Veinte días antes de la represión a la comunidad mapuche Pu Lof de Cushamen, en Esquel, donde fue visto por última vez Santiago Maldonado y donde ahora desde el Ministerio de Seguridad reconocen que por lo menos dos efectivos hirieron a algún manifestante, la ministra Patricia Bullrich reconoció que estaba dispuesta a pagar las consecuencias por el uso de la fuerza de los efectivos bajo su orden con tal de "ordenar" el país.

“No hay que estar pensando en las consecuencias” y “Yo tengo que actuar”, fueron las respuestas de la ministra de Seguridad cuando le preguntaron si era consciente de la gravedad que implicaba que a algún uniformado “se le pase la mano” y mate “a alguien del otro lado”. Bullrich no vaciló en responder de esta manera a la pregunta que le hizo Alejandro Fantino, en su programa Animales Sueltos, el 13 de julio pasado.

La ministra afirmó también que estaba dispuesta a pagar el costo por la actuación de los gendarmes para “ordenar un país que estaba dado vuelta”. Sorprendido con la respuesta, hasta el propio conductor del programa le contestó que es “peligroso” que piense así.