empate todo el segundo tiempo. Pero posibilidades de lograr un punto, por su juego, nunca tuvo. El equipo no muestra respuestas, carece de gol y en el banco no surgen las soluciones. La derrota fue inevitable. El sábado, ante Olimpo, solo la victoria le devolverá a Llop credibilidad ante sus hinchas.