Tres habitaciones de una casa añeja de la calle Darwin oficiaron de escenario para que la diseñadora Lucía Chain exhibiera su colección para el verano 2018 apodada “Salvaje Silvestre”. “La colección se inspiró en el resurgimiento de los oficios artesanales, como una reconexión con la esencia humana. Considero que estamos volviendo a tomar las herramientas y a volvernos artesanos, recolectores. A partir de residuos orgánicos, le di color a la colección tomando una paleta desgastada, con acentos que parecen pinceladas vibrantes sobre algodón de origen nacional. Sobre las prendas bordé las expresiones “colaboración”, “oficio” y “esfuerzo”, que a mi criterio resumen los principios del trabajo” dice a Las12 Chain. Con el pelo largo matizado por un flequillo corto y la ausencia de maquillaje en su rostro, hija de una profesora de biología y de un floricultor, Lucía sentencia sobre las prédicas del craftivismo, la corriente ética y estética implícita en sus diseños: “Se trata de una intersección entre la artesanía y el activismo, es una práctica de creatividad comprometida, especialmente con causas políticas o sociales. Representa una forma de activismo que se ejerce mediante lo hecho a mano, frente a un sistema que sólo aprecia el producto final, es una manera de valorar el proceso de trabajo y a quienes han intervenido en él”.
Corresponde señalar que la diseñadora graduada en la UBA en 2013 participó de varias pasarelas y concursos locales desde su anterior proyecto junto a Juliana García Bello (Chain-García Bello fue su denominación) y desde el cual propusieron ropas experimentales que admitieron joyas con sal marina, trajes de pescadores y atuendos adosados al cuerpo como si fueran prendas de dormir. Pero su proyecto en singular, bajo la denominación “Chain”, articulado a comienzos de 2017, ya hizo un notable recorrido por la escena foránea entre las plataformas de moda cimentadas por lxs defensores y defensoras de los oficios y la sustentabilidad, los nuevos grandes temas de reflexión para la moda. Su propuesta fue seleccionada para participar del certamen Fashion Clash. “En marzo quedé seleccionada entre diseñadores de todo el mundo para desfilar y mostrar mi trabajo en Holanda ante un público totalmente diferente al que estaba habituada”, cuenta. “Fashion Clash es un festival que intenta escapar a lo impuesto por el sistema de la moda. La repercusión fue enorme internacionalmente y eso me afianzó muchísimo, me despejó algunas inseguridades que la experiencia fue tan buena que me animé a seguir y ahora fui seleccionada como una de lxs diez finalistas en el Fashion Makes Sense Award. En octubre voy a volver a Maastricht -un pueblo del sur de Holanda- con la colección de invierno. Y además la plataforma internacional para nuevos diseñadores Not Just a Label, que me eligió para participar de su proyecto de tutoría en la categoría Black Sheep (léase oveja negra).” Y entre el torbellino de distinciones, le llegó una beca de la Fundación Marangoni en colaboración con Bafweek para un mes de estudios en París durante 2018.
Pero volviendo a la instalación en Buenos Aires durante agosto y en el contexto de la plataforma para nuevos diseñadores ADF (Argentina Diseña Futuro), cada habitación exaltó los oficios con gestos preciosistas. Mientras que en la número uno, una mesa de trabajo desplegaba la bitácora de la colección, pequeños fragmentos de tela, botones de madera o cerámica, en la última habitación un placard añejo exhibió algunas prendas, y en una mesa se acicalaron hojas y tallos de remolacha, piel de cebolla, agua de repollo, agua de porotos negros, cuencos y morteros con porotos y otros vegetales a los que Lucía recurrió para los tintes naturales de sus ropas y que fueron molidos a ritmo zen ante el público por un amigo de la diseñadora, concentrado con sus manos en el mortero. Pero entre una y otra habitación, tres modelos se desplazaban en círculos vestidas con delantales símil batones A-Gender en celeste y rosa y al ritmo de una pista sonora. Por momentos una de ella, Juli Rossa, modelo y cantante, entonó mantras y lxs asistentes brindaron con jugo de arándanos.