El Senado convirtió ayer en ley el Presupuesto para el año próximo con 59 votos a favor y 8 en contra. El programa de gastos y recursos para el 2017, que contempla un fuerte recorte en Ciencia y Técnica y Derechos Humanos y un importante aumento para el pago de los intereses de la deuda, contó con el respaldo de la mayoría de los senadores opositores, entre ellos los del Frente para la Victoria-PJ, donde primó la idea de no dejar al Ejecutivo sin Presupuesto. El bloque presidido por Miguel Pichetto votó nuevamente dividido por el rechazo a la propuesta de los kirchneristas Virginia García, Ana Almirón, María de los Ángeles Sacnun y Anabel Fernández Sagasti, Nancy González, María Ester Labado y María Inés Pilatti Vergara. También se opuso Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur).
El Presupuesto, el primero del gobierno de Mauricio Macri, estima un crecimiento económico del 3,5 por ciento, un déficit del 4,2 por ciento, un techo de inflación del 17 por ciento anual y un dólar a 18 pesos. Estas variables macroeconómicas quedaron desactualizadas ante la profundización de la recesión de la actividad durante este año, el cual el mismo presupuesto estimaba cerrar con una caída del 1,5 por ciento, y una duplicación de los niveles previstos de inflación.
La media sanción de la Cámara alta que lo convirtió en ley contó con un amplio respaldo de los bloques de la oposición, además del oficialismo, que insistieron en que no dejarían al Ejecutivo sin Presupuesto. Esa bandera fue enarbolada por senadores del kirchnerismo, a cuya administración se le había negado en 2010 la aprobación de su presupuesto para restarle gobernabilidad económica. “Decidimos no dejar a la Argentina sin presupuesto y con eso cumplimos con la ética de la convicción y de la responsabilidad”, sostuvo el senador Juan Manuel Abal Medida. El presupuesto fue debatido junto con la propuesta complementaria para limitar de manera gradual la facultad del jefe de Gabinete para reasignar partidas presupuestarias sin aval parlamentario.
Entre los puntos más criticados dentro del proyecto había sido el recorte de la asignación para universidades. Tras movilizaciones y medidas de fuerza se amplió esa partida mediante un anexo, pero con un criterio discrecional favoreciendo a unas pocas universidades. Al iniciar el debate, el radical Julio Cobos se comprometió a que una vez que el Senado aprobase el Presupuesto, los 75 mil millones de pesos asignados a las universidades sean distribuidos entre todo el sistema y no sólo entre las entidades que fueron detalladas en un anexo incorporado por Diputados, tras reiteradas quejas de legisladores.
El mendocino Cobos defendió las líneas directrices del Presupuesto para el año próximo y destacó que los gastos en servicios sociales son el rubro que más ha subido. La respuesta que recibió esa afirmación fue que el actual contexto económico recesivo requiere de mayores redes de contención para subsanar ese impacto.
Abal Medina consideró que el presupuesto “supone un ajuste de la economía” y criticó “el endeudamiento que se está proponiendo”. “Los argentinos una y otra vez hemos caído en la crisis de la deuda, por eso financiar gasto corriente con endeudamiento es una muy mala decisión política”, se quejó el ex jefe de Gabinete. Al cierre de su exposición, subrayó que las políticas económicas del Gobierno “no son buenas para los argentinos y para los sectores que nosotros representamos: los humildes y trabajadores de la Argentina”.
El presidente de la Comisión de Economía, Eduardo Aguilar (Fpv), dijo que la política económica “no tiene un norte claro”. “No sabemos si el Presupuesto avanza o no en los objetivos”, explicó. En la misma línea se expresó Jaime Linares (GEN), quien consideró que el Presupuesto tendría que estar dirigido a “recuperar el sector productivo”. “No está claro todavía hacia donde apunta el Gobierno”, sentenció. Desde el oficialismo, Pamela Verasay (UCR) defendió el presupuesto como “novedosamente realista”. “Se construyó sobre una base firme y confiable como nuestro gobierno. Responde a un plan que se propone terminar con la pobreza”.
En un discurso crítico a la gestión macrista, Solanas consideró que “basta ver este año que está transcurriendo para ver la diferencia entre lo prometido y lo realizado”. “Cayó el gasto social este año, por lo que aumentó la pobreza en un millón y medio de personas, y los tarifazos combinados con exenciones impositivas llevan a una no salida y se repite el ajuste sobre los trabajadores”, agregó. Al cierre de la discusión el jefe del bloque FpV-PJ Miguel Pichetto se manifestó preocupado por muchos temas de la marcha de la economía, pero recordó que su bloque “acompañó las leyes que el Gobierno necesitaba para llevar adelante su política económica”.
El proyecto oficial fue aprobado con 58 votos y 8 en contra
Un Presupuesto que nace viejo
El primer presupuesto del gobierno de Macri estima para 2017 un crecimiento de 3,5 por ciento, un déficit del 4,2 por ciento y una inflación del 17 por ciento. La actual evolución de esas variables hace poco probable que se cumplan.
Este artículo fue publicado originalmente el día 1 de diciembre de 2016