Omitir para ir al contenido principal

TRABAJO

Teléfono descompuesto

Las operadoras que atienden la línea 144 en la provincia de Buenos Aires lo hacen bajo pésimas condiciones laborales y psicológicas que afectan su tarea y su calidad de vida. Como en un dominó que cae en cámara rápida, esas condiciones ven claramente dificultada una labor que para muchas mujeres que acuden a ella es la única herramienta de contención y apoyo en situaciones de violencia machista. Se hace cada vez más difícil soportar lo que se convirtió en una violencia laboral sin derechos, estallada en contratos de tres meses, turnos de seis horas sin las condiciones de salubridad básicas, amenazas y salarios apenas por arriba del índice de pobreza. Es parte del menú cotidiano de quienes le ponen el cuerpo y la voz al promedio alarmante de 32 mil llamadas mensuales de otras mujeres que, como a ellas, se les va pegando en la piel el desamparo de una política pública que no deja lugar a la asistencia y el cuidado de las vulnerabilidades en todas sus formas.