“Bueno es pan duro cuando es seguro”, dice el refrán popular, y bien podría aplicarse a la obra de Yukiko Morita. Literalmente, visto y considerando que el uso que la muchacha japonesa hace del mentado sustento vital bien podría electrocutar… Lo cierto es que da simbólica descarga eléctrica la originalidad del proyecto, porque esta joven artista convierte baguettes, boules y croissants en… funcionales lámparas. Ajá, tal como suena: utilizando harina, sal, levadura, luces led y baterías, entre otros “ingredientes”, Morita fabrica sus Pampshades: “lámparas que dan luz cálida y potencian los encantos del pan”, en palabras de la creadora. Recubiertos de resina, amén de evitar que el alimento se descomponga y nadie se tiente a hincarle el diente y corra peligro su integridad.
“Amo el pan. El pan es lindo”, anota la damisela que antaño trabajase en una panadería/pastelería, perfeccionando allí sus habilidades cocineras. Talento que, tras graduarse de la Universidad de Artes de Kioto, implementó en el diseño de su peculiar producto, capaz de emitir la más cálida de las luces. En siete variedades disponibles (a las que arribó tras fabricar más de 300 prototipos), dicho sea de paso, a la venta en pampshade.com. Por lo demás, puntualiza la web especializada DesignBoom el paso a paso del prendido invento: “Yukiko comienza horneando el pan como lo haría habitualmente, tallando luego el interior de manera tan fina como le sea posible. Finalmente, cubre el pan con resina, ajustando su forma y textura, para completar el proceso configurando un circuito eléctrico que se ajusta a cada casero ejemplar”. En fin, pan mucho, y poco calducho, pero qué delicia… visual.