Los representantes de las 22 escuelas secundarias tomadas en la Ciudad de Buenos Aires intentaron participar de una reunión con la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, para debatir el contenido de la reforma educativa. Sin embargo, personal de seguridad del ministerio les impidió el ingreso. 

Luego de permanecer en el hall de Paseo Colón 255, los delegados firmaron una carta en la que dejaron constancia de que se les impidió participar de la reunión “por el hecho de haber implementado la medida de toma en sus respectivas instituciones educativas”. “Reconocemos en esto una clara falta de disposición al diálogo y al consenso, en torno a la implementación inconsulta de la reforma Secundaria del Futuro y la emergencia de género en las escuelas, dado que uno de los principales pedidos de estos colegios, tanto antes como después de haber llegado a esta instancia de toma, es una mesa de diálogo con la ministra y no con representantes de ella”, señalaron los alumnos. 

El gobierno porteño impulsa una modificación del plan de estudios de la educación media, conocido como Secundaria del Futuro, que contempla la realización de prácticas educativas en empresas, ONG y el Estado. Los alumnos rechazaron la propuesta (“quieren crear mano de obra barata”, denunciaron) y muchas escuelas empezaron a ser ocupadas en forma de protesta. 

Respecto de la reunión en el ministerio, Mateo, de la escuela Julio Cortázar (una de las tomadas), contó: “Ayer (por el martes), Leonardo Quinteros, asesor de la ministra Soledad Acuña, le mandó un WhatsApp a Facundo, un chico del Saavedra, citándolo para una reunión hoy (el miércoles). Facu nos avisa y vamos. Cuando llegamos nos enteramos de que los colegios tomados no estaban invitados. Había una lista de los colegios que no podían pasar, y nos dicen que tienen un escrito de Quinteros en el que dice que no tenemos voluntad de diálogo, que nosotros no queremos solucionar nada. ¡Si nosotros pedimos la reunión y hacemos de todo para que nos expliquen en serio cómo es la reforma! Nadie explica nada, y por lo que se filtró, la reforma es inaplicable”.

La informalidad de la convocatoria, y la desprolijidad, no dejaron de sorprender a los chicos. “Era todo un bardo. No dejaron entrar a los del Devoto, que hace un montón levantaron la toma y están dando clases normalmente. Pero nadie controlaba nada. Yo podría haberles dicho que era de cualquier escuela, una no tomada, y entraba. Igual la reunión fue desastrosa. No informaron nada. Todo el tiempo decían ‘No sabemos’, ‘Eso está por verse’, ‘No son pasantías aunque se llamen así’... Cuando les preguntaron qué iba a pasar con la repitencia contestaron que todavía no está definido...”, detalló Mateo.

Y continuó: “A las tres de la tarde, la ministra Acuña dijo buenas tardes, se levantó y se fue. No dio ninguna explicación, y ninguna respuesta a nada de lo que se le planteó. Al final, los que estaban en la reunión bajaron y entre todos armamos un escrito. Cuando quisimos entregarlo, en la Mesa de Entradas, nos dicen que no lo pueden recibir. Finalmente se lo entregamos a Quinteros”.

Y sobre el protocolo que exige la denuncia policial de los directivos en los casos de toma, el asesor tutelar Gustavo Moreno expresó: “Las tomas de las escuelas secundarias albergan varios reclamos del alumnado del nivel medio. Hay uno que es el eje central, y es la reforma educativa llamada Escuela del Futuro. Esa debería ser la cuestión a debatir y no un instructivo que criminaliza las tomas. Por eso, ante la falta de información pública y detallada acerca de la reforma que se intenta, la Asesoría Tutelar de Cámara decidió formular un requerimiento expreso a la ministra de Educación para que clarifique en qué consiste la reforma, para que el alumnado pueda opinar acerca de ella”.