Los investigadores y becarios del Conicet mantendrán la ocupación pacífica del Ministerio de Ciencia y Tecnología que iniciaron el martes, en reclamo de una propuesta oficial que solucione la situación de los 500 excluidos de la carrera del investigador por el recorte presupuestario. “Seguimos con la ocupación porque las autoridades no han abierto el diálogo. El acuerdo que ofrecen no tiene nada que ver con lo que prometieron en diciembre para mitigar nuestra protesta”, apuntó Mercedes García Carrillo, de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), una de las agrupaciones que sostienen la medida de fuerza en la sede de la cartera dirigida por Lino Barañao. Anoche realizaron una asamblea, una olla popular y un festival en la explanada del Polo Científico. “Mientras sigan ocupando el ministerio no hay diálogo posible”, respondió Barañao.
La propuesta del Gobierno es que los científicos excluidos del Conicet se desempeñen en universidades, pero con ingresos menores y sin la estabilidad que incluye la carrera del investigador. “Lo único que pedimos es que nos den un trabajo estable, en donde podamos seguir con nuestras investigaciones a cambio de un salario digno. A eso se comprometieron y no están cumpliendo”, dijo Gastón Caligaris, de la red federal de investigadores damnificados.
El conflicto comenzó a fines de 2016, cuando se anunció que 500 becarios de doctorado y posdoctorado que habían aprobado todas las instancias de evaluación se quedaban afuera del Conicet, por el achicamiento resuelto por el Gobierno. La medida motivó entonces una fuerte protesta, que incluyó también la ocupación pacífica del ministerio durante cinco días. La toma se levantó cuando las autoridades se comprometieron a buscar una solución negociada para esos 500 becarios.
“El acta acuerdo que entonces firmaron las autoridades significa un compromiso que hoy, nueve meses después, están rompiendo”, remarcó Caligaris. Barañao se había comprometido a encontrar junto al Ministerio de Educación vías de inserción de los becarios excluidos en universidades u organismos de ciencia y técnica, “con las mismas condiciones salariales, estabilidad laboral y la continuidad de las líneas de investigación”, recordó el becario. “Pero –detalló– nos ofrecieron cargos de dedicación exclusiva con salarios un 30 por ciento menores y sin estabilidad, porque son cargos interinos” (es decir, contratados). “Los contratos que nos quieren hacer firmar plantean que se pueden dar de baja cuando no haya presupuesto.”
Esa discusión se planteó el martes en la Comisión Mixta de Seguimiento del conflicto –creada en diciembre pasado–. Los investigadores recibieron “un no rotundo” a sus pedidos y en ese momento resolvieron la toma pacífica.
“Y ahora se vuelven a negar a recibirnos, a continuar el diálogo”, dijo García Carrillo, de la JCP. Lejos de ceder, el ministro Barañao cuestionó la medida y advirtió que mientras siga la ocupación “no hay diálogo posible”. Fiel al libreto del Gobierno, agitó el fantasma de la violencia y arremetió contra los científicos: “Entraron violentamente al ministerio, rompiendo la puerta, hay heridos leves y para nosotros es una situación lamentable que no tiene ningún justificativo”.
Para los becarios damnificados, la propuesta emanada desde el Estado es “una extorsión”. La semana próxima, los investigadores excluidos deberían firmar los contratos propuestos, como jefes de trabajos prácticos en calidad de docentes interinos, con dedicación completa y salarios que, en muchos casos, son de hasta 7 mil pesos menos que los estipendios de la carrera de investigación del Conicet, según precisaron. “Nos extorsionan con que es este plan o la calle a partir del 31 de diciembre próximo –agregó el investigador–. Pero es que los contratos no ofrecen un seguro de que no nos quedemos en la calle en marzo. Lo único que pedimos es que cumplan con su palabra y nos den el trabajo para el que aplicamos y fuimos habilitados.”
En el Polo Científico, una nueva asamblea analizará hoy el futuro de la toma y la continuidad de los reclamos.